Editorial
La profesión veterinaria debe ser vivida, no sufrida
¿Qué hace que una persona, que ha elegido una profesión tan hermosa y noble cómo la medicina veterinaria tenga que sufrirla en lugar de vivirla?
Gustavo Iglesias, director de Vet Market
Vivir la profesión es una expresión asociada a la idea de que el trabajo va más allá de una simple obligación o medio para obtener un ingreso. Significa, entre otras cosas, sentir pasión, entusiasmo, satisfacción y disfrute por lo que uno hace con su profesión.
Por el contrario, sufrir la profesión sugiere una experiencia negativa y desgastante relacionada con el trabajo que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los profesionales.
¿Qué hace que una persona, que ha elegido una profesión tan hermosa y noble cómo la medicina veterinaria tenga que sufrirla en lugar de vivirla?
La profesión veterinaria tiene características muy particulares. Por un lado, el enfoque multidisciplinario y por otro, la interacción con pacientes y clientes.
Estos dos últimos aspectos tienen un enorme impacto emocional en los profesionales que conlleva:
- Vínculos emocionales: Los veterinarios establecen fuertes lazos con sus pacientes animales, lo que hace que las pérdidas sean especialmente dolorosas.
- Toma de decisiones difíciles: La eutanasia es una de las decisiones más difíciles que un veterinario debe tomar, y puede generar un gran impacto emocional.
- Sobrecarga laboral: Las jornadas extensas, la alta demanda de servicios y la falta de personal pueden llevar al agotamiento físico y mental.
- Falta de reconocimiento: A pesar de su importancia, la profesión veterinaria a menudo no recibe el reconocimiento social y económico que merece.
- Riesgos laborales: La exposición a enfermedades zoonóticas y el riesgo de lesiones son otros factores que contribuyen al estrés laboral.
Todo esto lleva en muchos casos al estrés crónico que puede tener graves consecuencias para la salud mental de los veterinarios, como:
- Ansiedad y depresión: Son trastornos comunes entre los veterinarios, debido a la naturaleza de su trabajo.
- Burnout: El agotamiento emocional, físico y mental puede llevar a un estado de desánimo y falta de motivación.
- Insomnio y problemas físicos: El estrés puede manifestarse a través de problemas para dormir y diversos síntomas físicos, como dolores de cabeza y musculares.
Las consecuencias emocionales de las agresiones, las denuncias injustificadas y los escraches en las redes sociales pueden ser devastadoras para los profesionales veterinarios.
Si bien las redes sociales permiten conectar a millones de personas en todo el mundo, se han convertido en un arma de doble filo. Por un lado, ofrecen un espacio para la comunicación y la expresión, pero también son un terreno fértil para la difusión de información falsa, la propagación de rumores y, en ocasiones, la realización de acusaciones graves sin ningún tipo de fundamento.
Una acusación pública en redes sociales, sin importar cuán falsa sea, puede tener un impacto profundo y duradero en la vida de una persona.
La difusión viral de estas acusaciones puede generar una ola de odio, hostigamiento y ciberacoso que puede llevar a la víctima a experimentar vergüenza y humillación, debido a la exposición pública. Esta situación puede llegar a socavar la autoestima de la persona y dañar su reputación, con el consiguiente impacto en su salud mental que puede llegar incluso a derivar en pensamientos suicidas.
Recientemente, el Colegio Médico Veterinario de la Provincia de Córdoba (CMVPC) emitió un comunicado en el que hacía público su profundo pesar por el fallecimiento de uno de sus matriculados. Una muerte por suicidio.
El matriculado al que refería el CMVPC era un joven profesional que había sido indicado como supuesto partícipe en una causa que fue de público conocimiento originada en la Ciudad de Villa Allende, provincia de Córdoba (ver aquí la aclaración que hiciera oportunamente el CMVPC).
Luego de conocerse el comunicado, muchos profesionales -en forma particular y agrupados en Círculos, Colegios y Consejos- adhirieron rápidamente y reflexionaron al respecto.
Los Círculos de Veterinarios de la provincia de Buenos Aires han sido pioneros en manifestarse contra la violencia y en tratar el tema en el marco de una Jornada testimonial y de reflexión sobre la problemática. Pero este es un problema mucho más abarcativo que requiere de un compromiso mayor a nivel nacional.
Todos estamos con el corazón dolido, pero lo que ha sucedido no debe quedar solo en el dolor y en las manifestaciones de adhesión. Los distintos protagonistas del quehacer veterinario debemos decir BASTA y pasar a la acción para cambiar esta triste realidad.
Es fundamental implementar medidas concretas para mejorar la salud mental de los médicos veterinarios.
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