La influenza aviar altamente patógena (IAAP), asociada principalmente a virus H5, ha evolucionado desde brotes regionales hacia una panzootia de alcance global.
Desde 2021, el virus se ha diseminado por todos los continentes, afectando a una diversidad sin precedentes de especies de aves silvestres y, de forma creciente, a múltiples especies de mamíferos.
En su declaración más reciente, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) subraya que esta situación está provocando una pérdida de biodiversidad sin precedentes y una alteración profunda de los ecosistemas a escala planetaria.
Evidencia reciente de mortalidad masiva en fauna silvestre
Los acontecimientos registrados durante 2024 y 2025 reflejan la magnitud y persistencia de la amenaza.
En Europa, durante la migración otoñal de 2025, se reportó una actividad excepcionalmente alta de IAAP en aves silvestres, con un número de detecciones que cuadruplicó las cifras del año anterior y alcanzó los niveles más elevados desde 2016. Entre los eventos más relevantes se encuentra la mortalidad de más de 20.000 grullas comunes (Grus grus) solo en Alemania.
En América del Norte, el virus continúa ampliamente distribuido en aves silvestres y se detecta con mayor frecuencia en una amplia gama de mamíferos, lo que refuerza las preocupaciones desde la perspectiva sanitaria integral.
En regiones subantárticas, como las islas Georgia del Sur, se han confirmado nuevas infecciones en elefantes marinos del sur (Mirounga leonina), agravando pérdidas poblacionales que alcanzan aproximadamente el 50 % de las hembras reproductoras desde 2023. De manera similar, en las Islas Malvinas, las dos colonias más grandes del mundo de albatros de ceja negra (Thalassarche melanophris) han experimentado brotes recurrentes de IAAP, con una marcada disminución del número de aves reproductoras en 2024 y nuevamente en 2025.
Impactos ecológicos y enfoque de Una Sola Salud
La OMSA advierte que los efectos de esta panzootia trascienden la mortalidad directa. La disminución de poblaciones silvestres, los fallos reproductivos y la alteración de las interacciones entre especies comprometen la estabilidad de los ecosistemas y su capacidad de recuperación, con consecuencias potenciales a largo plazo. Estas alteraciones pueden derivar en la pérdida de servicios ecosistémicos esenciales y en cambios impredecibles en la dinámica de las redes tróficas.
La propagación sostenida del virus hacia mamíferos silvestres refuerza la preocupación desde el enfoque de Una Salud, al incrementar las posibles implicancias para los animales domésticos, la producción ganadera y la salud humana. En este contexto, la OMSA destaca la necesidad de integrar las acciones de sanidad animal con la vigilancia ambiental y la salud pública.
Vigilancia, cooperación y respuestas integradas
Para mitigar los impactos futuros y favorecer la recuperación de la biodiversidad, la declaración enfatiza la importancia de fortalecer y coordinar los sistemas de vigilancia en vida silvestre, junto con una rápida caracterización genómica de los virus circulantes. El intercambio oportuno de datos entre países y sectores resulta clave para anticipar escenarios de riesgo y diseñar estrategias de control eficaces.
Asimismo, se remarca la necesidad de integrar las medidas sanitarias con acciones de conservación más amplias y de abordar de manera simultánea otras presiones que afectan a los ecosistemas, como la pérdida de hábitat, la sobrepesca, las especies invasoras, la contaminación y el cambio climático.
Soluciones basadas en la naturaleza y rol veterinario
La OMSA promueve la exploración de enfoques innovadores, entre ellos las soluciones basadas en la naturaleza, orientadas a reforzar la resiliencia ecológica y mantener barreras naturales frente a la propagación de patógenos. Estas incluyen el fortalecimiento de las poblaciones de carroñeros para facilitar la eliminación biológica de cadáveres infectados, la restauración y protección de humedales y ambientes costeros, la gestión de paisajes heterogéneos que reduzcan la concentración de aves migratorias y la minimización de puntos de congregación artificiales que actúan como focos virales.
En este escenario, la OMSA señala que los profesionales de la sanidad de la vida silvestre cumplen un rol estratégico en el diseño y la coordinación de planes de control de la IAAP.
Por otra parte, la bioseguridad, la biovigilancia y el intercambio permanente de información actualizada son pilares fundamentales para enfrentar una panzootia que representa uno de los mayores desafíos contemporáneos para la conservación de la biodiversidad y la salud animal y humana a nivel global.
Otros Documentos Asociados de la OMSA:
- Gripe aviar y fauna silvestre: Gestión de riesgos para personas que trabajan con aves silvestres
- Declaración sobre la gripe aviar y los mamíferos
- Influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) en el ganado bovino