Atención veterinaria
10 pasos clave para el cuidado de pacientes rescatados
Cuando un paciente canino o felino llega al consultorio veterinario sin antecedentes sanitarios y proviene de la calle o de un criadero de dudosa procedencia, el médico veterinario debe implementar un protocolo sanitario riguroso, tanto para proteger al animal como para evitar riesgos para otros pacientes y personas. Los diez puntos clave.
El ingreso de un animal rescatado a un centro veterinario implica un desafío clínico y epidemiológico. Sin datos sobre su historia sanitaria, edad exacta o procedencia confiable, la intervención profesional debe combinar el cuidado individual con la prevención de enfermedades transmisibles.
Las asociaciones veterinarias internacionales, como la Asociación Mundial de Veterinarios de Animales de Compañía (WSAVA), recomiendan protocolos estandarizados para estos casos.
1. Recepción e aislamiento preventivo
El animal debe ingresar de forma directa a un área de aislamiento o triage, evitando el contacto con otros pacientes. El uso de guantes, camisolín y, en algunos casos, barbijo, es esencial para minimizar riesgos zoonóticos.
2. Anamnesis y examen clínico exhaustivo
Aunque el tutor o rescatista no disponga de antecedentes, es clave recopilar cualquier dato sobre su origen y conductas observadas. El examen físico permite detectar lesiones, signos de enfermedades y evaluar la condición general.
3. Control inmediato de parásitos
La desparasitación interna y externa es prioritaria, ya que pulgas, garrapatas y parásitos intestinales son frecuentes en animales callejeros o de criaderos deficientes. Se eligen productos de amplio espectro, adaptados a la especie y el peso.
4. Pruebas para enfermedades infectocontagiosas
Los test rápidos y análisis de laboratorio ayudan a detectar enfermedades frecuentes según la especie: en perros, moquillo, parvovirus o ehrlichiosis; en gatos, leucemia viral felina (FeLV) e inmunodeficiencia felina (FIV).
5. Inicio del plan de vacunación
Si el paciente está estable y libre de patologías graves, se puede comenzar con la vacunación de base. En caso contrario, se pospone hasta que la condición clínica lo permita.
6. Evaluación del estado reproductivo
Se determina si el animal está castrado, en celo o preñado. La esterilización se planifica cuando el estado de salud es óptimo, priorizando el control reproductivo y la prevención de enfermedades.
7. Observación conductual
Registrar el comportamiento (miedo, agresividad, apatía) ayuda a anticipar necesidades de manejo y socialización, importantes para su futura adopción o convivencia.
8. Registro sanitario completo
Todo lo realizado debe documentarse en la historia clínica: hallazgos, tratamientos, fechas y dosis de vacunas o antiparasitarios. Esto será clave para el seguimiento.
9. Medidas de bioseguridad
La desinfección del área, el instrumental y las superficies tras cada atención previene la transmisión de patógenos a otros pacientes.
10. Seguimiento y derivación
El control veterinario a los pocos días permite evaluar la evolución, completar esquemas sanitarios y, si corresponde, emitir un certificado de aptitud para adopción.
En un contexto donde el rescate y la adopción responsable crecen, la aplicación de estas medidas garantiza una transición segura hacia una nueva vida de los animales de compañía.