La Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción al Proyecto de Ley para declarar al Águila Harpía (Harpia harpyja), Monumento Natural de la Nación. La iniciativa del Instituto Misionero de Biodiversidad es impulsada por el diputado nacional (Frente de la Concordia Misionero) Diego Sartori.

El ave rapaz, que ya es Monumento Natural de Misiones desde 1996 (Ley XVI-N°44), es una especie categorizada a nivel nacional como “amenazada” e internacionalmente como "vulnerable".

Para concientizar sobre la importancia de su preservación y la de otras cuatro águilas que habitan la provincia, el IMiBio desarrolló el Proyecto "Águilas de Misiones". 

El Águila Harpía es conocida como el "águila más grande y poderosa del mundo". En Argentina, las águilas harpías habitan únicamente en las provincias de Misiones y Jujuy, y debido a que necesitan miles de hectáreas de selva en muy buen estado de conservación para sobrevivir y reproducirse, son un reflejo perfecto de nuestra relación con la selva y el cuidado que tenemos con ella. 

"Si logramos conservarlas, estaremos conservando la selva y todos los servicios ecosistémicos que nos presta, como aire puro, agua fresca y control de las temperaturas extremas, sequías o inundaciones", señalan desde el IMiBio.

Fuente: IMiBio

El Proyecto “Águilas de Misiones” del IMiBio está destinado a generar información actualizada sobre la situación y distribución de ésta y otras cuatro especies de águilas que habitan en la Selva Paranaense: el Águila Crestuda Negra (Spizaetus tyranmus), el Águila Crestuda Real (Spizaetus ornatus), el Águila Viuda (Spizaetus melanoleucus) y el Águila Monera (Morphnus guianensis). Asimismo, busca identificar sus principales amenazas y concientizar a la población sobre la importancia de su preservación.

Las águilas que habitan en la Selva Paranaense son consideradas "Depredadores Tope", es decir, que están en el tope de la cadena alimenticia. No sólo capturan especies que se alimentan de plantas sino que también son capaces de alimentarse de otros depredadores más pequeños, por lo que tienen un gran efecto en todo el ecosistema.

Entre los servicios ecosistémicos que prestan, puede mencionarse el de "remover" a animales enfermos de la selva, ya que estos son más fáciles de detectar y capturar, evitando así que las enfermedades se propaguen o incluso lleguen a afectar a poblaciones humanas.

Las águilas también controlan plagas como roedores y palomas, beneficiando a los productores que ven menos afectados sus cultivos. Además, se alimentan de pequeños o medianos mamíferos predadores que, si no son controlados por predadores tope, pueden llegar a números poblacionales extraordinarios, afectando negativamente a otras especies beneficiosas para el hombre como aves dispersoras de semillas, o murciélagos que controlan las poblaciones de insectos perjudiciales. Por todo esto, la presencia de grandes águilas en la selva es un indicador del estado de conservación de la misma.

(Con información y foto de IMiBio)