jueves 13 de noviembre de 2025 - Edición Nº2450

Divulgación | 11 Jul

Tenencia responsable y Bienestar animal

¿Cuánto tiempo pueden estar solos los animales de compañía?

Países como Suecia, Alemania y Suiza han comenzado a legislar sobre este aspecto que hace al bienestar de perros y gatos. Sin embargo, en Argentina y en otros países de América, no existen leyes que regulen cuánto tiempo puede permanecer solo un animal de compañía. Este vacío legal deja el tema en manos de la conciencia individual de cada tutor.


La relación entre humanos y animales de compañía ha cambiado profundamente. Los perros, gatos y otros compañeros no humanos son hoy considerados parte de la familia. Sin embargo, aún persisten ideas equivocadas sobre sus necesidades emocionales y sociales, especialmente en torno al tiempo que pueden permanecer solos durante el día.

En Argentina, la legislación no contempla esta problemática. La Ley 14.346 protege a los animales del maltrato y castiga el abandono, pero no aborda aspectos fundamentales de su bienestar cotidiano, como la soledad prolongada dentro del hogar.

El contraste con países europeos es evidente. En Suecia, por ejemplo, la Ley de Bienestar Animal prohíbe dejar a un perro solo por más de seis horas consecutivas. La normativa exige contacto social diario con personas u otros perros y paseos cada seis horas como mínimo. En caso de incumplimiento, las autoridades pueden intervenir con advertencias, inspecciones, sanciones o incluso el retiro del animal.

En Alemania, desde 2021, el reglamento exige que los perros no permanezcan solos más de cuatro horas y que salgan a pasear diariamente. Suiza, Austria y el Reino Unido también cuentan con normativas que, aunque más flexibles, promueven la interacción regular y sancionan el aislamiento si afecta el bienestar del animal.

Pero, ¿qué pasa con los gatos?

Aunque suelen considerarse más independientes, los gatos también requieren compañía, estimulación mental y control diario, sobre todo si viven en departamentos sin acceso al exterior. En Suiza, por ejemplo, se recomienda que los gatos sin posibilidad de salir al aire libre vivan con otro gato, salvo que tengan mucha interacción con humanos.

La idea de que los gatos "se las arreglan solos" ha sido desmentida por estudios que demuestran que también pueden sufrir estrés, depresión y conductas autodestructivas por soledad o aburrimiento. Y aunque toleran algo más de tiempo sin compañía que los perros, no deben quedar desatendidos por más de 12 a 24 horas sin supervisión.

En muchos países europeos, estas normas forman parte de una mirada integral sobre el bienestar animal, que no se limita a evitar el sufrimiento físico, sino que incorpora también el bienestar emocional, el comportamiento natural y la necesidad de vínculos sociales.

En contraste, en América, la regulación sobre el tiempo de soledad de animales domésticos es prácticamente inexistente:

- En Estados Unidos y Canadá, no hay leyes federales que lo regulen, aunque entidades como la ASPCA recomiendan no dejar solos a los perros más de 4 a 6 horas.

- En Brasil, algunas leyes locales consideran el abandono dentro del hogar como maltrato, pero no establecen tiempos concretos.

- En Argentina, ni la ley nacional ni la mayoría de las ordenanzas municipales contemplan la soledad prolongada como una forma de negligencia.

Este vacío legal deja el tema en manos de la conciencia individual de cada tutor. Pero los especialistas coinciden: la soledad prolongada puede ser tan perjudicial como la falta de alimento o atención médica. Ansiedad por separación, comportamientos destructivos, vocalizaciones excesivas o trastornos digestivos son algunas de las consecuencias observadas tanto en perros como en gatos.

Otros animales de compañía, como conejos, aves o roedores, también necesitan rutinas de compañía, interacción, enriquecimiento ambiental y control diario. Adoptar uno de estos animales no debe interpretarse como una opción "más simple" o "menos demandante", ya que cada especie tiene sus propias necesidades que deben ser atendidas con responsabilidad.

Promover la tenencia responsable implica más que brindar alimento, vacunas y refugio. Requiere tiempo, atención, afecto y planificación. ¿Tiene sentido adoptar un animal si va a pasar diez horas solo todos los días? ¿Estamos dispuestos a reorganizar nuestras rutinas para respetar sus necesidades?

Mientras en Europa se avanza en legislar el bienestar emocional de los animales, en América Latina el debate sigue pendiente. Pero no hace falta esperar una ley para empezar a actuar: la responsabilidad comienza en cada hogar.

 

 


 

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