Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ha elaborado un informe que sacude las ideas convencionales sobre la influenza aviar, tradicionalmente vista como una enfermedad puramente respiratoria. El informe revela que estos virus no solo pueden infectar el tracto gastrointestinal de mamíferos, incluidos los humanos, sino que también podrían causar síntomas digestivos.
Este hallazgo es especialmente relevante en el contexto actual del brote de gripe aviar A(H5N1) en los Estados Unidos. Aunque hasta ahora no se han documentado casos humanos de H5N1 relacionados con el consumo de leche cruda, el estudio plantea una pregunta crítica: ¿podría el consumo de alimentos o bebidas contaminadas ser una vía de infección?
El informe de los CDC, que sintetiza datos de diversas investigaciones científicas, destaca varios puntos clave. Tradicionalmente, la influenza A es un patógeno respiratorio contagioso que se propaga a través del aire. Sin embargo, los investigadores revisaron estudios que mostraron que los virus de la influenza A, tanto estacionales como nuevos, pueden propagarse al tejido gastrointestinal en mamíferos como hurones después de una infección respiratoria. Esto sugiere que el virus no se limita a los pulmones y la garganta.
Además, el análisis de casos clínicos en humanos con influenza A, tanto estacional como nueva, reveló que muchos pacientes presentaban síntomas digestivos, y en sus heces se encontraron restos de material genético viral. Esto respalda la idea de que el virus tiene la capacidad de afectar el sistema gastrointestinal humano y no es una simple coincidencia.
El riesgo de la infección a través de alimentos
Un aspecto crucial de la investigación se centra en la posibilidad de infección a través del consumo de productos contaminados. El estudio resume datos que indican que perros y gatos que ingirieron material con el virus H5N1 (como carne o leche contaminada) desarrollaron infecciones graves, a menudo mortales. Si bien los autores señalan que no se pueden aplicar directamente estos hallazgos a los humanos, la evidencia en animales demuestra que esta vía de transmisión es teóricamente posible.
A pesar de que el riesgo de infección humana a través del tracto gastrointestinal es considerado bajo, el informe subraya que es una posibilidad que no debe descartarse.
La clave: precauciones alimentarias y la pasteurización
Ante estas revelaciones, los CDC insisten en la importancia de las medidas de seguridad alimentaria. Aconsejaron evitar el consumo de leche cruda y productos derivados, como quesos blandos y yogures, si están hechos con leche no pasteurizada. La pasteurización es un proceso vital que mata bacterias y virus, incluidos los de la influenza A.
El informe concluye que, si bien se necesita más investigación para comprender completamente cómo estos virus pueden infectar a humanos y mamíferos a través del sistema digestivo, las personas deben cocinar completamente las aves, la carne de res y los huevos, y elegir productos lácteos pasteurizados, son pasos sencillos pero fundamentales para mitigar los riesgos.