En el marco del "Proyecto para la Conservación de la Tortuga Terrestre Argentina (Chelonoidis chilensis)", a cargo de la Dra. Erika Kubisch y la Lic. Maria Eugenia Echave (becaria doctoral del CONICET y AZARA-Umai), se realizaron trabajos de campo durante dos temporadas consecutivas (2023 y 2024), en los que participaron voluntariamente más de 15 estudiantes avanzados o graduados en ciencias naturales, ambientales y veterinarias.

Los participantes rescataron cerca de 90 tortugas y monitorearon a decenas de ellas. Gracias a su labor, se han reunido datos sobre actividad, refugio y alimentación de la especie, e incluso se observó la oviposición de dos hembras, un fenómeno muy raro en la naturaleza. Como resultado, se protegieron cuatro nidos, y ha tenido lugar el nacimiento del primer ejemplar de uno de ellos.

Foto: Fundación Azara

De esta experiencia se han derivado tres tesinas de grado y nueve ponencias en congresos nacionales e internacionales. Todo este trabajo se realiza de manera solidaria, con un profundo compromiso hacia la conservación y un enriquecedor intercambio de conocimientos y experiencias entre todos los participantes.

El "Proyecto para la Conservación de la Tortuga Terrestre Argentina (Chelonoidis chilensis)", cuenta con el apoyo de la Fundación Azara y Turtle Survival Alliance, y ha sido declarado de interés social, educativo, ambiental y científico por la provincia de Río Negro.

La Tortuga Terrestre Argentina (Chelonoidis chilensis) es considerada una especie vulnerable a nivel nacional por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (Res. 1055/13) y por la Asociación Herpetológica Argentina. También, está incluida en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Además, en el ámbito internacional, tras el último taller de recategorización de tortugas continentales de Sudamérica en 2023, el Grupo Especialista de Tortugas Terrestres y de Agua Dulce de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la declaró en peligro de extinción.

Los principales factores que contribuyen a esta situación son la reducción, modificación y destrucción de su hábitat, así como el tráfico ilegal de fauna, siendo esta tortuga el reptil autóctono más comercializado en el mercado ilegal de mascotas en Argentina. Adicionalmente, la introducción de depredadores exóticos, como jabalíes y perros cimarrones, ha incrementado la presión sobre estas poblaciones.

(Con información de la Fundación Azara y Legislatura de la Provincia de Río Negro)