El Día Mundial de la Vacunación Animal se conmemora cada 20 de abril con el objetivo de controlar, erradicar y prevenir enfermedades infecciosas.

La fecha nos recuerda que vacunar no solo es una herramienta para preservar la salud y el bienestar, sino también un acto fundamental de responsabilidad social y sanitaria.

En animales de compañía, la vacunación protege contra patologías como la rabia, moquillo, parvovirus, leptospirosis y hepatitis infecciosa, entre otras. En animales de producción, es fundamental para evitar brotes de aftosa, brucelosis, carbunclo, leptospirosis bovina o fiebre porcina, asegurando la sanidad de los rodeos y la inocuidad de los alimentos de origen animal.

Muchas enfermedades que afectan a los animales son zoonóticas, lo que significa que pueden transmitirse a los humanos.

En el marco de Una Salud, la vacunación adquiere un papel protagónico, al actuar como una barrera eficaz frente a la diseminación de enfermedades que pueden saltar entre especies. La rabia es uno de los ejemplos más contundentes: gracias a las campañas de vacunación sistemática en perros, su incidencia en humanos ha disminuido drásticamente en muchas regiones del mundo.

Los profesionales veterinarios tienen una función central en la promoción de la vacunación. No solo son responsables de administrar las dosis, sino también de educar a los tutores y productores, sobre la importancia del calendario de vacunación.

El Día Mundial de la Vacunación Animal no es solo una fecha simbólica, sino una oportunidad para renovar el compromiso con la salud de todos los seres vivos. Vacunar es un acto de amor, prevención y responsabilidad. Es garantizar que los animales puedan vivir más y mejor, y que las personas puedan convivir con ellos en de manera segura y saludable.

El Día Mundial de la Vacunación Animal es un llamado a la acción.

Cuando se trata de prevenir, no hay mejor inversión que una vacuna a tiempo.