Los perros que conviven con personas están expuestos a un flujo continuo de habla humana a lo largo de sus vidas. Sin embargo, se desconocía hasta ahora el alcance de sus habilidades en la percepción del habla.
Un equipo de etólogos de la Universidad Eötvös Loránd de Hungría, decidió estudiar el comportamiento del cerebro de los perros para conocer como reaccionaba cuando los animales escuchaban hablar en distintos idiomas.
Utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional para probar la detección del habla y la representación del lenguaje en el cerebro de los perros cuando escuchaban audios en húngaro y en español (el húngaro era el idioma al que estaban acostumbrados y el español era desconocido para ellos).
Al comparar las respuestas cerebrales los investigadores pudieron determinar que el cerebro del perro tiene la capacidad de detectar la naturalidad del habla y distinguir entre idiomas. También que estos procesos están respaldados por diferentes regiones corticales.
La detección del habla en perros puede estar respaldada por la sensibilidad de la corteza auditiva (incluida la corteza auditiva primaria bilateral) a la naturalidad de la señal acústica, en lugar de por los procesos neuronales sintonizados para el habla, como en los humanos.
Otra cosa que observaron es que la mayor sensibilidad auditiva de los perros de cabeza más larga a la naturalidad del habla indica diferencias entre razas en el procesamiento de señales auditivas humanas.
La representación del lenguaje en regiones corticales frontales y auditivas secundarias en perros podría reflejar su capacidad para extraer ciertas regularidades auditivas que, a pesar de no ser quizás específicas del habla, caracterizan la organización temporal del habla continua en una lengua determinada.
También pudieron comprobar que cuanto mayor es el animal mayor capacidad tiene, ya que aprenden sobre el lenguaje de sus propietarios con el paso de los años.
El estudio ha sido publicado en la revista NeuroImage.