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domingo 12 de mayo de 2024 - Edición Nº1900
Vet Market » Profesión » 12 abr 2021

La columna del Dr. Rubén Hugo Somoza

Tratamiento durante la preñez y en los neonatos - Segunda Parte

Susceptibilidad fetal y embrionaria a los efectos de los fármacos.


Los defectos de nacimiento o anomalías fetales se definen como teratogénesis y depende de los siguientes factores:

(1) La naturaleza de la droga;

(2) El grado de transferencia de la madre al feto;

(3) Duración de exposición; y

(4) Etapa de desarrollo fetal.

La placenta no está presente desde el inicio de la gestación.

Los óvulos fertilizados flotan libremente en el fluido uterino de la madre y están sujetos a cambios.

En la perra el óvulo fecundado entra al útero de 5 a 6 días después de la concepción y comienza a implantarse a los 15 días. En la gata, estos eventos toman 4 días y 13 días, respectivamente.

Antes de la implantación, los embriones en división son muy sensibles a los compuestos tóxicos en el fluido uterino.

El final del período embrionario es 20 días en la perra y 18 días en el gato.

El período más crítico de la gestación para los efectos teratogénicos de las drogas es de 8 a 20 días después del apareamiento en la perra y de 5 a 15 días en la gata.  

Una vez que se establece la placentación, un fármaco puede pasar al feto en desarrollo a través de la vena umbilical y se distribuye rápidamente a los tejidos fetales.

El 34% al 91% del flujo venoso puede realizar un bypass de la circulación hepática del feto a través del ductus venoso. Esto minimiza cualquier metabolismo hepático primario y puede resultar en una concentración sistémica máxima de un fármaco en el feto.

El metabolismo hepático de primario parece ser insignificante en el feto, independientemente del flujo sanguíneo al hígado, porque hay muy poca actividad metabólica hepática de fármacos en el hígado fetal de animales domésticos. Esto contrasta con el feto humano, que es capaz de algunas reacciones de oxidación de fármacos hepáticos tan pronto como 5 a 6 semanas después de la concepción.

Hay 20 metabolitos de fármacos que pueden ser producidos en el feto humano, pero no en los animales de experimentación. Este hallazgo despertó preocupación sobre la validez de las pruebas de teratología en experimentos animales para medicamentos destinados a ser utilizados en personas. Esto fue confirmado por la tragedia de la talidomida a finales de la década de 1950, en la que el compuesto teratogénico era un metabolito de la talidomida, que fue producido por fetos humanos, pero no por roedores experimentales.

 

Efectos adversos de las drogas en el embrión y el feto

Se han examinado minuciosamente los posibles efectos adversos de los fármacos en el feto en animales de laboratorio, pero no en animales domésticos ni en el hombre.

La Tabla 1 enumera los medicamentos que están contraindicados durante el embarazo debido a sus posibles efectos adversos.

 

 

La Tabla 2 contiene medicamentos que no han probado ser seguros pero que no están necesariamente contraindicados.

 

 

La Tabla 3 contiene una lista de medicamentos que son seguros para su uso durante el embarazo.

 

 

Algunos de los ejemplos se discuten a continuación:

Antibióticos. Los antibióticos son el grupo de fármacos que más probablemente se administra a un animal preñado. Afortunadamente, la mayoría de los antimicrobianos se ha encontrado que son seguros para su uso durante el embarazo (ver Tabla 3).

Debido a que los antibióticos betalactámicos (penicilinas y cefalosporinas) inhiben la síntesis de pared celular bacteriana, no tienen ningún efecto tóxico sobre las células eucariotas, ni tampoco se concentran en el lado fetal de la placenta. Son los antibióticos más seguros para usar durante el embarazo. Los antibióticos que inhiben la síntesis de proteínas deben ser evitados. En particular, no se deben administrar los aminoglucósidos, tetraciclinas o cloranfenicol (ver Tabla 1).

Las tetraciclinas pueden ser tóxicas en la madre, además de interrumpir el desarrollo de los huesos y los dientes del feto. Los aminoglucósidos (gentamicina, amikacina, estreptomicina) se los ha asociado con ototoxicidad y nefrotoxicidad. Las sulfonamidas deben evitarse durante el embarazo porque compiten con los sitios de unión de la bilirrubina en el feto y puede causar hiperbilirrubinemia neonatal.

Corticoesteroides. Se ha demostrado que la dexametasona causa reabsorción fetal y / o aborto cuando se administró a perras Beagles preñadas.

Los corticosteroides se han asociado con el desarrollo de paladar hendido en cachorros.

La cortisona y la prednisona tienen una incidencia relativamente menor de esta anomalía en comparación con otros corticosteroides. Sobre esta base, sería mejor usar solo estos corticosteroides si la terapia con esteroides es absolutamente necesaria durante la preñez.

Anticonvulsivantes. Algunos fármacos anticonvulsivos se han asociado con anomalías congénitas y hemorragia neonatal en personas; sin embargo, similares problemas no han sido bien documentados en animales pequeños.

Si un animal gestante tiene un trastorno convulsivo que requiere terapia anticonvulsiva, es mejor continuar con los fármacos anticonvulsivos que correr el riesgo de sufrir un estado epiléptico.

La terapia debe ser cautelosa y los veterinarios deben ser conscientes de la posible aparición de concentraciones plasmáticas subterapéuticas de fármacos anticonvulsivos en la madre, lo que puede dar lugar a un aumento de la frecuencia de convulsiones durante el embarazo.

Anestésicos. Debe evitarse el uso de anestésicos durante el embarazo. Si es necesaria la anestesia, se deben evitar los agentes inyectables que requieren metabolismo hepático para su eliminación.

El manejo anestésico para la cesárea es un tema muy interesante y seguramente lo desarrollaremos en otro artículo.

 

Transferencia de medicamentos a la leche

La transferencia de fármacos a la leche se ha estudiado ampliamente en vacas y en las mujeres. Falta información similar sobre perros y gatos.

Como todas las drogas tienen el potencial de atravesar la placenta, todos los medicamentos tienen el potencial de excretarse en la leche y tener efectos sobre el cachorro o gatito lactante.

La hipótesis del pH se aplica bien a los fármacos que pasan a la leche.

La leche tiene un pH ácido en relación con el suero (6,5 a 7,2 frente a 7,4) por lo tanto es esperable que los medicamentos que son bases débiles (por ejemplo, eritromicina, trimetoprim / sulfa, aminoglucósidos) se concentrarán preferentemente en la leche.

No se han notificado casos de efectos adversos graves asociados con la transferencia de medicamentos a la leche en animales lactantes. Sin embargo, los veterinarios deben tener precaución al administrar medicamentos tales como anestésicos, barbitúricos, catárticos y antibióticos potencialmente dañinos para la madre lactante.

 

En la próxima entrega hablaremos sobre el tratamiento con drogas en el neonato.

 


VER:

-Medicación durante la preñez y en los neonatos (Primera Parte)

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