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domingo 19 de mayo de 2024 - Edición Nº1907
Vet Market » Divulgación » 1 mar 2021

Actualidad

Perros en situación de calle: El punto de vista de los veterinarios

La problemática de los perros en situación de calle no es nueva ni exclusiva de una ciudad o un país en particular. Los veterinarios opinan sobre esta realidad y sobre como revertirlo.


El vínculo de los humanos con los perros data de hace miles de años. Una relación que progresivamente se ha afianzado a tal punto que los perros se han convertido en los más fieles compañeros de los seres humanos.

Lamentablemente, no todos los perros tienen propietarios responsables y por ello no tienen otro recurso que encontrar refugio en el entorno urbano, donde encuentran un espacio donde refugiarse y alimentarse, no sin pasar todo tipo de penurias (maltratos, enfermedades, hambre y atropellamientos, entre otras).

Los perros callejeros son aquellos que no tienen un hogar, o que perteneciendo a uno, pasan la totalidad o parte del día fuera de su casa, ya sea por la falta de los debidos cuidados de sus propietarios, abandono o por haber nacido en la calle.

En términos generales, la problemática de los perros en situación de calle, tiene que ver con factores socioeconómicos y culturales que tienen su origen en una insuficiente educación ciudadana y en una deficiente legislación sobre el tema.

Perros en situación de calle hay en casi todos los países desde hace mucho tiempo. Holanda fue el primer país en lograr la meta de no tener perros sin propietarios en las calles.

Holanda decidió tomar medidas cuando el problema desbordaba las calles. Resulta que en el siglo XIX, la cantidad de perros que había en sus calles era una de las mayores de Europa. Era común que todas las familias tuvieran perros. Las de clase alta los tenía con pedigrí y los de menos nivel adquisitivo tenían canes de trabajo.

Tanta población canina trajo como consecuencia un brote de rabia entre la población, que, sumado a las escasas medidas higiénicas de la época, se convirtió en una de las principales causas de mortalidad de la zona.

Tras esa situación por temor la población comenzó a abandonar sus mascotas y las calles se llenaron de animales.

La población de perros callejeros y los problemas que ello conlleva aumentó tanto que el Gobierno decidió asumir el control del problema: introdujo una ley de protección animal y aprobó la ley de salud y bienestar animal para prohibir el abandono y garantizar que los propietarios les brinden a sus animales los cuidados pertinentes y no abusaran de ellos. Quien no cumple con la ley, debe cumplir tres años de prisión y pagar una multa de US$ 20.000.

A su vez, el Gobierno asumió los costos de las castraciones y organizó campañas de castración masivas para esterilizar a las mascotas de forma gratuita. El 70 % de la población canina fue esterilizada.

Otra medida que dio buenos resultados fue establecer altos impuestos en las compras de perros de raza. Así consiguió desalentar el negocio y fomentar las adopciones.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la World Society for Animal Protection (WSPA) han dicho desde los años 90 que la única forma de frenar la sobrepoblación canina callejera es esterilizar, educar a la sociedad sobre la tenencia responsable e identificar a los animales. Y Holanda siguió las recomendaciones.

Actualmente en Holanda los animales de compañía tienen derechos equiparables a los de los humanos y las personas pueden ingresar a casi los establecimientos con sus mascotas.

En Argentina todavía queda mucho por hacer al respecto. Se han presentado proyectos de ley, pero por el momento la problemática en las mayorías de las ciudades del país se incrementa con el paso del tiempo.

 


 

 

La posición de los veterinarios sobre la problemática de los perros en situación de calle

 

Mabel Basualdo

Médica Veterinaria

Presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria - SOMEVE

 

Mi respuesta a la grata invitación a participar en referencia a la problemática de los perros en situación de calle va a ser breve, ya que es un tema tan amplio que justificaría debatirlo en varias etapas.

Creo que en esta discusión hay varias aristas, una es la sociológica, la de la responsabilidad social y la de los afectos.

En lo sociológico es difícil entender cómo una persona que se va de vacaciones deja a su perro dentro de su departamento, esperando que alguien venga solamente a darle de comer y demás; o va a la playa, alquila una hermosa casa, le da de comer a un perro, creando un vínculo afectivo, y después se va, a lo mejor dejándolo atado o encerrado o simplemente abandonándolo en la calle. Eso es sociológicamente inaceptable.

Tenemos que considerar también la responsabilidad social del que adopta un animal, y quisiera comentar un caso que me conmovió, que me movió a decir: qué responsabilidad y que afecto tiene esta persona. En dos o tres oportunidades he visto un matrimonio de cartoneros llevar una perrita con su cría arriba del carrito, parar cada tanto, hacer bajar a la perra, darles de comer. Cuando le pregunté a la señora porqué llevaba la perra con su cría en el carrito, me contestó: “Porque yo la recogí preñada”. He vuelto a ver a ese matrimonio con sus perritos, siguen llevando los cachorritos en una canasta. No es solamente educación, también hay una gran parte de humanidad en cada uno de nosotros.

El otro problema que veo es el sicológico. Aquellas personas que adoptan en estos días de aislamiento un animal porque se sienten solas; y me pongo a pensar, cuando esta situación termine, cuando se retorne al ritmo habitual de trabajo ¿cómo se va a sentir ese perro o gato que estuvo haciéndole compañía, que estuvo constantemente con esa persona en su casa? Seguramente se va a sentir abandonado.

Veo pocos perros en la calle en mi barrio, y por lo que he consultado lo mismo sucede en varios barrios de la ciudad de Buenos Aires; desconozco la situación en el conurbano. Veo, sin embargo, gente que duerme en la calle, o que está en situación de calle, y tiene su perro a su lado.

El problema de los perros en situación de calle y abandono es muy complejo. ¿Qué nos pasa a los seres humanos, que nos pasa que tomamos algo y después lo despreciamos? Como indiqué al principio creo que este tema se puede enfocar desde distintas disciplinas, justificándose un tratamiento amplio, interdisciplinario, invitando a otras áreas de la ciencia.

Espero haber realizado un aporte desde la Sociedad de Medicina Veterinaria. Muchas gracias por la invitación a participar en la revista Vet Market.


 

Mg. Vet. Gustavo H. Martínez

Jefe de Departamento Zoonosis Urbanas

Dirección de Vigilancia Epidemiológica y Control de Brotes. Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.

 

Probemática de los perros sueltos en la vía pública

Los perros sueltos y callejeros que se encuentran libres en la vía pública son desde hace tiempo un problema no solo para la salud pública, sino también para la convivencia social. Gran parte de ellos son consecuencia del abandono o tienen algún tipo de propietario o tenedor que los hacen vivir la mayor parte del tiempo fuera de sus domicilios, deambulando sin control por la vía pública (caninos semi-domiciliados).

En la provincia de Buenos Aires no hay estudios que permitan identificar las causas del abandono de animales, pero para tener alguna referencia, en España, la Fundación Affinity ha realizado un estudio sobre el abandono y adopción de animales de compañía en el 20181 y observaron que los principales motivos de abandono de perros y gatos son el nacimiento de camadas no deseadas (15,3%), seguido por el fin de la temporada de caza (12,6%), el comportamiento problemático del animal (10,8%), factores económicos (10,7%), la pérdida de interés por el animal (9,8%) y los cambios de domicilio (8,9%), causas de alergias de algún miembro de la familia a los pelos de los animales (4,4%), el nacimiento de un hijo (3,9%), el ingreso en hospital o la defunción del propietario (6,0%), las vacaciones (1,2%) o el miedo a contraer la toxoplasmosis durante el embarazo (0,5%); por lo que es muy probable, que en nuestro medio, algunos de estas causas puedan ser similares.

Los animales sin control producen serios problemas sociales y sanitarios. Para abordar este tema es necesario tener en cuenta ciertas características de la especie canina:  por un lado su “territorialidad” que es una parte innata de su conducta, en la que los perros toman un área sociográfica determinada en la que desarrollan sus funciones de supervivencia y reproducción, y que en varias ocasiones son generadas inconscientemente por la sociedad al colocar “comederos”, “bebederos” y “cuchas, casillas o reparos” en espacios públicos, por lo que tienden a defenderla con agresividad si sienten que la misma se encuentra amenazada. Y por otro es el “comportamiento de masas o jauría" en los que se agrupan con el objetivo de conseguir beneficios mutuos por medio de una organización marcada, que podría agravar estas situaciones.

Las lesiones por mordeduras, por ejemplo, son uno de los principales problemas a la salud, las mismas pueden variar desde lesiones leves a graves con pérdida de tejido corporal y, en casos extremos, hasta la muerte de la persona agredida; además generan altos costos al Sistema de Salud.

Según estadísticas del Departamento Zoonosis Urbanas, Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires2, sobre la proporción de personas que sufren mordidas de anuales domésticos, principalmente caninos, se registra aproximadamente un 13% de los casos notificados de mordeduras en niños de 1 a 5 años, un 19% de 6 a 14 años, 10% de 15 a 20 años y un 58% en personas mayores de 21 años, sin haber una diferencia significativa entre ambos sexos (49.81% mujeres y 50,19% hombres).

Si comparamos con los años anteriores, en el año 2020 y posiblemente debido al aislamiento social preventivo y obligatoria decretado por el Gobierno Nacional debido a la pandemia del COVID-19, se observó una disminución del 48,39% de casos de accidentes por mordeduras registrados en nuestra provincia, llegando a un total de 15.553, si lo comparamos con los 30.138 casos registrados en el 2019.  Los índices indican que se mantiene a lo largo de los años un promedio de 30% de lesiones por mordedura realizadas por caninos en la vía pública que no pudieron ser localizados para realizar la observación antirrábica correspondiente (Gráfico 1 y 2)2.

 

Gráfico 1. Proporción de los rangos etarios de las personas mordidas por caninos y felinos en la provincia de Buenos Aires, año 2019.

 

Gráfico 2. Evolución de las notificaciones de los accidentes por mordeduras de animales domésticos comparados con las que necesitaron tratamiento antirrábico post exposición por no encontrarse el animal agresor. Período 2015-2020. Provincia de Buenos Aires.

 

Otro aspecto sanitario a tener en cuenta en relación a los accidentes por mordeduras es la potencial transmisión de enfermedades zoonóticas, como por ejemplo: la Rabia, enfermedad infecciosa se encuentra bajo vigilancia por la transmisión de variantes aéreas o reintroducción de las terrestres de animales provenientes de zonas endémicas, Bartonelosis, sepsis por Capnocytophaga canimorsus en personas inmunosuprimidas crónicas, todas transmitidas por mordeduras o contacto con  la saliva de animales infectados.

No solo las lesiones por mordedura generan un impacto en la Salud Pública: la orina y deyecciones pueden ser una fuente de contagio de otras enfermedades zoonóticas bacterianas (como Leptospirosis o Brucelosis), parasitarias (Toxocariasis, Ancylostomiasis, Giardiasis, Shigelosis, Escabiosis, etc) y micológicas (Dermatofitosis, Esporotricosis), entre otras.

El fecalismo canino, que se refiere a la materia fecal de perros que queda en las calles, lugares públicos de esparcimiento y/o recreación como plazas, etc. se ha convertido en un grave problema de contaminación ambiental, polución tanto en aire, como los del acuífero subterráneo y depósitos de aguas, como así también la contaminación de diversos alimentos elaborados en la vía pública, lo que lleva a una fuerte repercusión en la salud (mal olor, acúmulo de roedores e insectos, múltiples focos infecciosos, etc.) lo cual representa la creciente necesidad de fomentar acciones en torno a “ambientes saludables”.

Actualmente existe una creciente demanda de diferentes sectores de la sociedad, incluyendo algunas ONG protectoras de animales, que interpretan y presionan al estado para aumentar las castraciones de animales como la única solución a la problemática de los animales sueltos en la calle, respaldándose en un discurso erróneo de “sobrepoblación de animales en áreas urbanas”, ya que no se ha observado que la capacidad de carga de animales existentes en estas áreas superen los recursos que les puede ofrecer el ecosistema para su vida, en ninguna jurisdicción provincial.

Si bien las esterilizaciones quirúrgicas están contempladas en la Ley provincial Nro. 13.879, Decreto 400/11 con el fin de contribuir con el equilibrio entre la población animal, humana y ambiente, hay que diferenciar cuál es el objetivo de dichos reclamos. Los Centros de Zoonosis, como autoridad sanitaria local, tienen actividades sanitarias específicas, detalladas en su misión y funciones según las directrices del Ministerio de Salud provincial, por lo que ésta no es su única actividad. Desde hace varios años las esterilizaciones quirúrgicas se vienen realizando e incrementando en todos los Centros y áreas Veterinarias, por lo que si contemplamos exclusivamente las que se realizaron en el ámbito público y con recursos del estado, se llevaron a cabo 255.342 esterilizaciones en el año 2019 (Gráfico 3)2.

 

Gráfico 3. Evolución de las esterilizaciones quirúrgicas de caninos y felinos, realizadas en los Centros de Zoonosis de la provincia de Buenos Aires. Período 2010-2019.

 

Es real que se mantiene la demanda social de castraciones públicas de animales, pero también se ha advertido que en algunas circunstancias estos grupos lucran con la logística del traslado de animales, por lo que puede haber un conflicto de intereses en dichos reclamos. De todas formas, para poder avalar que es errónea esta mirada, ya que la percepción es diferente a la realidad, son necesarios estudios concretos sobre esta temática.

Desde Zoonosis Urbanas estamos trabajando en protocolos de censos de animales, con fundamentos estadísticos, para tener una estimación real de animales ya que las realidades pueden variar en forma considerable en cada área en particular.

Esta problemática es tan amplia que se debe abordar buscando controlar sus diferentes variables, incluyendo fundamentalmente la promoción de la tenencia responsable, evitando que las personas dejen sus animales sueltos en la calle y espacios públicos, realizando paseos con correa y bozal para evitar posibles lesiones, manejando adecuadamente las excretas de los animales en pos de ambientes saludables, brindándoles una correcta alimentación y sanidad adecuada, como así también desalentando y/o penalizando el abandono y todas aquellas acciones consideradas como maltrato animal.

Fuentes:
  1. https://www.fundacion-affinity.org/sites/default/files/whitepaper-estudio-sobre-abandono-y-adopcion-de-animales-de-compania-2018.pdf
  2. Departamento Zoonosis Urbanas, Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.

 

Silvina Muñiz

Médica Veterinaria

Presidenta de la Asociación de Veterinarios Especializados en Animales de Compañía - AVEACA

 

Cuando hablamos de animales en situación de calle, estamos hablando de una problemática social muy seria, que algunos países han sabido manejar mejor que otros dependiendo de la cultura y educación sobre la tenencia responsable de animales de compañía.

La situación de calle, tanto para los seres humanos como para los animales tiene como factor común la vulnerabilidad y la invisibilidad, con las consecuencias psicológicas que trae aparejada la vida sin un techo.

Los perros son felices y evolucionan cuando conviven con el ser humano, cuando son queridos, y considerados un miembro de la familia.

Si no son domesticados en un hogar, al intentar valerse por sí mismos pueden presentar conductas salvajes con riesgo para la población.

El abandono o pérdida de perros y gatos es un problema que va más allá del maltrato animal, se produce en todas las épocas del año, con una mayor incidencia en épocas de verano y puede derivar en situaciones que afectan al medio ambiente y a la salud pública. La transmisión de enfermedades infectocontagiosas como la rabia, y otras zoonosis son comunes cuando no existe prevención.

Es esencial tomar conciencia que los animales que viven en la calle representan un riesgo importante para todos. Como veterinarios y agentes de salud pública, tenemos un rol muy importante centrado en la educación social.

A nivel gubernamental debería instaurarse la enseñanza del bienestar animal en todo el plan de estudios capacitando a los maestros. Si se aprende desde temprana edad a valorar la vida de los otros seres con los cuales compartimos el planeta probablemente haya menos animales en la calle, y más protección para la población.

Es importante destacar la importancia de la educación de la población sobre todo aquello que supone un cuidado responsable de sus animales de compañía, como
un pilar fundamental para prevenir el abandono a medio y largo plazo.

La esterilización, la identificación y la adopción son las 3 estrategias más importantes para prevenir y minimizar el impacto del abandono de animales de compañía.
De no ser adoptado, un animal de compañía está condenado a pasar su vida en la calle o en un refugio.

Y si bien hay muchos refugios que trabajan mucho ayudando en el rescate y adopción, están actualmente colapsados dependiendo de donaciones para poder cuidar de estos animales y las adopciones son escasas.

También, hay quienes voluntariamente los alimentan, vacunan, esterilizan y, finalmente, los sacan de las calles consiguiéndoles un hogar.

La educación no es solo la transmisión de información, sino también la transferencia de conocimiento.

Podemos enseñar la compasión y respeto por la vida animal y así ayudar en la prevención del abandono y la superpoblación canina y felina.


 

Osvaldo Rinaldi

Médico Veterinario

Presidente del Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires - CVPBA

 

Un número cada vez mayor de perros sueltos sin dueño, denuncias recurrentes en centros de zoonosis, movilizaciones y campañas en las redes sociales, son moneda corriente por estos días vinculados a caninos en situación de calle y maltrato animal. Analizar con serenidad y ecuanimidad la problemática, sin gritos ni presiones que pretendan traducirse en decisiones legislativas o ejecutivas efectivas, también es una necesidad y una sana forma de defender la convivencia democrática.

Tener una mirada amplia, contemplativa de las distintas posturas y realidades, y dejar de lado las presiones que puedan existir de algunos sectores para ser escuchados como única voz autorizada, es una obligación que debemos exigir como ciudadanos a nuestros representantes. No se trata de quién alce la voz más fuerte o realice campañas efectistas apelando a la sensibilidad, donde encontraremos las respuestas adecuadas, sino en la mesura, el intercambio de ideas fundamentadas, los apoyos técnicos necesarios y el respeto por sobre todas las cosas.

En la Provincia de Buenos Aires hay gran cantidad de perros y gatos que viven en la calle. Adoptar una mascota no es una obligación, pero sí implica una decisión que debe tomarse a conciencia. La falta de responsabilidad, de educación y de perspectiva hacia la realidad de otros seres vivos son los principales factores de abandono, más allá de cualquier razón que impulse una decisión tan terminante. Es decir, las razones pueden deberse a crisis económicas, camadas indeseadas, enfermedades, falta de lugar, etc., pero no existe excusa posible para abandonar a un animal, excepto la falta de conciencia, de educación y de compromiso con el semejante.

 

Un reflejo de la sociedad

El abandono de perros y gatos también es maltrato animal y sigue siendo un problema estructural que precisa una mayor intervención y cooperación de toda la sociedad para alcanzar el control urbano de caninos y felinos. La Tenencia Responsable es la estrategia más eficaz en la prevención de enfermedades zoonóticas y el resguardo del bienestar de los animales. Adoptar una mascota es también asumir un compromiso con la sociedad en su conjunto, aporta a disminuir la cantidad de perros y gatos errantes en las calles que, además de sufrir, representan un grave riesgo de salud pública.

Es el Estado en su conjunto y trabajando de manera coordinada, el que debe liderar este proceso de concientización y cambio social necesario.

 

Conclusiones

De lo expuesto queda claro que la problemática de las poblaciones urbanas caninas se ha transformado con el devenir del tiempo en una amenaza creciente a la salud Publica, reiteradamente puesto en conocimiento a las autoridades de turno como así también a la opinión pública. La desidia por revertir la situación hizo factible que se transformara en el origen de un conflicto de índole social.

Queda entonces comenzar a enumerar cual sería el camino a transitar para el abordaje sanitario-social del inicio de la solución. El Estado Nacional, Provincial o Municipal debe reconocer su responsabilidad en ayudar a la discusión y aportar lo mínimo e indispensable que se necesite. No es implementando acciones demagógicas ni políticas vanas sino todo lo contrario: incorporando a los profesionales para fijar los criterios técnicos, los cuadros políticos y burocráticos para generar las normas y reglamentos a consensuar e impulsar.

Solo falta tomar conciencia de la importancia que merece, si especular en réditos o costos políticos para ninguna de las partes involucradas. Creo fundamental trabajar con equipos técnicos multidisciplinarios que puedan abordar la cuestión en todas sus facetas incluyendo a las organizaciones proteccionistas. Los colegas también deben concientizarse que están llamados a participar y aportar sus puntos de vista en este desafío de la profesión. La sociedad en conjunto con sus acciones u omisiones es responsable de la génesis y solución de este dilema Sanitario-Social. No solo con las castraciones masivas sino también con la toma de conciencia a través de la comunicación y educación alcanzaremos el objetivo propuesto.

Finalmente, se debe consensuar un camino que nos conduzca a que los diversos estamentos sociales adhieran a un sistema de tenencia responsable y cuidado del maltrato animal.

Como profesionales de la Salud debemos asumir responsablemente este desafío.

Intentemos entre todos, antes que sea demasiado tarde.

 

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