Elefanta Africana
Pupy ya está en el Santuario de Elefantes de Brasil
La elefanta africana Pupy, que estaba en el Ecoparque de Buenos Aires, finalmente llegó al Santuario de Elefantes de Brasil, en el Mato Grosso. Allí, vivirá de una manera más adecuada para un animal de su especie, en un predio de 1.110 hectáreas, donde también hay otros elefantes.
El momento que todos los que aman a los animales estaban esperando finalmente llegó. La elefanta africana Pupy, ya está en el Santuario Mundial para Elefantes, en el Mato Grosso, Brasil.
Después de partir el pasado 14 de abril del Ecoparque de Buenos Aires y de recorrer aproximadamente unos 3.000 kilómetros, el camión con el recinto en el que estaba alojada la elefanta, llegó este 18 de abril al nuevo hogar.
Mapa con el recorrido desde el Ecoparque de Buenos Aires hasta el Santuario de Elefantes de Brasil, en el Mato Grosso
En el santuario, Pupy tendrá una mejor calidad de vida, ya que el predio de 1.110 hectáreas está especialmente diseñado para brindar un ambiente natural y seguro a los elefantes que han vivido en cautiverio, permitiéndoles recuperar comportamientos propios de su especie y socializar con otros individuos en condiciones óptimas.
El Santuario de Elefantes de Brasil es el primer refugio de este tipo en América Latina y está gestionado por la organización Global Sanctuary for Elephants (GSF) en conjunto con Elephant Voices.
Hasta la llegada de Pupy, el santuario albergaba a cinco elefantas asiáticas: Mara -elefanta de origen asiático que también vivía en el Ecoparque y que fue trasladada exitosamente en mayo de 2020-, Guillermina, Rana, Maia y Bambi.
Pupy tiene su propia alimentación, que se basa en una dieta balanceada que incluye forraje, fardos de gramíneas, avena, frutas y verduras, con un consumo diario de entre 70 y 80 kilos. Para estimular su bienestar, recibe el alimento de distintas maneras, como en bloques congelados o dentro de objetos manipulables, fomentando su actividad y conducta natural.
La historia de Pupy
En el año 1993 -durante la privatización del Zoológico de Buenos Aires bajo la gestión de Gerardo Sofovich, iniciada en 1989- ingresaron numerosas especies para renovar la colección y atraer a más visitantes. Entre ellas, llegaron las elefantas africanas Pupy y Kuky. Dos años después, en 1995, se sumó la elefanta Mara.
Pupy y Kuky. Foto: Ecoparque Buenos Aires
Las prácticas comunes en el tráfico de elefantes en las décadas de 1980 y 1990 hacen suponer que Pupy y su compañera fueron víctimas de cazadores que exterminaban manadas en África, una penosa costumbre en la que los adultos eran asesinados y las crías capturadas para su venta a zoológicos y circos de todo el mundo.
Es probable que ambas pasaran un tiempo en un centro de acopio o en un zoológico intermedio antes de ser enviadas a la Argentina. En aquella época, los elefantes eran considerados una atracción exótica y varios zoológicos de distintas partes del mundo los adquirieron en circunstancias similares.
Durante la vida en cautiverio, las elefantas sufrieron las consecuencias habituales de vivir en cautiverio, como la falta de desarrollo muscular debido a la restricción de movimiento y la imposibilidad de establecer interacciones sociales naturales.
Desde su llegada al Zoológico de Buenos Aires (actual Ecoparque), Pupy y Kuky compartieron el mismo recinto durante 31 años, hasta la muerte de Kuky.
Pupy y Kuky compartían el mismo espacio en el ex Zoológico Buenos Aires. Foto: Ecoparque Buenos Aires
Pese a la perdida de su única compañera de cautiverio, los especialistas observaron que en el último tiempo comenzó a mostrar signos de mayor tranquilidad, lo que sugiere que la convivencia en un espacio reducido limitaba una buena interacción.