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Vet Market » Divulgación » 29 abr 2023

29 de Abril - Día del Animal

Tráfico de Fauna: Más de 100 especies de aves, 20 de reptiles y 15 de mamíferos son afectados en Argentina

Junto a la pérdida de hábitat y la introducción de especies exóticas invasoras, el tráfico ilegal de fauna silvestre está llevando a muchas especies de animales a la extinción. Es el cuarto comercio ilegal mundial después de delitos relacionados a la venta de drogas, la falsificación y el tráfico de personas.


El tráfico de fauna silvestre es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad. Es el cuarto comercio ilegal mundial después de delitos relacionados a la venta de drogas, la falsificación y el tráfico de personas.

Se entiende por tráfico ilegal de fauna silvestre, a la captura y comercialización (por medios como ferias, comercios, redes sociales y comercio electrónico, etc.) de especies silvestres.

El mercado del comercio ilegal de vida silvestre genera, según estimaciones, entre 15 y 20 mil millones de dólares estadounidenses al año.

Más de 100 especies de aves, 20 de reptiles y 15 de mamíferos de nuestro país son afectados por el tráfico de fauna. De todas ellas, unas 20 entran en una categoría de amenaza. Además, de cada 10 animales capturados, 9 mueren antes de llegar a ser comercializados y de los animales que llegan a venderse, solo 10 de cada 100 se recuperan y el 5% logra regresar a su hábitat.

 

 

A nivel global, la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS), propone prohibir los mercados que comercializan animales silvestres y detener la caza ilegal y el tráfico de fauna silvestre, no sólo para prevenir la diseminación de enfermedades zoonóticas, sino también para enfrentar una de las principales causas de la extinción de especies.

"En Argentina, se trata de un delito que pocos tienen presente. Monos, aves como el tucán, papagayo, y aves pequeñas ornamentales como el cardenal amarillo, lagarto overo, tortuga de tierra y tatú carreta, encabezan la lista de especies que son sacadas del país para ser vendidas como mascotas de lujo o para integrar exclusivas colecciones", señala la WCS Argentina.

Es importante señalar que existe un comercio porque existen compradores de fauna silvestre. Muchas veces son coleccionistas (empresarios, personas comunes y traficantes) con el solo fin de tener los ejemplares para sí o bien para criar y poder vender, dada la demanda de algunas especies.

 

 

Generalmente, los ejemplares capturados son trasladados a las grandes ciudades donde se produce la mayor demanda y oferta de aves, reptiles y mamíferos para mascotismo, es decir, para ser utilizados como animales domésticos. También existe el tráfico internacional de fauna, donde la mercancía, dependiendo de su tipo, se dirige a distintos países.

Según lo relevado en el Informe del Estado del Ambiente 2016, emitido por el Ministerio de Ambiente de la Nación: “...Argentina es generadora de tráfico, triangulación y demanda de especímenes silvestres que ingresan por la frontera de Bolivia, Paraguay, Brasil y Chile, y los destinos más habituales de intento de contrabando son la Unión Europea y países del medio oriente. Los cuellos de botella se producen en grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario, Mendoza y Córdoba, demandantes de estas mercancías para mascotismo o coleccionismo y para tránsito a ciudades más pequeñas o sacar fuera del país por tierra, barco o avión…”. Se estima que cada año salen por las fronteras argentinas ejemplares en peligro por un valor en el mercado negro de 200 millones de dólares.

Los delitos contra la vida silvestre, no solo ponen peligro a los animales, sino también la salud del planeta y los seres humanos.  

"La fauna en su hábitat natural no representa una amenaza para las personas, pero permitiendo que sean traficados, sacrificados y vendidos en mercados ilícitos, se incrementan de manera importante los riesgos de transmisión de virus y otros patógenos", señala WCS Argentina y agrega que "Poseer un animal silvestre puede resultar en la transmisión potencial de enfermedades zoonóticas, es decir, aquellas que resultan del salto de patógenos de una especie silvestre a seres humanos o huéspedes intermedios, como perros y gatos domésticos. El riesgo empeora, además, por los métodos de captura y tránsito, que resultan en hacinamiento y malas condiciones sanitarias". 

 

 

Para tratar de evitar el tráfico ilegal de fauna silvestre en el país, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación creó en septiembre de 2020, la Brigada de Control Ambiental (BCA), la cual, entre sus distintas funciones de fiscalización y control ambiental, se encarga de:

- trabajar junto con las fuerzas de seguridad en operativos contra el comercio ilegal de fauna, en los cuales la BCA se encarga del decomiso de los ejemplares.

- rescatar animales silvestres que son hallados perdidos fuera de sus hábitats o lastimados

- articular de manera interinstitucional la rehabilitación de los animales, permitiendo la reinserción en su hábitat natural o el traslado a establecimientos que garanticen su bienestar.

- constatar el estado de situación en zoológicos, criaderos y santuarios naturales.

 


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