La tormenta perfecta
Cómo el cambio climático está creando un entorno ideal para la proliferación de los arbovirus
El cambio climático se está convirtiendo en un factor determinante para la salud pública mundial, intensificando la transmisión de enfermedades infecciosas a través de vectores como mosquitos, garrapatas y otros artrópodos. El presente artículo explora los mecanismos y el impacto en la ecología de los arbovirus.
Los arbovirus representan un problema muy grave a nivel mundial, debido a que su vigilancia y prevención implica también la vigilancia de sus vectores, lo que hace difícil su control y casi imposible evitar su expansión.
Los arbovirus (virus transmitidos por artrópodos) son todos los virus que se transmiten al ser humano o a otros vertebrados por ciertas especies de artrópodos hematófagos, especialmente insectos (moscas y mosquitos) y arácnidos (garrapatas).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió en 1967 a los arbovirus como "un grupo de virus que existen en la naturaleza principalmente debido a la transmisión biológica entre huéspedes vertebrados susceptibles por artrópodos hematófagos".
"Las enfermedades transmitidas por vectores (ETV) están surgiendo como una amenaza importante para la salud humana y animal, y en los últimos años se ha observado un aumento preocupante de su prevalencia y propagación", señala la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), que ha destacado esta creciente preocupación en su último informe “Situación de la sanidad animal en el mundo” que abarca 2023 y principios de 2024.
De las 90 enfermedades de los animales terrestres enumeradas actualmente por la OMSA , casi un tercio son transmitidas por vectores (en su totalidad o para las cuales los vectores desempeñan un papel importante), algunas de las cuales han mostrado una evolución significativa en 2023 y principios de 2024.
Los arbovirus, como el dengue, el Zika y el virus del Nilo Occidental, son transmitidos a los humanos a través de la picadura de mosquitos infectados, y su distribución geográfica ha experimentado una notable expansión en las últimas décadas. Coincidiendo con este aumento, se ha observado un cambio en los patrones climáticos a escala global, caracterizado por un aumento de las temperaturas, cambios en los patrones de precipitación y una mayor frecuencia de eventos climáticos extremos.
El cambio climático está alterando la densidad de vectores, los períodos de actividad y la distribución geográfica. Estos cambios facilitan la expansión de las enfermedades transmitidas por vectores a nuevas áreas, lo que plantea riesgos significativos para regiones que antes no se veían afectadas.
El Cambio Climático y la Ecología de los Arbovirus
El cambio climático influye en la ecología de los arbovirus de múltiples maneras:
- Expansión del rango geográfico de los vectores: El aumento de las temperaturas permite que los mosquitos vectores se establezcan en regiones previamente inhóspitas, ampliando su área de distribución y aumentando las oportunidades de contacto con los humanos.
- Aumento de la tasa de reproducción de los mosquitos: Temperaturas más altas aceleran el ciclo de vida de los mosquitos, aumentando su capacidad de reproducción y, por consiguiente, la densidad de poblaciones vectoriales.
- Alargamiento de la temporada de transmisión: Las estaciones más cálidas y prolongadas permiten que los mosquitos sean activos durante un período más largo del año, incrementando el riesgo de transmisión.
- Mayor abundancia de huéspedes: Las condiciones climáticas cambiantes pueden afectar la distribución y abundancia de los huéspedes vertebrados, incluyendo humanos y animales, lo que influye en la dinámica de transmisión de los arbovirus.
- Alteración de los patrones de precipitación: Las lluvias intensas y prolongadas pueden crear hábitats acuáticos adecuados para la reproducción de los mosquitos, favoreciendo el desarrollo de sus poblaciones.
Implicaciones para la Salud Pública
La combinación de estos factores crea una "tormenta perfecta" para la emergencia y propagación de arbovirus. Las consecuencias para la salud pública son significativas, incluyendo:
- Aumento de la incidencia de enfermedades: Se espera un incremento en el número de casos de enfermedades transmitidas por mosquitos en regiones previamente no endémicas.
- Emergencia de nuevas enfermedades: El cambio climático puede facilitar la emergencia de nuevos arbovirus y la coinfección con múltiples patógenos.
- Aumento de la carga de morbilidad: Las enfermedades transmitidas por mosquitos pueden causar una amplia gama de síntomas, desde enfermedades leves hasta complicaciones graves, incluyendo la muerte.
Impacto socioeconómico: Los brotes de arbovirus pueden tener un impacto significativo en la economía, el turismo y la calidad de vida de las poblaciones afectadas.
Perspectivas Futuras
El cambio climático es un factor determinante en la emergencia y propagación de arbovirus. Comprender los mecanismos a través de los cuales el clima influye en la ecología de estos patógenos es fundamental para desarrollar estrategias de prevención y control más efectivas.
Las futuras investigaciones deben centrarse en:
- Modelización de la distribución de los vectores y los patógenos: Desarrollar modelos matemáticos que permitan predecir la distribución futura de los arbovirus y los vectores en función de los escenarios de cambio climático.
- Vigilancia epidemiológica: Fortalecer los sistemas de vigilancia para detectar tempranamente los brotes de arbovirus y evaluar el impacto del cambio climático en su distribución.
- Desarrollo de herramientas de control: Investigar nuevas estrategias de control de vectores, incluyendo el uso de insecticidas de baja toxicidad, la modificación de hábitats y el desarrollo de vacunas.
- Adaptación de los sistemas de salud: Preparar los sistemas de salud para responder a los desafíos planteados por el aumento de las enfermedades transmitidas por mosquitos.
Arbovirus en Sudamérica
La situación de los arbovirus en Sudamérica ha experimentado un aumento significativo en la incidencia y distribución geográfica de enfermedades transmitidas por estos virus, como el dengue, el Zika y el chikungunya. Diversos factores, entre los que destaca el cambio climático, han contribuido a esta alarmante situación.
Por la situación geográfica de los países sudamericanos y el intercambio comercial reflejado en los fenómenos de migración con otros países, así como la presencia de mosquitos altamente capacitados como vectores, es inevitable la emergencia, re-emergencia y diseminación de arbovirus en la región.
En Argentina, el dengue es una de las arbovirosis con mayor incidencia en la región y constituye un problema de salud pública importante.
La situación epidemiológica del dengue y otros arbovirus en el país es compleja dado que existen regiones que se encuentran en constante circulación del virus además de presentar tasas de incidencia y de mortalidad elevadas para el país.
En la temporada 2023-2024, se registró un récord de casos de dengue, con más de medio millón de infectados.
Recientemente, el Ministro de Salud de la Nación, Mario Russo, presentó el "Plan de Preparación y Respuesta Integral a las Epidemias de Dengue y otras Enfermedades Arbovirales 2024-2025".
"Es fundamental contar con un plan integral para abordaje de arbovirosis, siguiendo las fases recomendadas por OPS. Este plan incluye cuatro fases, una fase de preparación que se lleva a cabo en el período entre epidemias, una fase de alerta temprana que comienza con la detección de un aumento en el registro de casos, una fase de respuesta a la epidemia que se activa durante el momento de mayor circulación del virus, y una fase de recuperación que se centra en evaluar el proceso, restaurar el sistema y prepararse para futuros brotes", detalla el Plan del Ministerio de Salud y agrega "Este enfoque busca mejorar la vigilancia epidemiológica, entomológica y virológica, fortalecer la capacidad de atención de los servicios de salud y garantizar una rápida atención a los pacientes con sospecha de dengue, con el fin de reducir el número de casos graves".
Plan de preparación y respuesta integral a Epidemias de Dengue y otras Enfermedades Arbovirales. Fuente: Ministerio de Salud de la Nación
El objetivo general del Plan de abordaje integral Dengue y otros arbovirus es brindar un marco de referencia para fortalecer la capacidad de preparación y respuesta en todos los niveles del sistema sanitario, definiendo las competencias y funciones de rectoría a nivel nacional y proponiendo recomendaciones técnicas para los niveles jurisdiccionales y locales. El documento tiene como finalidad brindar lineamientos que sirvan como base para la elaboración de planes jurisdiccionales de Abordaje Integral del Dengue y otros Arbovirus según la realidad epidemiológica local.
Conclusiones finales
A pesar del desarrollo de nuevas técnicas, tanto de diagnóstico como de tratamiento, así como de vacunas en el caso de chikungunya y dengue, el pilar del control y prevención de arbovirus, debe centrarse en el control de los vectores, ya que no se tiene conocimiento de cuándo emergerá un nuevo arbovirus o una nueva mutación o serotipo de los ya existentes y que destruyan el esfuerzo destinado en el manejo de estas enfermedades.
Más allá de la protección individual (repelentes, mosquiteros, etc.), la prevención se centra en disminuir el número de mosquitos, reduciendo el número de sitios para depósito de huevos (macetas, llantas, reservas de agua, entre otras) secándolas, insolándolas o tratándolas con insecticidas.
Un reciente informe de la OMSA describe un panorama vívido de la creciente amenaza que plantean las enfermedades transmitidas por vectores en el contexto del cambio climático. En él reitera la necesidad de contar con sistemas de vigilancia sólidos, colaboración internacional y estrategias de adaptación para gestionar este desafío creciente. "A medida que el cambio climático continúa influyendo en la propagación y el impacto de las enfermedades transmitidas por vectores, la comunidad mundial debe responder con urgencia e innovación para salvaguardar la salud humana y animal. Porque la salud animal es nuestra salud. Es la salud de todos", advierte la OMSA.
El cambio climático y sus consecuencias es un desafío para el cual, todos los agentes de salud deben estar preparados, ello incluye a los profesionales veterinarios.
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