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miércoles 20 de agosto de 2025 - Edición Nº2365
Vet Market » Divulgación » 18 ago 2025

Vínculo de los humanos con los animales

El impacto negativo de la intromisión humana con la fauna silvestre

La intromisión humana en la vida silvestre no es un asunto menor ni esporádico: es un fenómeno creciente que se expresa en playas, humedales, bosques, áreas rurales, parques y hasta en áreas protegidas. Decálogo de responsabilidades.


El contacto cada vez más frecuente entre personas y animales silvestres -empujado por el turismo masivo, la urbanización, las redes sociales y actividades recreativas- impacta negativamente en la fauna silvestre. La consecuencia más común es el estrés que puede derivar en problemas mayores.

Querer ver de cerca, tocar y fotografiarse junto a un animal, a simple vista parece inofensivo, pero para la fauna, ese momento se traduce en alteración de conductas, mayor exposición a depredadores y, a menudo, en lesiones o muerte.

El primer impacto ocurre a nivel fisiológico. La presencia cercana de personas, vehículos, drones o animales de compañía eleva las hormonas del estrés en aves y mamíferos, lo que deteriora su sistema inmune y reduce el éxito reproductivo. Ese “costo” se multiplica en etapas críticas -apareamiento, nidificación, muda, hibernación o migración- cuando cualquier alteración puede derrumbar meses de inversión biológica.

El querer alimentar a la fauna suele ser otra de las intromisiones provocadas por las personas. Sin embargo, ofrecer comida a animales silvestres modifica su conducta natural, favorece la habituación a humanos y aumenta conflictos. Los individuos dejan de buscar presas, se vuelven dependientes, cambian sus patrones de movimiento y, en muchos casos, se acercan a rutas, campamentos o zonas urbanas. Además, el alimento humano suele ser nutricionalmente inadecuado y facilita la transmisión de patógenos entre especies. Lo que parece un “acto de amor” se convierte en un boomerang sanitario y ecológico.

Otras acciones humanas que afectan a la fauna es el uso de tecnología. Drones volando a baja altura sobre los animales, el uso de cuatriciclos, parlantes y el uso de luces artificiales.

Estas acciones humanas no solo afectan a la fauna silvestre, también pueden afectar la propia integridad de las personas. Recientemente, un turista resultó gravemente herido tras el ataque de un elefante en la reserva Bandipur, al sur de India, después de ingresar a una zona restringida para tomarse una fotografía. El incidente ha reavivado el debate sobre los riesgos de ignorar las normas en áreas protegidas y la tensión entre el turismo de aventura y la conservación de la vida silvestre.

Los animales de compañía también pueden afectar a la fauna silvestre. Perros y gatos libres en áreas naturales o periurbanas cazan fauna nativa, transmiten enfermedades y hostigan a especies vulnerables. Incluso sin agresiones, su sola presencia espanta y fragmenta hábitats. La responsabilidad es doble: de los tutores que los dejan deambular y de los municipios que no controlan. La convivencia es posible, pero exige tenencia responsable.

 

Decálogo de responsabilidades

1- No acercarse ni alimentar fauna silvestre. Observar a distancia con binoculares y teleobjetivos.

2- Respetar cierres estacionales y zonas de nidificación; si no hay carteles, aplicar el principio precautorio.

3- Regular drones y actividades ruidosas con horarios, altitudes y zonas prohibidas; sanciones ante incumplimientos.

4- Tenencia responsable de animales de compañía: correa, bozal si corresponde, sin ingreso a áreas naturales sensibles.

5- Infraestructura amigable con la fauna: pasos de fauna, señalización, límites de velocidad, boyas de exclusión y control de estelas.

6- Gestión de visitantes: cupos, guías habilitados, educación ambiental y campañas contra el “mascotismo” y las selfies intrusivas.

7- Turismo de naturaleza certificado: estándares de bienestar animal y auditorías independientes; “no tocar, no alimentar, no perseguir” como regla comercial.

8- Ordenamiento territorial que mantenga corredores biológicos y reduzca la fragmentación de hábitats.

9- Monitoreo y ciencia ciudadana para detectar impactos y ajustar medidas; reportes georreferenciados de disturbios y atropellamientos.

10- Aplicación efectiva de la ley: controles en rutas, puertos y redes sociales; multas que disuadan, no simbólicas.

Desafío cultural

Cuidar a la fauna silvestre exige un cambio de mirada: dejar de pensar en nuestro derecho a acercarnos y comenzar a asumir nuestra responsabilidad de respetar la distancia que garantiza su libertad y supervivencia.

 

 


 

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