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sábado 18 de mayo de 2024 - Edición Nº1906
Vet Market » Profesión » 27 may 2022

La columna del Dr. Rubén Hugo Somoza

¿Cuál es tu diagnóstico?

El aumento de descamación o caspa es un hallazgo clínico frecuente en el cachorro. La presencia de caspa puede ser de leve a moderada, seca o grasa, adherida o desprendida, localizada o generalizada. Para determinar un pronóstico con respecto a la resolución es fundamental diferenciar las causas primarias de descamación de las secundarias.


Se presenta a consulta un cachorro Jack Russel de 60 días de edad.                                               

Sus dueños manifiestan que tiene excesiva caspa, que no han notado prurito, que los baños y el cepillado parecen empeorar el cuadro.                                                                                               

A la inspección se observa que en este caso la descamación era seca y bastante abundante, especialmente en los miembros y zonas ventrales del cuerpo.

En la primera consulta el médico veterinario actuante, solicitó un análisis coproparasitológico que arrojo resultados negativos, lo cual era de esperar porque a la anamnesis el cachorro estaba debidamente vacunado y desparasitado interna y externamente de manera adecuada para la edad. El cachorro comía un alimento balanceado super premium de marca reconocida y de excelente calidad.

El profesional explicó que sospechaba de una seborrea primaria y recomendó baños cada 3 o 4 días con un shampoo queratolítico por 2 semanas y posterior control, pero la descamación aumento notablemente.

Ante esta circunstancia, el profesional nos derivó el caso.

 

 

¿Cuál sería la primera sospecha diagnóstica?

¿Qué estudios solicitaría para confirmar el diagnóstico Presuntivo?

¿Cuáles serían los posibles diagnósticos diferenciales?

 

(A continuación la resolución)

 

 

Resolución del caso

Posibles causas de descamación o caspa en un cachorro:

Las causas primarias de descamación o caspa están asociadas a un grupo de enfermedades denominado ictiosis o “piel de pescado”.

Estas enfermedades son hereditarias y congénitas; los signos clínicos suelen aparecer a edades muy tempranas, aunque a veces es posible que no se aprecien los signos clínicos hasta que el animal sea mayor.

En los animales afectados se han identificado varios defectos moleculares en el desarrollo del estrato córneo.

Se han identificado varias razas más susceptibles a padecer esta enfermedad, como el Jack Russel Terrier, Terrier, West Highland White Terrier, Spaniel Cavalier King Charles, Bulldog y Golden Retriever, entre otras. Existe una marcada variabilidad en cuanto al cuadro clínico en estas razas, existiendo diferentes grados de gravedad y de adherencia de la caspa.

El Golden Retriever tiene una presentación de ictiosis única que parece ser la más prevalente en esta raza. Es posible que pase desapercibida ya que la presencia de caspa en un cachorro de esta raza puede llegar a considerarse incluso normal. A veces, los signos clínicos no se desarrollan hasta edades más tardías.

La caspa puede ser muy fina o muy gruesa, y suele observarse dentro del manto de pelo. No suele estar muy adherida a la superficie de la piel y su color puede variar de claro a oscuro, en función de la pigmentación de la piel.

Las muestras de biopsia deben ser evaluadas por un dermatólogo con experiencia.

El diagnóstico se realiza al observar ortoqueratosis lamilar difusa y ausencia de inflamación, cambios que pueden ser muy sutiles y pasar desapercibidos por personal no experto en dermatología.

En algunos países está disponible un test genético que permite ayudar a identificar a los reproductores que pueden ser portadores, el gen parece ser autosómico recesivo.

Aunque no se puede curar, el tratamiento está dirigido a reducir la cantidad de caspa visible.

El cepillado excesivo y los baños demasiado frecuentes, especialmente con shampoo queratolítico pueden exacerbar el problema.

Generalmente, basta con utilizar shampoo emoliente hipoalergénico para el baño, seguido de una crema hidratante o humectante (por eso en este caso la descamación aumentó en vez de disminuir).

Se han desarrollado varios productos que contribuyen a la reparación de la barrera cutánea y que pueden ser útiles como tratamiento coadyuvante.

El concepto de seborrea primaria es controvertido.

La seborrea puede producirse por multitud de causas, y generalmente es secundaria a otro proceso.

Los estudios han demostrado que el tiempo necesario para la regeneración de las células de la piel es superior en algunos ejemplares de la raza Cocker Spaniel que en otras razas, lo que predispone a la formación de caspa.

La caspa puede ser seca (seborrea seca) o grasa (seborrea oleosa).

Muchos de estos perros responden al tratamiento con vitamina A, pero existen además otros factores que contribuyen a la aparición de este problema incluyendo la nutrición, alergias, ectoparásitos, factores ambientales, infecciones y endocrinopatías.

Todos estos factores se deben descartar antes de afirmar que la seborrea es primaria.

Cuando se está investigando la presencia de descamación en un cachorro es importante tener en cuenta la historia clínica, ya que la nutrición desempeña un papel primordial.

La deficiencia de ácidos grasos omega-6 en la dieta da lugar a un pelo mate, seco y más caspa.

Al cambiar de alimento y proporcionar otro de mayor calidad formulado para cachorros se suele obtener una notable mejoría clínica, aunque los efectos pueden tardar en observarse varias semanas puesto que los ácidos grasos necesitan tiempo para incorporarse a la piel.

Los endoparásitos pueden estar involucrados en la malabsorción de nutrientes y, por tanto, un coproparasitológico, mediante la prueba de flotación fecal se debe realizar de manera rutinaria en todos los cachorros que presenten un aumento de caspa.

Las alergias pueden provocar un aumento de caspa, pero la mayoría de los cachorros no desarrollan alergia hasta que son más mayores, excepto la alergia alimentaria, que puede presentarse en cachorros de menos de 6 meses.

Los parásitos intestinales pueden alterar el estado inmunitario, dando lugar a la pérdida de tolerancia a componentes del alimento.

Los cachorros con alergia alimentaria pueden mostrar prurito, signos gastrointestinales, mal estado de la piel y del pelo y, a veces, urticaria.

El diagnóstico se realiza con una dieta de eliminación. Es preferible utilizar una dieta con proteína hidrolizada equilibrada para cachorros antes que una dieta casera, que puede no ser completa ni equilibrada; lo cual es particularmente importante en el cachorro. También se pueden utilizar dietas limitadas en antígenos siempre que sean completas y equilibradas para todas las etapas de la vida del perro (algunas no lo son).

La prueba de eliminación siempre debe durar como mínimo 8 semanas para poder determinar si hay respuesta a la dieta, y se debe realizar la prueba de provocación con la alimentación previa durante una semana para comprobar que los signos clínicos reaparecen. Los alimentos que desencadenen una reacción alérgica deben evitarse.

Según la gran mayoría de los especialistas, los cachorros con alergia alimentaria pueden desarrollar más adelante alergia a otros alimentos.

Es frecuente que la presencia de caspa esté asociada a una foliculitis.

Por tanto, siempre que un cachorro presente un aumento de descamación se debe realizar una citología mediante impronta directa, raspado profundo y un cultivo fúngico, puesto que es frecuente que la causa sean bacterias, especies de Demodex y de dermatofitos.

La descamación asociada a la foliculitis suele ser difusa, o acompañada de pápulas, pústulas o collaretes epidérmicos.

El tratamiento debe orientarse hacia la causa de foliculitis; los baños dos veces a la semana con un champú queratolítico o emoliente pueden acelerar la resolución.

Las levaduras de Malassezia se pueden manifestar como consecuencia o causa del aumento de la descamación.

Estas levaduras se observan con frecuencia en las lesiones escamosas, especialmente cuando son grasas. Suelen producir prurito, con el consecuente autotraumatismo e inflamación, alterando la regulación del tiempo de renovación celular.

Las levaduras se identifican fácilmente en las muestras obtenidas por impronta directa y teñidas con la tinción de Wright modificada.

Opcionalmente, para obtener la muestra de lesiones de descamación seca y de difícil acceso, como la región interdigital, se puede utilizar la técnica de la cinta de tela adhesiva y la tinción de Wright modificada, evitando el paso de la fijación. La cinta adhesiva se coloca sobre el portaobjetos y se estudia al microscopio para identificar a las levaduras utilizando el objetivo de 100 x con aceite de inmersión.

Generalmente, en los cachorros se recomienda utilizar un tratamiento tópico con shampoo, sprays o lociones que contengan antifúngicos del grupo “azol”.

La administración oral de fármacos del grupo azol se debe reservar para los casos más graves o refractarios, y siempre que el cachorro tenga más de 12 semanas de edad.

Las soluciones tópicas con sulfuro de cal pueden utilizarse con seguridad en el cachorro, aplicándose una vez a la semana como aclarado hasta conseguir la remisión clínica; una ventaja añadida del azufre es su buen efecto antipruriginoso.

Los cachorros son susceptibles de padecer gran variedad de trastornos cutáneos.

Existen otras enfermedades como las infecciones bacterianas, demodicosis y dermatofitosis que son muy frecuentes en el cachorro y en el adulto.

Por tanto, la aproximación diagnóstica de un cachorro con lesiones cutáneas debe ser la misma que la de cualquier otro problema, y para poder instaurar el tratamiento específico y tener un buen pronóstico es necesario realizar un diagnóstico preciso utilizando la metodología lógica, incluyendo la anamnesis e historia clínica, signos clínicos y la realización de pruebas diagnósticas apropiadas.

 


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