Los tiburones son el primer grupo de vertebrados amenazado de los océanos. Como predadores tope, tienen un rol crucial porque mantienen el equilibrio en la cadena alimentaria y regulan otras poblaciones marinas. Por eso, su vulnerabilidad o extinción impacta en la vida del mar y afecta a las personas que de él dependen.

Lamentablemente, las poblaciones de tiburones están en franco declive. Enfrentan amenazas como la destrucción del hábitat, el cambio climático y, principalmente, la sobrepesca. Llevan décadas siendo impactados por el exceso de presión pesquera, incentivada por su consumo como sopa de aleta, carne, aceite y otros usos comerciales.  

En el Mar Argentino viven o migran en distintas épocas del año 55 especies de tiburones. Una de ellas es el gatuzo (mutelus schmitti) que solo llega a medir aproximadamente un metro de longitud.

Infografía muestra la drástica disminución de la población del gatuzo en las últimas décadas, destacando su baja fecundidad (WCS Argentina)

En el marco del Foro para la Conservación del Mar Patagónico, WCS Argentina participó en la evaluación de 35 especies de peces cartilaginosos en la región, de las cuales 20 fueron identificadas bajo alguna categoría de amenaza de extinción, debido a la sobrepesca comercial o recreativa. Y de esas 20 especies amenazadas, 15 son endémicas de esta región, como el gatuzo. 

Para disminuir el impacto de la pesca sobre estas especies amenazadas, WCS Argentina propone mejorar el manejo pesquero junto a gobiernos, investigadores y pescadores; optimizar las regulaciones actuales sobre su comercialización; y difundir información para alentar el consumo responsable; entre otras líneas de trabajo.

En las pescaderías se vende el filet de gatuzo, también con el nombre "palo rosado" (WCS Argentina)

También recomienda, que en épocas como Semana Santa en la que aumenta el consumo de pescado en Argentina, no comprar ni consumir especies en peligro, como el gatuzo.