El 4 de octubre de 1929 fue declarado Día Mundial de los Animales, por iniciativa de la Organización Mundial de Protección Animal en congreso celebrado en Viena. La iniciativa fue en conmemoración de San Francisco de Asís.
Este santo nació en 1182 en Italia y dejó como enseñanza para la humanidad que debemos comprender cuál es nuestro lugar en la Tierra, ya que el bienestar de nosotros está integrado al bienestar de todos los animales y el medio ambiente.
En los años que vivió San Francisco de Asís estas ideas se veían con extrañeza. Es por esta razón que se considera que se adelantó a su época.
Este santo en su vida decidió despojarse de todas las riquezas materiales y se dedicó a servir y ayudar no solo a sus semejantes, sino también a todos los animales, a los que consideraba hijos de Dios y llamaba “hermanos”.
En 1980 el papa Juan Pablo II, declaró a San Francisco de Asís patrono de los animales y de los ecologistas, momentos a partir del cual esta celebración tomó más auge a nivel mundial.
En Argentina el Día del Animal se celebra el 29 de abril en recuerdo del fallecimiento en 1926 del que fuera presidente de la Sociedad Protectora de Animales, el doctor Ignacio Lucas Albarracín.
Tanto el 4 de octubre a nivel mundial, como el 29 de abril a nivel nacional, el propósito central de estas fechas es recordar la importancia de todas las especies animales, el respeto y su preservación.