Con un fuerte respaldo social y político, Colombia ha aprobado la Ley 2480 de 2025, conocida como Ley Kiara, una normativa que marca un antes y un después en la protección de los animales de compañía. La ley prohíbe el uso de collares con púas, dispositivos de descargas eléctricas y cualquier otro mecanismo que cause dolor o sufrimiento físico o emocional a los animales, especialmente bajo el pretexto del adiestramiento o corrección de conducta.
La ley lleva el nombre de Kiara, una perrita que desapareció en mayo de 2022 mientras estaba bajo el cuidado de una guardería canina en La Calera. Su caso, que generó una profunda indignación social, se convirtió en un símbolo de lucha por el bienestar animal. Tres años después, su memoria ha quedado plasmada en una legislación que busca evitar que casos similares se repitan.
Entre los puntos más destacados de la Ley Kiara se encuentra la prohibición expresa de collares de castigo, como los de púas, los eléctricos o cualquier dispositivo que provoque dolor. Esta medida responde a un enfoque moderno del bienestar animal, basado en la evidencia científica que demuestra los efectos negativos del castigo físico en la conducta y salud de los animales.
Las sanciones por incumplimiento son severas: multas de hasta 20 salarios mínimos legales mensuales vigentes, cierre temporal o definitivo de establecimientos, cancelación de licencias e inhabilitación del prestador en el Registro Nacional de Servicios para Mascotas.
La ley también establece nuevos estándares para todos los servicios vinculados al cuidado de animales de compañía —guarderías, paseadores, peluquerías, adiestradores, transporte y hoteles—, exigiendo condiciones de seguridad, confort e higiene. Los establecimientos deben contar con protocolos para situaciones críticas como la pérdida, lesiones o fallecimiento de los animales a su cargo.
Especial atención recibe el transporte de animales de compañía, el cual queda regulado para evitar el uso de jaulas que limiten el movimiento o generen incomodidad. A partir de esta ley, toda movilización debe realizarse bajo condiciones que aseguren el bienestar físico y emocional del animal, sin importar la duración del trayecto.
La Ley Kiara se inscribe en una corriente internacional que promueve métodos de entrenamiento basados en el refuerzo positivo, eliminando prácticas coercitivas que, aunque aún comunes, han sido ampliamente cuestionadas por expertos en etología y bienestar animal.
Más allá del texto jurídico, la Ley Kiara representa el triunfo de la ciudadanía organizada y consciente. Fue el clamor popular ante el caso de Kiara lo que impulsó el debate legislativo. Hoy, Colombia se suma a los países que elevan el bienestar animal a política de Estado.
Con la Ley 2480, Colombia reconoce que los animales de compañía no son objetos, sino seres sintientes que merecen cuidado, respeto y protección.