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sábado 23 de noviembre de 2024 - Edición Nº2095
Vet Market » Divulgación » 11 may 2023

Vínculo humano-canino

Los ataques de perros a niños ponen en evidencia lo mucho que hay que trabajar en tenencia responsable

Cuatro perros atacaron recientemente a una niña en Córdoba hasta dejarla en estado crítico. Los animales eran de un familiar de la víctima. No es el primer caso y lamentablemente no será el último, sino se asume un verdadero compromiso con el rol que tienen o deberían tener los tenedores responsables.


La tenencia de animales de compañía es una experiencia maravillosa para la mayoría de las personas y para los propios animales. Sin embargo, no siempre es así. Hay casos de perros maltratados y de personas que sufren en el vínculo humano-animal.

Una manifestación grave de las malas experiencias en esa relación son los ataques de perros a personas. En Argentina se producen un promedio de 38.000 mordeduras de perros a personas por año, según estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación. La mayoría de las víctimas son niños y lo sufren en el hogar o en el vecindario. 

Un nuevo y terrible caso de ataque de perros sucedió el pasado domingo 6 de mayo en la provincia de Córdoba. La víctima fue una niña de nueve años.

Cuatro perros de un familiar de la niña la atacaron en circunstancias que no están del todo claras. Le provocaron heridas tan graves que tuvieron que amputarle un brazo. Además, según un informe médico del Hospital de Niños de la Santísima Trinidad de la ciudad de Córdoba, además de la amputación del miembro superior izquierdo, también presentaba una fractura de omóplato derecho, una lesión vascular en el cuello del lado derecho, contusiones pulmonares y lesiones en el cuero cabelludo y la desinversión de pabellones auriculares. A la fecha la niña sigue internada en unidad de terapia intensiva en estado "crítico", con "pronóstico reservado" y con asistencia respiratoria mecánica.

La niña había viajado con su abuela hasta la casa de un pariente para celebrar un cumpleaños en la localidad de Valle Hermoso, en el departamento de Punilla, provincia de Córdoba.

Al parecer el ataque se produjo cuando los invitados estaban festejando el cumpleaños dentro de la casa, mientras la niña jugaba en el patio donde había cuatro perros de la propia familia. En un determinado momento y en circunstancias que no están esclarecidas, los animales la atacaron ferozmente. Posteriormente fue traslada al nosocomio.

La tragedia continuó, cuando los dueños de la casa abrumados por lo sucedido, tomaron la decisión de sacrificar por su cuenta a los animales.

En un intento de comprender lo que pudo haber sucedido y como lograr una armonía en el vínculo humano-animal, el médico veterinario y presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria de Argentina (SOMEVE), Dr. Leonardo Sepiurka, explica: "Cuando se incorpora un cachorro en el seno de una familia, el tutor debe saber lo que implica la tenencia responsable. Si el cachorro proviene de un criadero o nació en un hogar debe permitirse que permanezca junto a su madre, ideal y mínimamente hasta los dos y medio meses, para permitir que sea esa madre quien le transmita las enseñanzas de la sociabilización temprana lo que no exime al tutor de asumir la responsabilidad de continuar con el entrenamiento, enseñanzas e imposición de límites para subordinarse al rol del control del tutor".

"Cuando los animales que se integran a un hogar son recogidos, o provienen de refugios, podrían mantener vigentes los instintos de sus congéneres primitivos", aclara Sepiurka.

 

Dr. Leonardo Sepiurka, médico veterinario y presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria de Argentina (SOMEVE)

 

Sepiurka agrega que "Está muy bien incorporar estos animales, pero cuando se trate de más de uno habrá que permitir que se familiaricen e integren a la familia ampliada y debe saberse que, uno de los animales del grupo, se impondrá como dominante o perro alfa".

Por último, Sepiurka señala que "En la dinámica de una reunión familiar un movimiento brusco o lo que el animal puede interpretar como una potencial agresión puede disparar la impensada y a veces imparable reacción de uno de los animales y no es infrecuente que al ataque se sumen otros animales de ese grupo".

Los especialistas de la Asociación de Etología Clínica Veterinaria Argentina (AECVA), desarrollaron un documento sobre los denominados `perros potencialmente peligrososˊ en el que explican -entre otros temas-, que las respuestas agresivas varían en base a los diversos componentes que definen el carácter de un animal, y que en la especie canina, las variables que determinan la conducta general de un perro pueden definirse por la genética y epigenética (herencia, razas), por el desarrollo (sociabilización, crianza) y por el ambiente (el entorno).

Según la AECVA, la genética y epigenética tienen una influencia de alrededor de un 20 a 30% en el comportamiento intrínseco de un animal y que esto debe ser tenido en cuenta para un correcto manejo reproductivo y una selección de individuos adecuados en el marco de una crianza responsable de animales de compañía.

Con respecto al desarrollo, la AECVA señala que es todo lo que el animal percibe, experimenta y aprende principalmente en los primeros 3 meses de vida y que se considera que tiene una influencia del 70% en el comportamiento general del animal, instalándose como el factor más importante, sobre todo a nivel preventivo. Sin embargo, aclara, que las conductas pueden ser modificadas a toda edad, pero con mayor complejidad y dificultad terapéutica a medida que transcurre el tiempo.

En cuanto a lo ambiental, la AECVA señala que, en condiciones normales, la conducta del individuo se encuentra influenciada por el entorno general, los demás animales y los humanos con los que interactúa. Los perros presentan dos características que los distinguen de otras especies del Reino Animal: la Doble Impronta y una altísima adaptabilidad. La primera significa que ellos perciben al humano como un par, la segunda que pueden cambiar rápidamente a favor de sus intereses en base a las variaciones del entorno, retornando a su equilibrio comportamental. Esto implica que un individuo canino con una determinada conducta en "una manada" puede tener otra diferente si se lo cambia de ambiente, de tutor o de convivientes. La falta de adaptabilidad es lo que produce los llamados "trastornos de comportamiento".

El documento de la AECVA aclara que "Pese a que consideremos a la agresividad como un rasgo innato de los animales, la agresividad de un perro que convive en el entorno humano no es una conducta aceptable, por mínima o sutil que ésta sea. De hecho, se lo considera un trastorno de comportamiento que desequilibra el vínculo humano/animal, a la que podemos denominar `Agresividad Patológicaˊ".

Por último, la AECVA explica que "Para una sana convivencia en sociedad, con personas o animales, se deben tomar todas las medidas preventivas y/o modificaciones mediante una educación adecuada y, si son necesarios, métodos correctos de adiestramiento que no involucren violencia. También debemos saber decodificar el lenguaje corporal de amenaza y ejecución de las agresiones, aunque sean en apariencia tan leves como una vocalización (`ladrido o gruñidoˊ), así, podemos prevenir a tiempo estas conductas inadecuadas. Para su correcto abordaje no debemos minimizar ni dramatizar la situación, sino entender la causa de estas acciones para poder evitarlas o mejorar la convivencia".

 

 


 

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