Enfermedades transmitidas por vectores
OMSA: Preocupación por la reciente aparición del serotipo 3 de la lengua azul en Europa
La Organización Mundial de Sanidad Animal advierte que el aumento de las temperaturas provocadas por el cambio climático está influyendo en las poblaciones de vectores, y por ende está modificando los patrones de la enfermedad de la lengua azul que infecta a los rumiantes.
La lengua azul es una enfermedad viral transmitida por vectores que infecta a los rumiantes (como ovejas, vacas y cabras) y se transmite por jejenes picadores.
Históricamente, la enfermedad ha sido endémica en las zonas tropicales y subtropicales donde la temperatura y la humedad son ideales para la supervivencia de los jejenes picadores. Sin embargo, desde finales de los años 90 ha comenzado a migrar a la cuenca mediterránea y al sur de Europa.
Bajo el título "Lengua azul en Europa: cómo el cambio climático está modificando los patrones de la enfermedad", la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) analiza el desplazando del virus hacia el norte, hacia Europa central y septentrional, donde, dadas las temperaturas más bajas y los entornos diferentes, no se esperaba que el vector sobreviviera.
A este cambio en la distribución de la enfermedad se suma ahora que, entre septiembre de 2023 y octubre de 2024, se ha detectado un nuevo serotipo del virus de la lengua azul, el serotipo 3.
Esto es preocupante dado que el virus de la lengua azul es particularmente difícil de controlar porque tiene más de 27 serotipos identificados en el Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OMSA , cada uno de los cuales se desarrolla de manera diferente en su huésped. Como resultado, las vacunas o la inmunidad contra un serotipo no brindan protección contra otro.
"La propagación de la lengua azul desde el norte de África hasta el sur, centro y norte de Europa es un ejemplo de cómo el cambio climático, la idoneidad del hábitat del vector, la densidad de población animal, la distribución y el movimiento interactúan para cambiar el patrón de la enfermedad", señala la OMSA y agrega que "Para que una enfermedad transmitida por vectores se produzca en una nueva zona geográfica, el vector debe ser capaz de sobrevivir en esa región. Y, con el aumento de las temperaturas a nivel mundial, estamos viendo que la lengua azul y otras enfermedades transmitidas por vectores (como la fiebre de Crimea-Congo, la encefalitis transmitida por garrapatas, la fiebre hemorrágica epizoótica y la fiebre del Nilo Occidental) se propagan a regiones templadas tras picos de temperatura global. Esto es especialmente preocupante teniendo en cuenta que alrededor de un tercio de las 91 enfermedades de los animales terrestres enumeradas por la OMSA en 2024 son transmitidas por vectores, y entre ellas algunas zoonosis potencialmente graves".
No solo preocupa a la OMSA la expansión del virus y el nuevo serotipo, sino también la duración variable de la temporada de transmisión.
La hibernación, que es la capacidad de un virus de sobrevivir durante el invierno y resurgir en la primavera, se ve afectada por las condiciones climáticas. Según el Dr. Christopher Sanders, investigador del Instituto Pirbright en el Reino Unido, el cambio climático probablemente ha prolongado el período de transmisión del virus de la lengua azul, lo que aumenta la probabilidad de supervivencia del virus a lo largo de las estaciones. "Básicamente, los mosquitos se activan antes y continúan su actividad hasta más tarde en el año", explica, "y eso significa que la brecha entre las temporadas de transmisión en realidad se reduce, lo que puede permitir que el virus hiberne más fácilmente".
Finalmente, la OMSA recuerda que para controlar la propagación de la lengua azul es fundamental garantizar que el movimiento de ganado vacuno, ovino, caprino y otras especies susceptibles no provoque una propagación a larga distancia de la lengua azul. Las normas internacionales de la OMSA establecen códigos de conducta basados en la ciencia para un comercio internacional seguro. En lo que respecta al control de la propagación del virus, las campañas de vacunación siguen siendo la medida de control más eficaz.
"Es importante asegurarse de que la vacuna se haya fabricado de acuerdo con las normas de la OMSA y proporcione protección contra el serotipo o los serotipos específicos que circulan en la zona. Existen vacunas contra varios serotipos de la lengua azul que reducen la propagación del virus y controlan los signos clínicos, pero no siempre están disponibles. Por lo tanto, es esencial que los sectores público y privado colaboren para comprender los riesgos asociados con los serotipos circulantes y la demanda de vacunas", destaca la OMSA y recuerda que las recomendaciones actuales para la vigilancia de la enfermedad se pueden encontrar en sus Normas internacionales.
Los profesionales veterinarios desempeñan un papel importante en el seguimiento y control de la enfermedad, así como en la mitigación de las consecuencias futuras del cambio climático.