Fundación Mundo Marino
18 pingüinos fueron rehabilitados y regresados al mar en San Clemente
Las aves marinas que habían sido rescatadas en distintas localidades de la costa bonaerense con cuadros de desnutrición y deshidratación, fueron rehabilitadas en la Fundación Mundo Marino y posteriormente regresadas al mar en las playas de San Clemente.
Un grupo conformado por 17 pingüinos magallánicos (Spheniscud magellanicus) y 1 pingüino de penacho amarillo (Eudyptes chrysocome) regresó al mar en las playas de San Clemente luego de atravesar un proceso de rehabilitación en la Fundación Mundo Marino.
Las aves marinas fueron rescatadas entre mediados de febrero y la tercera semana del mes de abril de este año en distintas localidades del Partido de la Costa y en las ciudades de Pinamar, Valeria del Mar, Villa Gesell, Bahía Blanca y Berisso. En algunos casos, de los rescates participaron Prefectura Naval Argentina, la Fundación Ecológica Pinamar, la Estación de Rescate de Fauna Marina Guillermo “Indio” Fidalgo, de Bahía Blanca, y Fundación Rescate Verdemar, de Villa Gesell.
Estas aves aparecieron varadas en la playa con cuadros de desnutrición, deshidratación, hipotermia y alto grado de parasitismo.
Al no encontrar alimento suficiente, los pingüinos pierden la capacidad de termorregular y salen famélicos a la costa.
Acerca del tratamiento que recibieron las aves al ingresar al Centro de Rescate, Juan Pablo Loureiro, médico veterinario y director técnico de la Fundación Mundo Marino, describió: “Lo más importante en primer lugar es la estabilización del animal. En estos casos, se logra a través de la hidratación con fluidoterapia y terapia térmica con calor para darles confort, dado que, en algunos casos llegan con hipotermia. Estos animales absorben el agua a través del pescado, por lo que, si no encuentran alimento, sobrevienen los cuadros de deshidratación. Una vez estabilizados, les tomamos muestras de sangre y comenzamos a ofrecerles fórmulas de pescado licuado, hasta finalmente darles pescado entero”.
Para darles el alta médico veterinaria y formar parte de un grupo de individuos a ser reinsertados, se les toma una segunda muestra de sangre, se verifica la impermeabilidad de sus plumas, su condición corporal, y actitud comportamental, además de registrar sus medidas morfométricas. Por último se les coloca un chip subcutáneo de identificación.
“El chip, a través de un lector, posee un número que, en caso de aparecer en otra geografía, permite identificar el centro de rescate donde estuvo así como el tratamiento que se le brindó”, aclaró Juan Pablo Loureiro.
Por último, acerca del significado de esta reinserción, Andrea Cabrera, vicepresidenta de la Fundación Mundo Marino, sostuvo: “Con ese grupo de pingüinos superamos el número de 10.000 animales atendidos en nuestro Centro desde nuestros inicios hace más de 40 años. Fue un momento muy especial. Nos pone muy contentos no solo por el enorme logro alcanzado, sino porque la historia de Mundo Marino comienza antes de la creación del parque educativo, justamente con la atención a un pingüino empetrolado que necesitaba ayuda. Hoy seguimos en esta hermosa y a su vez difícil tarea de ayudar a la fauna marina afectada por causas antrópicas”.
Fuente e imágenes: Fundación Mundo Marino