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sábado 06 de septiembre de 2025 - Edición Nº2382
Vet Market » Profesión » 4 sep 2025

Estudio comparativo en carnívoros

Nuevas claves neuroanatómicas para comprender el cerebro animal

Una reciente investigación muestra que el número de neuronas corticales no siempre está asociado al tamaño cerebral. Perros con más neuronas que leones u osos y mapaches con densidad similar a primates son algunos de los hallazgos que replantean la comprensión de la cognición y la evolución en distintas especies.


Un equipo internacional de neurocientíficos analizó el cerebro de ocho especies de carnívoros -hurón, mangosta, mapache, gato doméstico, perro doméstico, hiena rayada, león y oso pardo- con un método innovador que permite contar neuronas de manera precisa: el fraccionador isotrópico.

El estudio, publicado recientemente en Frontiers in Neuroanatomy, tuvo como objetivo investigar cómo se distribuyen las células cerebrales y qué relación existe entre el tamaño del cerebro, la cantidad de neuronas y el metabolismo de cada especie.

En contra de lo esperado por los investigadores, los resultados indicaron que el tamaño cerebral no se traduce necesariamente en mayor cantidad de neuronas corticales:

- El perro doméstico (ejemplificado con un golden retriever) posee más neuronas corticales que el león, la hiena rayada o incluso el oso pardo, pese a tener un cerebro más pequeño.

- El oso pardo, con un cerebro casi diez veces mayor que el de un gato, tiene prácticamente la misma cantidad de neuronas que el felino doméstico.

- El mapache muestra un perfil único: en un cerebro del tamaño de un gato, concentra una densidad neuronal similar a la de los primates.

Los investigadores plantean que estas diferencias responden a limitaciones metabólicas. Mantener un gran número de neuronas implica un costo energético muy alto, lo que obligaría a especies de gran tamaño, como el oso, a sacrificar neuronas corticales para sostener sus necesidades corporales y conductuales. Incluso factores como la hibernación podrían jugar un rol en este delicado equilibrio.

Para la medicina veterinaria y la neurociencia comparada, estos hallazgos abren un campo de reflexión. La cognición animal no puede deducirse solo por el tamaño del cerebro, sino que requiere considerar la densidad y distribución de neuronas, así como las particularidades fisiológicas de cada especie. Esto tiene implicancias en áreas como la etología clínica, el bienestar animal en zoológicos o reservas, y la interpretación de capacidades de aprendizaje y adaptación en animales domésticos.

En definitiva, el estudio no solo aporta nuevos datos sobre la evolución del cerebro en carnívoros, sino que también invita a repensar las bases sobre las que comprendemos la inteligencia y el comportamiento en diferentes especies. Más que un simple asunto de tamaño, la neuroanatomía animal es un campo donde el número de neuronas, el metabolismo y la historia evolutiva interactúan de manera compleja y fascinante.

 

 


 

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