Un grupo de investigadores del Colegio de Medicina Osteopática de Lake Erie publicó los resultados de un estudio donde se utilizaron perros de la raza Beagle.
Después de ocho semanas de entrenamiento, los beagles, elegidos por sus genes de receptores olfativos superiores, pudieron distinguir entre muestras de suero sanguíneo tomadas de pacientes con cáncer de pulmón maligno y controles sanos. Para lograrlo, los perros fueron llevados a una habitación con muestras de suero sanguíneo al nivel de la nariz.
Algunas muestras provenían de pacientes con cáncer de pulmón y otras habían sido extraídas de controles sanos. A medida que olían una muestra positiva, los perros se sentaban para indicar un hallazgo de cáncer o seguían adelante si no detectaban nada.
A partir de las conclusiones, el equipo espera que este sea el comienzo de un mayor desarrollo de nuevas tecnologías a través de los perros, para poder detectar otros tipos de cánceres por el olfato. Ahora, por ejemplo, están a punto de completar una segunda fase de la investigación donde los canes podrían identificar además del cáncer de pulmón, el de mama y el colorrectal.
El objetivo es poder descubrir cuáles son los biomarcadores que alertan a los perros para saber que existe el cáncer ya sea en el aliento o en las muestras de sangre, y utilizarlos para poder crear nuevas tecnologías, parecidas a las pruebas de embarazo, que puedan detectar fácilmente la enfermedad.
Según los investigadores los estudios han demostrando que los perros tienen una mejor capacidad para detectar el cáncer que la tecnología actual.