LA COLUMNA DEL DR. RUBÉN HUGO SOMOZA
Evaluación de la fertilidad en la perra - Parte 6 Final
En esta sexta y última parte, se desarrolla la reabsorción fetal temprana y la incapacidad para concebir. También el manejo inadecuado de la reproducción, entre otros importantes temas sobre la fertilidad de la perra.
Incapacidad para concebir/reabsorción temprana
El diagnóstico definitivo de gestación en la perra es difícil antes 21 días de gestación.
La presencia de función lútea normal en la perra no gestante durante el diestro, junto con la incapacidad de detectar la gestación antes de los 21 días, da como resultado que una reabsorción fetal muy temprana sea imposible de distinguir de una incapacidad para concebir.
Las pérdidas embrionarias o fetales posteriores puedes ser diagnosticadas por ecografía seriada.
Una de las causas más comunes de incapacidad para concebir es manejo inadecuado de la reproducción, específicamente la incorrecta detección de la ovulación y en consecuencia el servicio o la inseminación realizada fuera del momento de máxima fertilidad.
Suponiendo que el examen físico y la base de datos mínima no aporten nada relevante, la investigación adicional se centra en la evaluación de manejo del momento del servicio.
Si el manejo del momento del servicio ha sido correcto, se debe solicitar ecografía y en ciertas condiciones otras imágenes del tracto reproductivo, histología y cultivo bacteriano del tracto reproductivo y la investigación de algunos virus, con el HVC (Herpesvirus canino).
Los diferenciales de la falta de concepción incluyen:
-El manejo inadecuado del momento de la inseminación o el servicio (incluidos los problemas relacionados con los machos),
- La infección uterina,
- La patología uterina no infecciosa,
- El hipoluteoidismo,
- La oclusión del tracto reproductivo y
- La enfermedad sistémica.
Manejo inadecuado de la reproducción
El manejo inadecuado de la reproducción es la causa más común de incapacidad para concebir.
La infertilidad aparente en estos casos puede resolverse al estudiar en detalle el momento de la ovulación.
Infección uterina
El tracto reproductivo femenino normal alberga diferentes niveles de poblaciones bacterianas aeróbicos (incluído micoplasma) en el fondo vaginal y útero.
Numerosos estudios han demostrado que cultivos vaginales mixtos pueden estar presentes en perras sanas.
La mayoría de los aislamientos comunes incluyen:
- Pasteurella multocida,
- Estreptococos hemolíticos
- Escherichia coli y
- Mycoplasma spp.
La única especie bacteriana que se ha demostrado que es una causa específica de la infertilidad en la perra es brucella canis.
La canulación uterina transcervical ha permitido que las biopsias y cultivos intrauterinos se obtengan de forma no invasiva.
Durante estro canino normal, las bacterias ascienden por el tracto reproductivo y están presentes dentro del útero.
Hay numerosos estudios en la literatura que evalúan la presencia de bacterias en el útero durante diferentes etapas del ciclo estral.
Los estudios detectaron un aumento de bacterias intrauterinas durante el proestro y el estro que se resolvió espontáneamente.
Los cultivos vaginales e intrauterinos deben interpretarse con precaución, ya que muchas poblaciones bacterianas representan la flora bacteriana normal y no indican enfermedad ni explican la infertilidad.
Como una regla general, el crecimiento de bacterias de la vagina o el útero junto con signos clínicos de alteraciones vaginales como la secreción, la inflamación de la mucosa vaginal, con presencia de leucocitos periféricos y enfermedad sistémica son importantes y requieren tratamiento con agentes antimicrobianos.
Si es posible, se debe intentar la citología y/o la biopsia uterina endoscópica en busca de evidencia de inflamación o infección.
No está justificado tratar todos los cultivos vaginales positivos con antimicrobianos, o asumir que todos los cultivos bacterianos vaginales o uterinos positivos están asociados con la infertilidad.
Patología uterina
Las patologías uterinas, como hiperplasia endometrial quística (CEH) y la sub diagnostica endometritis subclínica, deben considerarse como una causa de infertilidad si todos los demás diagnósticos diferenciales han sido descartados.
La hiperplasia quística de endometrio es una afección predecible y dependiente de hormonas en la perra que resulta de ciclos repetidos de estimulación de progesterona que inducen la proliferación y secreción glandular endometrial.
Los cambios glandulares pueden ser focales o difusos y pueden interferir con la implantación y la placentación.
El diagnóstico definitivo de CEH requiere biopsia en el sitio afectado.
Hay trabajos de diferentes autores que han obtenido con éxito biopsias uterinas durante el estro utilizando canulación transcervical, sin embargo, hacen falta estudios adicionales que evalúen si se justifica su uso para la detección de CEH y endometritis subclínica. La endometritis subclínica ha sido prevenida en muchos trabajos a campo mediante el uso de diferentes protocolos con AINES o Corticosteroides.
Hipoluteídismo (Falla luteal)
El mantenimiento de una gestación normal en la perra requiere concentraciones de progesterona altos.
El fracaso de los cuerpos lúteos para mantener la progesterona sérica en niveles adecuados para mantener la gestación se ha informado en mujeres y actualmente está muy bien documentado en la perra.
Las complicaciones surgen cuando se intenta diagnosticar hipoluteídismo como muerte y reabsorción embrionaria ecográficamente antes de los 21 días de gestación contados a partir del día de la ovulación.
Por otro lado, hay una variación fisiológica de hasta un 20 % entre los valores de Progesterona matutina y vespertina.
Se considera que una caída de los valores de Progesterona sérica mayor 20 % en 2 a 4 días de intervalo durante el primer mes de gestación (dependencia del cuerpo lúteo) o menor a 10- 15 ng/ml medido con Minividas de Biomerieux durante el segundo mes de gestación (dependencia de la LH y prolactina) debe ser altamente sospechoso de falla luteal o hipoluteidismo en especial en hembras de ciertas razas como por ejemplo Ovejero Alemán, Rottweiler, Terranova, Berner mountain dog.
Los valores de Progesterona pueden ser diferentes de perra en perra y son equipo dependientes.
Si hay sospechas de que la falla luteal pueda ser la causa de infertilidad, se debe recomendar dosajes de las concentraciones séricas de progesterona y control ecográfico de la gestación semanalmente.
Algunos autores recomiendan además la monitorización uterina (Tocodinamometría) para evaluar cualquier relación entre la disminución de la progesterona sérica, la pérdida de viabilidad fetal y contracciones uterinas prematuras.
Si se diagnostica trabajo de parto prematuro mediante el uso de monitorización uterina, se pueden prescribir agentes tocolíticos como terbutalina o clenbuterol.
El uso de compuestos progestacionales debe reservarse para aquellos casos en los que los agentes tocolíticos por sí solos no controlan la actividad miometrial en opinión de algunos autores, mientras que otros recomiendas el uso primero de Progesterona micronizada oral o de Altrenogest en estos casos.
Oclusión del aparato reproductor
La oclusión del tracto reproductivo es poco común y se puede diagnosticar mediante histerosalpingografía.
Históricamente, la realización de la histerosalpingografía ha resultado difícil.
Sin embargo, con el advenimiento de la canulación transcervical guiada por endoscopia, la realización de estos estudios durante el estro es práctica y presenta un riesgo mínimo.
Enfermedad sistémica y otras causas diversas
Cualquier enfermedad sistémica significativa o estrés nutricional puede resultar en falla en concebir o muerte fetal.
De ser posible la detección y corrección de enfermedad subyacente debe realizarse antes del servicio.
Hembras que no logran reproducirse
Estos animales se identifican fácilmente a partir de la historia.
Los propietarios pueden informar que:
- La hembra no acepta que el macho la monta
- Que el macho la monta, pero no puede formar un buen botón,
- Que la hembra se resiste durante apareamiento, al momento que el macho la está por penetrar y formar el botón.
La causa más común de que una perra no se reproduzca es una determinación inadecuada del momento de la ovulación, lo que resulta en la presentación al macho en un momento incorrecto.
Otra posible causa está relacionada con factores que incluyen el comportamiento dominante de la hembra o un entorno inadecuado y que genere estrés.
Es obligatorio realizar un examen vaginal digital previo a la reproducción.
Los diferenciales incluyen:
- Mala gestión de la reproducción,
- Aspectos de comportamiento y
- Defectos anatómicos.
Mala gestión reproductiva
Esta es, por mucho, la causa más común de falta de reproducción.
La evaluación de intentos reproductivos anteriores debe identificar técnicas de reproducción inadecuadas, como el uso de cruzamientos en fechas predeterminadas (día 10 a 13 por ejemplo).
La educación del propietario es fundamental para resolver este problema.
Aspectos de comportamiento
La presentación al macho cuando una perra no está en el momento adecuado es la causa más común de la negativa de una perra a aparearse.
Las hembras dominantes también pueden jugar un papel en la resistencia de la hembra a ser servida.
Se recomienda hacer un seguimiento del ciclo mediante citología vaginal, mediciones seriadas de Progesterona en suero, observación endoscópica del fondo de la vagina en búsqueda de observar la crenulación y ecografía ovárica para confirmar el momento de la ovulación y confirmar que la perra se encuentra en el momento adecuado en su ciclo para ser servida.
Se puede intentar un servicio asistido o inseminación artificial como alternativa, si la dominancia es el problema en cuestión, además de estar seguros del momento de la ovulación.
Anormalidad física
Las anomalías del canal vaginal pueden impedir la reproducción.
Típicamente, la perra dejará que el macho la monte, pero no que la penetre y forme el botón. Otras veces, la perra puede mostrar signos de malestar en relación con los intentos de monta.
La obstrucción física al apareamiento puede ser causada por la presencia de:
- Estenosis vaginal,
- Hiperplasia vaginal y
- Neoplasia vaginal.
Problemas adicionales, como una enfermedad ortopédica grave, también pueden causar suficiente malestar para impedir que la perra se deje servir o que el macho pueda realizar satisfactoriamente la monta.
Como se discutió anteriormente, el tracto reproductivo femenino se desarrolla a partir de los conductos de Muller.
Estos dos conductos normalmente se fusionan caudalmente para formar un solo lumen en el cuerpo uterino y el fondo vaginal.
El vestíbulo y la uretra se desarrollan a partir del seno urogenital, que se une al extremo distal del conducto de Muller fusionado.
El himen consta de dos capas epiteliales y generalmente no está presente al nacer.
La estenosis vaginal puede ocurrir debido a:
- Una fusión incompleta del conducto de Muller formando una vagina doble o
- Una banda vertical debido a una perforación incompleta del himen que resulta en un anillo anular o banda vertical de tejido,
- Hipoplasia de los canales genitales,
- Una unión imperfecta de los pliegues genitales al genital inflamado, lo que resulta en una estenosis pronunciada en la unión vestibulovulvar.
Un ligero estrechamiento en la unión vestibulo-vaginal es normal y a menudo palpable digitalmente.
La forma más sencilla de detectar una estenosis vaginal es mediante palpación digital.
Las técnicas adicionales incluyen:
- vaginoscopia (idealmente endoscópica) o
- vaginografía.
Si es posible, la palpación de las estenosis debe realizarse durante el estro ya que puede producirse la relajación del tejido vaginal cuando los estrógenos disminuyen.
En una perra no reproductora, no se requiere ninguna intervención quirúrgica reparadora a menos que esté asociado con signos clínicos.
En una perra reproductora, la intervención quirúrgica es necesaria para corregir o evitar la estenosis y predisponer una distocia.
Algunas bandas delgadas de tejido pueden romperse con la presión manual.
Sin embargo, las bandas de tejido verticales más sustanciales, las estenosis circunferenciales o una vagina doble pueden requerir corrección quirúrgica, inseminación y cesárea electiva.
La corrección quirúrgica es posible pero difícil.
Las estenosis circunferenciales a menudo son difíciles de corregir a menos que se reseque extensamente mediante episiotomía.
Con menos frecuencia, una obstrucción física que requiera inseminación artificial puede ocurrir como consecuencia de la hiperplasia vaginal.
La hiperplasia vaginal se observa por primera vez en perras jóvenes en asociación con proestro.
Es una respuesta exuberante a elevados niveles de estrógenos y el examen físico identificará una masa que sobresale de la bóveda vaginal, generalmente originada en el piso vaginal ventral cerca del meato urinario y sobresaliendo caudoventralmente.
La uretra se puede comprimir.
Siempre que la perra pueda orinar, el tratamiento es de apoyo y consiste en intentar mantener el tejido expuesto limpio, húmedo y libre de trauma.
Si la perra no puede orinar, hace falta realizar un cateterismo uretral.
Puede ser necesaria la resección quirúrgica si el tejido vaginal expuesto se vuelve necrótico.
Es importante advertir a los propietarios que la recurrencia del tejido hiperplásico puede ocurrir en el parto debido al aumento de estrógeno asociado con el trabajo del propio parto.
En estos casos es posible que se requiera una cesárea.
Es probable que la hiperplasia vaginal se repita con los ciclos posteriores.
La heredabilidad es desconocida, pero existe predilección por razas (Mastín, Bóxer).
LEER PARTES ANTERIORES
- Evaluación de la infertilidad de la perra. Parte 1
- Evaluación de la infertilidad de la perra. Parte 2
- Evaluación de la infertilidad de la perra. Parte 3