El sueño es un proceso biológico complejo y activo que es fundamental para la salud y el bienestar de los animales (humanos incluidos).

A diferencia de una simple inactividad, el sueño es un estado en el que el cerebro sigue trabajando intensamente para realizar funciones vitales de restauración y consolidación.

El estudio del sueño, históricamente relegado a la psicología humana, ha cobrado una relevancia creciente en la medicina veterinaria como un proceso fisiológico fundamental para el mantenimiento de la homeostasis y la salud integral de las especies canina y felina.

Lejos de ser un estado de inactividad, el sueño representa una fase de intensa reorganización neuronal y restauración metabólica, regulada por mecanismos neurobiológicos complejos que son análogos a los observados en primates y humanos.

Imagen ilustrativa Vet Market generada con IA

Mecanismos y fases del sueño en perros y gatos

La arquitectura del sueño en perros y gatos se caracteriza por ciclos recurrentes de sueño No-REM (NREM) y REM (Movimiento Ocular Rápido). Esta alternancia de fases está controlada por la interacción de sistemas neuronales en el tronco encefálico y el hipotálamo, así como por la liberación de neurotransmisores como la serotonina, la norepinefrina y la histamina.

Sueño NREM: Se subdivide en fases de sueño ligero y profundo. Durante el sueño profundo (ondas lentas), se produce una significativa desaceleración de la actividad cerebral, lo que permite la restauración celular y la reparación de tejidos. Este período se correlaciona con la liberación de la hormona del crecimiento, esencial para el desarrollo en cachorros y para la reparación tisular en adultos.

Sueño REM: Caracterizado por una actividad cerebral de alta frecuencia y baja amplitud, similar a la del estado de vigilia. En esta fase, se observa una atonía muscular generalizada, lo que previene que el animal actúe sus sueños. El sueño REM es crítico para la consolidación de la memoria a largo plazo, el procesamiento emocional y el aprendizaje procedimental. Estudios sugieren que la calidad del sueño REM influye directamente en la capacidad de los animales de compañía para adaptarse a nuevos entornos y para retener el entrenamiento.

Foto de archivo de Vet Market

Funciones biológicas críticas del sueño

El sueño no es un epifenómeno de la inactividad; sus funciones biológicas son esenciales para la supervivencia y el bienestar de los animales de compañía:

- Plasticidad cerebral y aprendizaje: La consolidación de las redes neuronales que sustentan el aprendizaje y la memoria ocurre predominantemente durante la fase REM. Una privación del sueño puede comprometer gravemente la capacidad cognitiva y de adaptación del animal.

- Regulación neuroendocrina: El sueño influye en la secreción de diversas hormonas, incluyendo las que regulan el estrés (cortisol) y el metabolismo (leptina y grelina). Un descanso inadecuado se ha asociado con un aumento del estrés crónico y un mayor riesgo de trastornos metabólicos como la obesidad.

- Función inmunológica: La privación del sueño se ha correlacionado con una reducción de la función del sistema inmunitario, haciendo a los animales de compañía más susceptibles a infecciones y enfermedades.

- Homeostasis cerebral: Se postula que durante el sueño, se activa el sistema glinfático, una red de canales que facilita la eliminación de productos de desecho metabólico acumulados en el cerebro durante la vigilia, lo que es crucial para la prevención de enfermedades neurodegenerativas.

Foto de archivo de Vet Market

Relevancia clínica y recomendaciones

La cantidad y la calidad del sueño varían en función de la edad, la raza y el estado de salud de los animales. Sin embargo, una alteración persistente en los patrones de sueño (insomnio, fragmentación del sueño) puede ser un indicador de patologías subyacentes como dolor crónico, trastornos neurológicos, ansiedad o apnea del sueño.

Promover un entorno adecuado, con un espacio de descanso tranquilo y seguro, así como una rutina diaria predecible, es fundamental para garantizar un sueño reparador en los animales de compañía. La comprensión de estos procesos neurobiológicos subraya la necesidad de abordar el sueño no como un simple hábito, sino como un pilar fundamental de la medicina preventiva y el bienestar animal.