Reflexión
¿Es la Veterinaria una profesión de riesgos?
A los desafíos propios vinculados a la medicina veterinaria, los profesionales también están expuestos a las reacciones de los propietarios que se potencia en tiempos de pandemia y de redes sociales. (Artículo destacado de la edición N° 132 de Vet Market. Autor: Dr. Leonardo Sepiurka).
*MV Leonardo Sepiurka Vicepresidente de SOMEVE Presidente de AsArBa
El ejercicio de la profesión veterinaria supone enfrentar distintos tipos y grado de riesgos de acuerdo con el ámbito en donde se desarrolle.
La amplitud de las incumbencias de la profesión hace que los escenarios sean tan diversos que cada uno conlleve distintos desafíos en el día a día.
El ejercicio de la medicina en las distintas especies nos expone a recibir mordeduras, arañazos, cornadas, o una coz, solo por enumerar algunas de las respuestas defensivas esperables al trabajar con animales no siempre dóciles, y los desafíos se han ampliado al tratar ahora a especies no tradicionales para las que se requiere un entrenamiento y especialización.
El trabajo en el laboratorio manipulando diversos patógenos requiere del operador una serie de precauciones y lo enfrenta a riesgos de contaminación equiparable a la de aquellos veterinarios que trabajan a campo en una necropsia de animales muertos a causa de enfermedades infectocontagiosas.
Un alto porcentaje de las enfermedades que hoy asolan a la humanidad provienen de los animales, y los veterinarios nos encontramos en la primera línea de batalla lo que nos posiciona en una situación de mayor riesgo. Vaya como ejemplo a la Brucelosis de la que se han contagiado muchos colegas con cursos severos y dejando incapacidades difíciles de revertir, y diversas enfermedades emergentes y reemergentes que constituyen nuevos desafíos.
El año 2020 fue atravesado y sigue aun en curso por la pandemia de Covid-19 que nos encontró trabajando desde el primer momento para asegurar la salud de los animales y la seguridad alimentaria exponiéndonos a contagios y cursos aleatorios incluyendo hasta el desenlace mortal.
El hecho de tener que desplazarse por largas distancias en el ámbito rural para llegar a los lugares de trabajo expone a los colegas a un alto índice de siniestralidad y lamentablemente muchos han fallecido en accidentes viales en circunstancias en que se dirigían o retornaban de sus jornadas laborales.
El estrés al que uno se enfrenta en el trabajo cotidiano, los conflictos que conllevan, desilusiones, y demás circunstancias han inducido al suicidio a muchos colegas, siendo la Veterinaria una de las profesiones con mayor tasa de suicidio.
Sin llegar a este extremo, distintas enfermedades médicas y psicológicas o psiquiátricas y cuadros depresivos, aparecen a consecuencia del agobio y requerimientos que nos abruman.
La carga de ansiedad de los propietarios preocupados por su situación económica o por el afecto de sus mascotas y exacerbadas en los tiempos actuales desemboca en lo que se ha dado en llamar “escraches” como estrategia frente a una supuesta falta de evolución favorable o la muerte de un paciente.
El Círculo de Veterinarios de Hurlingham se manifestó en sus redes sociales en defensa de los veterinarios y diciéndole NO A LA VIOLENCIA en todas sus formas.
El uso de las redes sociales difundiendo consignas negativas y denostando a los profesionales, llegando al extremo de rotura de vidrieras de alguna veterinaria, dan muestra de la alienación a la que se ha llegado y que nos expone al descredito frente a la comunidad.
Sabido es que las noticias con letra de catástrofe de la primera página son desmentidas en letra pequeña en una hoja perdida de un periódico, del mismo modo que la desacreditación requiere de un gran esfuerzo para permitir develar la verdad revirtiendo la falsedad surgida muchas veces de la locura.
Paula Nicora, Médica Veterinaria y dibujante, se expresó en sus redes sociales sobre los escraches contra los profesionales veterinarios.
Muchos terminan a consecuencia de este accionar con los signos propios del Síndrome de Burn Out, y afortunadamente los Colegios y Consejos profesionales comenzaron a establecer acciones para frenar estos desafíos que son verdaderos riesgos a los que nos exponemos, brindando instrucciones a los matriculados para saber cómo reaccionar frente a estas nuevas amenazas.
Con casi cincuenta años de matriculación agradezco la preocupación del Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires y me permito reproducir el protocolo de actuación para profesionales veterinarios ante difamaciones públicas compartido desde el boletín emitido por ese Colegio en su última publicación del 30 de noviembre de 2020.