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viernes 20 de septiembre de 2024 - Edición Nº2031
Vet Market » Profesión » 22 ago 2024

Comportamiento Felino

10 mitos sobre los gatos y sus comportamientos sociales

Los gatos domésticos han acompañado a los seres humanos durante milenios y su popularidad crece en todo el mundo. Sin embargo, todavía estamos descubriendo muchos de sus secretos. A continuación, diez creencias populares sobre el comportamiento social de estos animales y la verdadera naturaleza.


Los gatos son animales de compañía muy populares. La preferencia como compañero en los hogares ha crecido en todo el mundo y cada vez más se empareja con la de los perros.

Estos pequeños felinos acompañan a los seres humanos desde hace miles de años. Sin embargo, todavía existen ciertos mitos y creencias sobre su comportamiento que no se ajustan a la realidad.

 

 

Para esclarecer un poco sobre el comportamiento felino, la Asociación Estadounidense de Profesionales Felinos (AAFP) ha presentado recientemente sus nuevas pautas sobre el manejo de la tensión entre gatos. En dicho trabajo se incluyen 10 mitos comunes que tienen el potencial de afectar negativamente el bienestar de los gatos:

Mito 1: Los gatos son animales solitarios. Si bien pueden ser independientes, también son capaces de formar vínculos sociales complejos. Los gatos domésticos tienen sistemas sociales flexibles y variados. Si bien algunos gatos prefieren estar solos, otros pueden vivir en armonía en grupos si se satisfacen sus necesidades. Dado que muchos gatos son elegidos por su cuidador, es posible que algunos hogares con varios gatos no tengan grupos sociales unidos y sean más bien cohabitantes, lo que genera tensión entre ellos. Una guía paso a paso para integrar un nuevo gato en el hogar es extremadamente importante. Además, a veces, aumentar el número de gatos en un espacio limitado puede causar tensión.

 

 

Mito 2: La organización social de los gatos se basa en la jerarquía y el dominio. A diferencia de algunos animales, los gatos no siguen órdenes sociales estrictas. Sus relaciones son más fluidas y se basan en la familiaridad y las interacciones individuales en lugar de en una estructura rígida. La tensión entre gatos suele surgir de la introducción repentina de un nuevo gato, la competencia por los recursos o los cambios en el entorno, y no de los intentos de establecer el dominio.

Mito 3: Los gatos no pueden ser adiestrados. ¡Los gatos pueden ser adiestrados mediante el refuerzo positivo! Los procesos de aprendizaje son universales y cada gato aprenderá a su propio ritmo. Identificar las recompensas que cada gato prefiere, como golosinas, juegos o caricias, puede ayudar con el adiestramiento y el manejo de su comportamiento para reducir la tensión. Puede encontrar una guía útil para modificar el comportamiento de los gatos aquí.

Mito 4: Los gatos no han sido domesticados. Los gatos han cambiado bastante a través del proceso de convivencia con los humanos. Sus genes son diferentes a los de sus ancestros salvajes. También se pueden observar cambios físicos: los gatos domésticos suelen ser más pequeños y tienen más colores de pelaje que los gatos salvajes. Su comportamiento también ha cambiado: los gatos domésticos, por lo general, son más dóciles y muestran un comportamiento más afectuoso hacia los humanos.

 

 

Mito 5: Los gatos no se benefician de la interacción social ni forman vínculos. Los gatos pueden formar fuertes vínculos sociales con otros gatos y personas, y se benefician de interacciones positivas y constantes. Muchos gatos prefieren la interacción social con personas a otros tipos de recompensas. Para crear experiencias positivas, siempre deje que el gato dicte con qué frecuencia quiere interactuar y cuándo quiere terminar la sesión de caricias o juegos.

Mito 6: Los gatos de un grupo social deben recibir el mismo trato. Todos los gatos deben tener satisfechas sus necesidades, pero no tienen las mismas necesidades. Algunos gatos pueden requerir más atención o diferentes tipos de interacción que otros. Comprender y satisfacer las necesidades individuales de cada gato puede ayudar a mantener la armonía.

 

 

Mito 7: Los gatos que parecen pelearse tienen una relación rota. El juego brusco puede parecer bastante serio, pero sigue siendo un juego. Los gatos también pueden usar expresiones evidentes, como silbar o perseguirse sin reciprocidad, para terminar un encuentro social sin riesgo de daño. Los conflictos ocasionales son normales y no necesariamente significan que el vínculo entre los gatos se haya roto. Si estas sesiones se vuelven más frecuentes o intensas (por ejemplo, conflicto físico o esconderse por parte de un gato), se debe descartar un problema médico subyacente y su veterinario debe brindar apoyo conductual.

Mito 8: Los gatos no pueden socializarse cuando son adultos o fuera del período de socialización. Si bien el período de socialización (entre las 2 y las 9 semanas de edad) es fundamental, los gatos aún pueden aprender nuevos comportamientos y adaptarse a nuevas situaciones sociales fuera de este período. No crea en la idea de que el comportamiento de un gato está determinado desde que es joven. Los gatos pueden ser adiestrados y pueden volverse más sociables incluso cuando son adultos.

 

 

Mito 9: Los gatos pueden ser malos, rencorosos o tener una agenda. Los gatos piensan en el momento y no planifican a lo largo del tiempo, por lo que no intentan ser “malos” o rencorosos a propósito. Simplemente reaccionan a lo que sucede a su alrededor o al estrés que sienten. Cuando no entendemos por qué los gatos hacen ciertas cosas, podemos reaccionar de maneras que no ayudan. Si podemos averiguar qué es lo que realmente está causando el comportamiento de un gato, podremos abordarlo mejor de una manera útil. Puede encontrar las causas de la tensión entre gatos aquí.

Mito 10: Los gatos se sienten solos y necesitan un compañero. No todos los gatos necesitan compañía. Si bien algunos gatos pueden beneficiarse de tener un compañero, otros pueden experimentar estrés y tensión por vivir con otro gato que no toleran. La decisión de adoptar otro gato e introducirlo en el hogar debe hacerse teniendo en cuenta cuidadosamente el temperamento de cada gato y el entorno general. Puede encontrar una guía paso a paso de este proceso aquí.

 

(Con información de la AAFP)

 


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