Elefanta del ex Zoológico de Buenos Aires
Falleció “Pupy” en el Santuario de Elefantes de Brasil
La elefanta africana Pupy había sido trasladada hace seis meses desde el Ecoparque de Buenos Aires para iniciar una nueva etapa en libertad en el Santuario de Elefantes de Mato Grosso, Brasil. La muerte sucedió repentinamente la noche del 10 de octubre tras sufrir complicaciones gastrointestinales.
Con profundo pesar, el Global Sanctuary for Elephants (GSE), ubicado en Mato Grosso, Brasil, anunció la muerte de la elefanta africana Pupy, ocurrida el pasado viernes 10 de octubre de 2025, apenas seis meses después de haber sido trasladada desde el Ecoparque de Buenos Aires (ex Zoológico de Buenos Aires) para iniciar una nueva etapa en libertad.
“Con el corazón más pesado compartimos la noticia de que Pupy falleció anoche, momentos después de su colapso”, informó el santuario a través de un comunicado. Durante los días previos, la elefanta había presentado problemas gastrointestinales intermitentes, una afección con antecedentes de cólicos que venía siendo tratada y que, según los cuidadores, parecía estar mejorando. Sin embargo, su estado se agravó repentinamente.
El informe del santuario detalla que Pupy perdió el apetito y excretó varias rocas oscuras, que no pertenecen a la zona y que podrían haberle provocado una obstrucción o complicación intestinal severa. Horas más tarde, la elefanta comenzó a mostrarse débil e inestable sobre sus patas, hasta que finalmente se desplomó.
En ese momento, Kenia, la otra elefanta africana con la que Pupy había entablado un estrecho lazo afectivo, permaneció cerca y observó a su compañera con evidente preocupación. Tras el fallecimiento, los cuidadores reabrieron la puerta para que Kenia pudiera acercarse y pasar la noche junto al cuerpo de su amiga, en un gesto que conmovió profundamente al equipo.
“Aunque Kenia dudó al principio, terminó quedándose junto a Pupy durante la noche. Fue su manera de acompañarla en el final”, relataron desde el santuario.
El GSE subrayó que esta pérdida representa una de las partes más duras de su labor: brindar un retiro digno a elefantes geriátricos o con secuelas irreversibles del cautiverio. “Sabemos que los efectos del encierro son significativos y a veces insuperables. Aun así, cada día en libertad vale la pena”, expresaron.
Cuando el fundador del santuario, Scott Blais, conoció a Pupy y su compañera Kuky en Buenos Aires, quedó impactado por su estado físico: “Parecían tener el doble de la edad que nos habían dicho. Sus cuerpos mostraban el daño de décadas de confinamiento”. Kuky murió poco antes del traslado, lo que reforzó la urgencia de rescatar a Pupy.
El equipo de patología realizará una necropsia para determinar las causas precisas de la muerte, aunque los resultados podrían demorar entre dos y tres meses. Los cuidadores sospechan que la elefanta podría haber sufrido una afección crónica no detectada en los estudios previos.
A pesar del dolor, el santuario compartió un mensaje de gratitud: “Pupy conoció la libertad, el cielo abierto y el amor incondicional de otro elefante. Aunque su tiempo en el santuario fue breve, vivió sus últimos meses rodeada de respeto, cariño y naturaleza. Eso es algo que nadie podrá quitarle”.
Durante la mañana siguiente, Kenia lanzó un fuerte estruendo al acercarse al cuerpo de su amiga, como una despedida. Desde el santuario informaron que sus cuidadores permanecerán atentos a su estado emocional en los próximos días.
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