domingo 28 de diciembre de 2025 - Edición Nº2495

Divulgación | 28 de diciembre

Bienestar animal en verano

Verano seguro: cómo prevenir el golpe de calor en perros y gatos

Las altas temperaturas representan un riesgo silencioso para los animales de compañía. Sin las precauciones adecuadas, perros y gatos pueden sufrir golpes de calor y deshidratación. Claves para protegerlos y reconocer señales de alarma a tiempo.


Con la llegada del verano y el aumento sostenido de las temperaturas, el cuidado de perros y gatos adquiere una relevancia particular. A diferencia de las personas, los animales de compañía no regulan su temperatura corporal a través del sudor: perros y gatos carecen de glándulas sudoríparas funcionales y dependen principalmente del jadeo y de mecanismos limitados para disipar el calor. Esta condición fisiológica los vuelve especialmente vulnerables al sobrecalentamiento y al temido golpe de calor, una urgencia veterinaria potencialmente fatal.

En el caso de animales de razas braquicéfalas y con pelaje grueso, según el Grupo Asesor Legal sobre Conformaciones Extremas en Perros (LAGECDogs), estos animales presentan un riesgo significativamente mayor de sufrir enfermedades relacionadas con el calor. Por ejemplo, los chow chow tienen 16,6 veces más probabilidades de sufrir enfermedades relacionadas con el calor que los labradores, los bulldogs ingleses 14 veces más y los bulldogs franceses 6,5 veces más. También existe un mayor riesgo en perros mayores, con sobrepeso y con problemas respiratorios.

En todos los casos, la clave para garantizar el bienestar animal está en la prevención y la observación diaria, ya que muchos de los riesgos asociados al calor pueden evitarse con medidas simples pero constantes.

 

Cuando los perros tienen calor, pueden refrescarse jadeando, bebiendo más, buscando la sombra o saltando al agua. Pero si no pueden hacer estas cosas, o si hace demasiado calor, su temperatura corporal puede dispararse y provocar enfermedades relacionadas con el calor e incluso la muerte.

 

Paseos y actividad física: elegir el momento adecuado

Uno de los principales consejos es evitar el ejercicio o paseos durante las horas de mayor temperatura. Estos deben programarse temprano por la mañana o al atardecer, cuando el ambiente es más fresco. El esfuerzo físico bajo el sol intenso incrementa rápidamente la temperatura corporal del animal y puede desencadenar un cuadro grave en pocos minutos.

 

Cuidado con las superficies calientes

El calor no solo afecta por el aire: el pavimento, la arena de la playa y otras superficies expuestas al sol pueden alcanzar temperaturas extremas. Estas superficies pueden provocar quemaduras dolorosas en las almohadillas de perros y gatos. Una regla práctica es sencilla: si el suelo está demasiado caliente para mantener la mano apoyada unos segundos, también lo estará para las patas del animal.

No coloque toallas húmedas directamente sobre el cuerpo de su animal de compañía, ya que esto puede retener el calor y empeorar su condición. Puede colocar toallas húmedas o mojadas debajo de él (recuerde mojarlas con frecuencia), pero nunca sobre su cuerpo. 

 

Hidratación: un nutriente esencial

El agua es uno de los nutrientes fundamentales para la vida y su consumo adecuado resulta clave durante el verano. Es clave controlar y garantizar la provisión de agua fresca y limpia en todo momento para ayudar a regular la temperatura corporal y prevenir la deshidratación.

 

El auto: un peligro mortal

Dejar a un perro o un gato dentro de un automóvil, aunque sea por pocos minutos y con las ventanas cerradas o entreabiertas, representa un riesgo extremo. La temperatura dentro del vehículo puede elevarse rápidamente hasta niveles incompatibles con la vida, provocando un golpe de calor en muy corto tiempo. Esta práctica es una de las principales causas de emergencias estivales atendidas en clínicas veterinarias.

 

 

Señales de alerta que no deben ignorarse

Más allá de la prevención, la observación atenta del animal es fundamental. Signos como jadeo excesivo, letargo, debilidad, babeo abundante, vómitos o encías enrojecidas pueden indicar que el animal está sufriendo los efectos del calor. Ante cualquiera de estos síntomas, se recomienda buscar atención veterinaria inmediata.

El verano puede ser una estación para disfrutar junto a los animales de compañía, siempre que se priorice su bienestar. Con información, prevención y cuidados adecuados, es posible reducir los riesgos y garantizar que perros y gatos atraviesen los meses de calor de forma segura y confortable.

 


 

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