La acuicultura no solo crece en volumen, sino también en complejidad y sofisticación. Las especies cultivadas -desde peces y crustáceos hasta moluscos- requieren sistemas de manejo sanitario rigurosos, donde la labor del médico veterinario es clave para garantizar bienestar animal, bioseguridad, control de enfermedades y un uso responsable de antimicrobianos.

En los últimos años, el Cono Sur ha mostrado un aumento sostenido de proyectos acuícolas, tanto en emprendimientos familiares como en sistemas de mediana y gran escala. Este crecimiento demanda profesionales capacitados y tecnologías orientadas a optimizar la salud, el rendimiento y la sustentabilidad de los cultivos.

Desafíos sanitarios y oportunidades de innovación

Las enfermedades infecciosas continúan siendo uno de los principales riesgos para la acuicultura. El diagnóstico temprano, la vigilancia epidemiológica y el desarrollo de vacunas específicas resultan esenciales para evitar pérdidas económicas y reducir la dependencia de antibióticos.

Los veterinarios especializados también intervienen en áreas estratégicas como la nutrición, la evaluación del bienestar animal, la gestión del ambiente hídrico y la adopción de sistemas de producción más sostenibles, entre ellos los de recirculación de agua (RAS) y los policultivos.

Una actividad clave para el desarrollo sostenible

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) considera a la acuicultura una herramienta fundamental para garantizar la seguridad alimentaria global y disminuir la presión sobre los recursos pesqueros naturales. Su desarrollo responsable genera empleo, diversifica la matriz productiva y promueve el arraigo en comunidades costeras y rurales.

Cada 30 de noviembre, fecha en la que se conmemora el Día Mundial de la Acuicultura, el sector veterinario reafirma su compromiso con una actividad que exige conocimiento científico, manejo ético y una visión integral del ecosistema.

La fecha invita a reflexionar sobre los avances logrados y los desafíos que persisten, destacando el papel determinante de los profesionales veterinarios en la construcción de una acuicultura moderna, eficiente y segura para las generaciones futuras.

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