Durante mucho tiempo se supuso que la elección de una determinada carrera universitaria o de un trabajo dependía del sexo del sujeto elector. Las razones que negaban a una mujer o a un hombre el desempeño de ciertas tareas físicas o intelectuales eran impuestas por la sociedad y parecían ser aceptadas sin más como algo natural. Así, existía una falsa creencia de que había carreras y actividades para hombres y otras bien distintas para mujeres.

Afortunadamente vivimos en una sociedad, centrada en la igualdad de oportunidades, que permite que cada persona, sea del sexo que sea, pueda elegir libremente estudiar lo que le gusta.

Es una constante ver en casi todas las Facultades de Veterinaria de Argentina y en el exterior más mujeres que hombres. Se estima que el porcentaje es de aproximadamente 70% mujeres y 30% hombres.

Esta creciente tendencia comenzó a perfilarse en la década de los 70. Antes, en la década de los 1960, las mujeres apenas alcanzaban el 4% del estudiantado.

Muchos explican la creciente tendencia a la generalización de la enseñanza universitaria e incluso al proceso de urbanización. También al atractivo y las ventajas de la propia actividad y al impulso dado por el ejemplo de las primeras mujeres veterinarias.

Historia de la Mujer en la Profesión en Argentina

Fuente: ASARHIVE - Asociación Argentina de Historia de la Veterinaria

En el mes de julio del año 1936, en la vieja Facultad de Agronomía y Veterinaria, se graduó como Medica Veterinaria Amalia Pesce de Fagonde. Desde sus comienzos se dedicó a la microbiología. Trabajó en la Sección Patología Animal del Ministerio de Agricultura y ganadería de la Nación, donde creó el primer laboratorio de anaerobios. Después viajó a Francia, becada por el gobierno francés en el Instituto Pasteur de París. A su regreso se dedicó al estudio de los sueros y vacunas.

En septiembre de 1936, en la misma Facultad, egresó María Teresa Pansecchi de Marzoratti, quien de inmediato abrazó la carrera docente en la Cátedra de Clínica de Animales Pequeños.

En marzo de 1937, se recibió Emma Mocoroa, que fuera la primera graduada en la Facultad de Veterinaria de La Plata, quien también, como casi todas las profesionales de esa época, se ocupó de la microbiología.

En 1942 egresó de la Facultad de Agronomía y Veterinaria Estela Susana Menchaca, muy conocida por su destacada actuación en la docencia y en el ejercicio de la profesión. Posteriormente fue vicepresidenta del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria e integró las Comisiones Directivas del Consejo Profesional de Médicos Veterinarios de Buenos Aires y de la Sociedad de Medicina Veterinaria de Argentina.

Continuando con la mención de todas las mujeres que prestigiaron con su trabajo a la profesión veterinaria, no se puede dejar de citar a la Dra. Renée Lacoste, que fuera Vicepresidente del Consejo Profesional de Médicos Veterinarios en 1965; a la Dra. Ana Giacosa de Crescini, que ocupara importantes cargos en el desempeño de la profesión en el Consejo Profesional y en la Sociedad de Medicina Veterinaria; a la Dra. Martina Segura de Aramburu, de destacada actuación veterinaria y que fuera Presidente de la citada Sociedad; a la Dra. Julia Clelia D´Oliverira de Podestá que fuera la primera Decana y a la Dra. Susana L. Mirande, que también se desempeñó como Decana, ambas de la Facultad de Ciencias Veterinaria de la UBA.

En los años posteriores gradualmente fue creciendo el número de mujeres profesionales que jerarquizaron la profesión veterinaria hasta llegar a la actualidad donde las profesionales mujeres son mayoría.