DIVULGACIÓN VETERINARIA DESDE 1996
viernes 02 de mayo de 2025 - Edición Nº2255
Vet Market » Protagonistas » 26 jul 2019

La columna del Dr. Javier Paoloni

¿Puedo elegir a quien atender?

Todos los perros del mundo merecen un hogar, un propietario que los ame, que los cuide y que se responsabilice por ellos… pero no todas las personas merecen tener un perro. La idea es que con los años nos enfoquemos en las que merecen tener uno.


Así como los propietarios de nuestros pacientes muchas veces ‟peregrinan” de veterinaria en veterinaria hasta encontrar al profesional que los deja conformes, nosotros, los Médicos Veterinarios tenemos libre albedrío para elegir hacia que familias (y pacientes) entregar nuestra atención, capacidad y profesionalismo, y esa elección no tiene nada que ver con su poder adquisitivo.

 

Feedback, dar y recibir, sembrar y cosechar, entregar el corazón y recibir respeto y felicidad, llámenle como quieran, pero con los años asegúrense colegas de saber hacia dónde orientar su profesión, a quienes darle todo lo que tienen… porque dar y dar, entregar y entregar, atender días del padre, de la madre, feriados, días festivos, navidades, año nuevo, dejar cumpleaños de hijos, esposos/as para ‟correr a atender una urgencia” y después no recibir nada, es frustrante.

 

Cuando digo no recibir nada, no me refiero a lo económico solamente, me refiero a algo mucho más valorable y profundo, el respeto y reconocimiento de ese propietario por haberlo puesto a él y a su perro por delante de todo.

 

Pueden decirme que ‟para eso están los que atienden urgencias”, que ‟para eso están las clínicas veterinarias súper equipadas que atienden las 24 hs. los 365 días del año”, pueden decirme lo que quieran, yo les respondo -con 25 años de profesión- que pueden elegir a quien atender y a quién no.

 

Obviamente que en la atención de urgencia haremos todo por salvar ese paciente, nosotros nacimos para eso, esa es nuestra esencia, pero ese propietario que sólo nos busca cada 4 o 5 años y cuando ‟las papas pelan” o cuando ‟lo traen porque ya el perro no da más” o después de 4 o 5 años aparecen de la nada exigiendo y exigiendo hacer en horas lo que no se hizo en un lustro… me pregunto… ¿vale la pena?

 

Desde el punto de vista económico seguro que sí, pero vayamos más allá, pensemos en nosotros, en nuestro equipo Veterinario, en nuestra familia… durante 5 o más años ese propietario que compró alimentos en otra veterinaria, hizo vacunas y fue innumerable cantidad de veces a su ‟Veterinario de cabecera”… a quien no consiguió ese feriado, ese domingo, ese día festivo y vino a nosotros con muchas ínfulas y poco dispuesto a realizar estudios… me pregunto... ¿vale la pena?

 

Ese propietario que habló mal de ‟los últimos 8 Veterinarios que atendieron a su Firulais”… ¿vale la pena?

 

Ese propietario que dice que ‟ama a Firulais como a su hijo”, pero ‟su hijo” está lleno de pulgas, garrapatas, sin vacunas, no sabe cuándo comió por última vez, no sabe si tiene diarrea o si tiene vómitos, simplemente lo vio así de mal y lo trajo… y su única preocupación es ‟cuanto le va a salir atender o hacerle estudios a Firulais”… ¿vale la pena?

 

Por favor, no piensen que ‟nado en la abundancia”, no piensen que mis 25 años de profesión fueron color de rosa, ni que estoy más allá de la situación económica que toca vivir en mi país… nada de eso, simplemente en tiempos en donde el burn out es la vedete en nuestra profesión, en tiempos donde cada día se cierran veterinarias y cada día más colegas jóvenes y entusiastas ven frustrados sus sueños, les digo que se puede ser feliz en la profesión, y que felicidad y rentabilidad pueden ir de la mano.

 

Para eso hay que seleccionar los propietarios a quien atender y si para ganar salud hay que perder a alguno… ganemos salud!!

 

Jamás vamos a satisfacer a todo el mundo, jamás le agradaremos a todo el mundo, hagamos lo que hagamos siempre habrá clientes disconformes, son las ‟reglas del juego” y reconozcamos el significado de una palabra, esa palabra es aceptación… pero si enfocamos nuestras energías, capacidades, habilidades médicas y habilidades blandas en los propietarios que sintonizan la misma frecuencia que nosotros, si conseguimos sinergizar nuestras energías con las de esa familia, con ese propietario, nuestra atención será única, el servicio por nosotros brindado será distinto, ni mejor ni peor que otro profesional, simplemente inigualable, y tendremos una gran fortaleza para competir ya que la calidad de nuestro servicio será distinto, único e insuperable.

 

Empezaremos a fluir desarrollando la profesión de esa manera y tendremos enormes posibilidades de llevar la profesión al más alto nivel, planificando, introduciendo pacientes a planes de medicina preventiva… construiremos confianza y venderemos felicidad y solamente se puede vender lo que se tiene.

 

Colegas jóvenes (y no tan jóvenes) elijan, canalicen sus energías, entreguen a quienes devuelvan, fidelicen, eduquen a ese propietario, a esa familia, promuevan y refuercen el vínculo humano-animal y verán que en un tiempo más corto que largo, esa entrega dará sus frutos.

 

Hoy se habla de marketing, de neuromarketing, de estrategias comunicacionales, de tasas de retorno y estos tópicos se relacionan siempre con la frialdad de los ‟números”… y está bien que así sea, pero fíjense que muchas veces estos cursos están dados por profesionales que jamás pusieron un perro en una camilla o no son del rubro, en definitiva no son Médicos Veterinarios y hablan y hablan de nuestra profesión como si la conocieran, son puras charlatanerías… no saben lo que es ser Médico Veterinario, no saben lo que se sufre y lo que se disfruta siéndolo.

 

Somos ‟raros” los Veterinarios, vanagloriamos a un CEO que nos dice como atender o como proceder en una consulta veterinaria, y este es un CEO de una empresa de comidas rápidas, o de una empresa automotriz y denostamos a colegas… somos ‟raros”.

 

Debemos elegir a quien atender, buscar reciprocidad, formar vínculos, canalizar nuestras energías, darnos tiempos para nosotros y nuestras familias, fluir… no solamente para obtener el frío beneficio de ‟los números”, sino para encontrar lo más importante de la vida, la felicidad,  desarrollando la mejor profesión del mundo.

 

Porque felicidad y rentabilidad pueden ir de la mano si elegimos a quien atender.

 

Un gran abrazo para todos.

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