El Ministerio de Ambiente de Perú declaró el pasado sábado la emergencia ambiental por 90 días en el área costera afectada por el derrame de petróleo.

La declaración de emergencia ambiental afirma que el derrame tiene un "impacto significativo sobre el ecosistema marino costero de alta diversidad biológica y un alto riesgo para la salud pública".

El accidente se produjo el pasado 15 de enero, cuando –por circunstancias que todavía no están del todo claras- se derramaron unos 6.000 barriles de crudo de un barco petrolero de la empresa Repsol.

Algunas versiones señalan que grandes olas originadas por el tsunami tras la erupción del volcán submarino Hunga-Tonga-Hunga-Ha'apai en Tonga, habría afectado a la embarcación.

El vertido de petróleo impactó en la costa de Ventanilla, en Lima, Perú, afectando su flora y su fauna, pero también la de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras y la Zona Reservada Ancón.

El petróleo cuando entra en contacto con el mar se expande sobre la superficie, formando una capa, pero también una parte del petróleo va al fondo marino. Todo ello, afecta de manera inmediata y a largo plazo el ecosistema.

Equipos de veterinarios, biólogos marinos y voluntarios están trabajando arduamente en el rescate de los animales.

Los animales que aún estaban con vida han sido lavados con jabones anti grasosos y llevados a centros de rehabilitación.