Instituto de Conservación de Ballenas
Las ventajas de la utilización de drones para la dinámica poblacional de ballenas francas australes
Investigadores del Instituto de Conservación de Ballenas reemplazó la utilización de aviones por drones para la foto-identificación de ballenas. Estos relevamientos constituyen una herramienta clave para la protección de la ballena franca austral y la de su hábitat.
Durante más de cinco décadas se utilizaron los vuelos en avión para fotografiar a las ballenas francas australes para su identificación y relevamiento en la Península de Valdés. Sin embargo, a partir de este año, el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), reemplazará esa metodología por la utilización de drones.
Para tomar esta decisión los investigadores del ICB en conjunto con el Ocean Alliance realizaron un análisis comparativo de los resultados obtenidos entre los vuelos realizados en avión desde 1971 y con drones desde 2018.
Tuvieron en cuenta diversas variables, incluyendo la seguridad del equipo humano, los tiempos de vuelo y de análisis posterior de las imágenes, la calidad, cantidad y utilidad de las fotografías, entre otros.
Los drones han demostrado que es posible obtener imágenes de alta calidad que facilitan el proceso de identificación, eliminan el riesgo para el equipo y mejoran los resultados científicos para estudiar la dinámica poblacional. Además, es más económico y más amigable con el medioambiente.
En 1970, el Dr. Roger Payne descubrió que cada ballena franca tiene un patrón único de Callosidades en su cabeza, que no varía con los años y que permite identificar individuos, como sucede con nuestras huellas dactilares. Al año siguiente, en 1971, inició los relevamientos aéreos sistemáticos de foto identificación en Península Valdés.
Este importante hallazgo dio inicio al Programa de Investigación Ballena Franca Austral en la Patagonia Argentina, que hoy se continúa en colaboración entre el ICB y Ocean Alliance. Este programa, es dirigido conjuntamente por el Dr. Mariano Sironi y la Prof. Vicky Rowntree, que es la persona que más individuos ha identificado en esta población.
Hasta el año 2022, los vuelos anuales de fotoidentificación se efectuaron mayoritariamente desde una avioneta Cessna. Cada año, entre los últimos días de agosto y primeros días de septiembre, época de mayor concentración de ballenas, el equipo del ICB y Ocean Alliance realizaban los vuelos recorriendo los 500 km de costas de la Península Valdés. Su realización siempre dependió de las condiciones climáticas, ya que, para obtener buenas imágenes para identificar las ballenas, el mar debía estar calmo, con la avioneta volando en círculos para fotografiarlas.
A partir de estos vuelos anuales de foto-identificación se ha podido crear la base de datos y el catálogo de individuos conocidos más completo que existe para la especie, con más de 4.000 ballenas identificadas.
La nueva metodología para la realización de los relevamientos de foto-identificación se lleva a cabo de manera integrada al proyecto colaborativo “Midiendo Ballenas” que a partir de fotografías tomadas desde drones, tiene como fin evaluar la condición corporal de las ballenas francas australes en Península Valdés.
Los relevamientos mediante foto-identificación que realiza el ICB constituyen una herramienta de valor incalculable para la protección de la ballena franca austral y la de su hábitat.
El ICB y su lucha por la conservación de los cetáceos
Recientemente, el ICB, en forma conjunta con más de 30 organizaciones de la sociedad civil latinoamericana, del Caribe e internacionales, presentaron un documento a los representantes de los países que integran el Grupo Buenos Aires, reunidos en la ciudad de Panamá. A través de la misma expresaron su preocupación por las diferentes estrategias del bloque ballenero para debilitar la moratoria a la caza comercial y solicitaron que continúen articulando esfuerzos para garantizar la efectiva conservación de los cetáceos en el Siglo XXI.
(Con información y fotos del Instituto de Conservación de Ballenas - www.ballenas.org.ar)