Un equipo de científicos ha llevado a cabo un estudio sobre el impacto que han tenido las presiones antropogénicas (actividades de los seres humanos) sobre la población de aves en toda Europa en las últimas décadas.

Los científicos descubrieron que el impacto perjudicial predominante corresponde a la intensificación de la agricultura, por sobre el cambio climático, la urbanización y los cambios en la cubierta forestal. 

"Las relaciones causales entre las presiones y las respuestas de las poblaciones de aves son difíciles de identificar ya que las presiones interactúan a diferentes escalas espaciales y las respuestas varían entre las especies", señala el estudio. 

Los investigadores descubrieron relaciones directas entre series temporales de población de 170 especies de aves comunes, monitoreadas en más de 20.000 sitios en 28 países europeos, durante más de 37 años, y cuatro presiones antropogénicas generalizadas: intensificación agrícola, cambio en la cubierta forestal, urbanización y cambio de temperatura, durante las últimas décadas. 

Encontraron que la intensificación agrícola, en particular el uso de pesticidas y fertilizantes, es la principal presión para la mayoría de las disminuciones de la población de aves, especialmente las insectívoras. 

Según el estudio, "la cobertura forestal se asocia con un efecto positivo y la creciente urbanización con un efecto negativo sobre la dinámica poblacional, mientras que el cambio de temperatura tiene un efecto sobre la dinámica de un gran número de poblaciones de aves, cuya magnitud y dirección dependen de las preferencias térmicas de las especies".

Si bien el número de aves ha disminuido en todo el continente europeo, algunos ecosistemas se han visto más afectados que otros: mientras que el número de aves forestales ha disminuido un 18%, esta cifra se eleva al 28% en el caso de las aves urbanas y salta al 57% en el caso de las aves de entornos agrícolas.

El estudio demuestra la profunda degradación medioambiental, en la que las aves están directamente afectadas, por lo que se hace evidente una necesidad urgente de replantearse el modo actual de producción de alimentos.