La elefanta Pocha y su hija Guillermina estuvieron en cautiverio 50 y 23 años, respectivamente. Después de tanto tiempo finalmente sabrán lo que es la libertad en el Santuario de Elefantes Brasil (SEB), en Mato Grosso, Brasil.

Madre e hija fueron entrenadas para realizar el viaje de 3.600 kilómetros (distancia entre el Ecoparque y el Santuario).

La salida desde el ex zoo se realizó con mucha calma y así continúa por las rutas de Brasil camino al Santuario donde se encontrarán con la elefanta Mara que vive allí desde el 14 de mayo de 2020.

Los preparativos para el traslado de Pocha y Guillermina desde Mendoza implicó una importante logística, de la que participaron veterinarios, cuidadores, entrenadores e integrantes del SEB.

Todo se logró luego de más de 4 años de espera y de un prolijo trabajo binacional que unió la voluntad de muchas personas interesadas en velar por los derechos de los animales.

Junto a ellas viajaron los cuidadores que Pocha y Guillermina tuvieron en el Ecoparque de Mendoza; el presidente del SEB, Scott Blais, el entrenador y una veterinaria. Leandro Fruitos, a cargo del operativo por parte de Fundación Franz Weber y de la Dirección Ecoparque Mendoza.

Finalmente, madre e hija, llegaron hoy al SEB, donde por fin vivirán de la forma más parecida a la libertad en un lugar que tiene más de 1.500 hectáreas, un bioma apropiado para la especie, recintos completamente naturales con matorrales y áreas abiertas cubiertas de vegetación. Con recintos que poseen amplias dimensiones (entre 40 y 400 hectáreas cada uno), con todo lo necesario y atención veterinaria de alta calidad durante toda su vida.

(Las imágenes son capturas de la transmisión en vivo que realizó la Fundación Franz Weber en el momento en que las elefantas descendían de sus contenedores)

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