Informe
La OMSA revela un preocupante panorama de la salud animal en el mundo
El informe de la Organización Mundial de Sanidad Animal destaca el crecimiento alarmante de enfermedades infecciosas, muchas de ellas con potencial de transmitirse a los humanos. El informe tiene como título: "El estado de la salud animal mundial 2025".
En un mundo cada vez más interconectado, donde los límites entre salud animal, humana y ambiental se desdibujan, el nuevo informe de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) presenta un panorama preocupante.
"El estado de la salud animal mundial 2025" es la primera evaluación anual de la salud animal global y destaca el crecimiento alarmante de enfermedades infecciosas, muchas de ellas con potencial de transmitirse a los humanos.
Uno de los datos más inquietantes es el avance sin precedentes de la influenza aviar altamente patógena. Solo en 2024 se registraron más de mil brotes en mamíferos en 55 países, el doble que el año anterior. El virus no solo afecta a aves de corral, sino que ha sido detectado en vacas, perros y gatos, lo que aumenta el riesgo de mutaciones capaces de cruzar la barrera de especie. La pérdida acumulada supera los 633 millones de aves sacrificadas en los últimos años.
A esta amenaza se suman otras enfermedades de alto impacto como la fiebre porcina africana, con más de 6.800 brotes recientes, o la reaparición de la peste de las pequeñas rumiantes en Europa. Cerca de la mitad de las enfermedades monitoreadas tienen potencial zoonótico, es decir, pueden afectar tanto a animales como a humanos. En ese contexto, la vigilancia epidemiológica y el diagnóstico precoz se vuelven esenciales.
Pero el informe no solo aporta malas noticias. También resalta la eficacia de la vacunación preventiva como principal herramienta de control. Ejemplos como el de Francia, que logró reducir los brotes graves de influenza aviar de 700 a solo 10 mediante vacunación masiva, o Turquía, que desarrolló en 37 días una vacuna contra la fiebre porcina bovina, muestran el poder de una respuesta científica rápida y coordinada.
La resistencia a los antimicrobianos (RAM), otro eje central del informe, representa una amenaza silenciosa. Aunque el uso de antibióticos en animales se redujo globalmente un 5 % entre 2020 y 2022, aún uno de cada cinco países continúa utilizándolos como promotores del crecimiento. Esta práctica, desaconsejada por la comunidad internacional, favorece la aparición de bacterias resistentes que podrían poner en jaque los tratamientos médicos tanto en animales como en humanos.
Ante este escenario, la OMSA llama a reforzar los sistemas veterinarios nacionales, garantizar el acceso equitativo a vacunas y fomentar una cooperación internacional sólida bajo el enfoque “Una Salud”, que integra la salud animal, humana y del ambiente.
El informe deja en claro que la salud animal ya no puede verse como un asunto aislado del bienestar humano. Las epidemias zoonóticas no respetan fronteras y requieren de una vigilancia constante, políticas preventivas sostenidas y una inversión seria en biotecnología veterinaria. En palabras de la OMSA, “proteger la salud animal es hoy un acto de prevención global”.