Los profesionales Veterinarios -como agentes sanitarios que son- deberán transmitir a sus clientes y a la comunidad en general mensajes de responsabilidad y calma ante la actual situación del COVID-19.

Por sobre todas las cosas deberán tranquilizar informando que no hay ninguna evidencia científica de que los animales de compañía transmitan o padezcan el coronavirus COVID-19.

Más allá de las consideraciones hacia los clientes y hacia la comunidad en general, es muy importante que se modifique la forma de atención de los pacientes y de los clientes para minimizar los riesgos de contagio.

A modo de protocolo sobre cómo proceder en la atención en el Centro Veterinario, se detallan las siguientes consideraciones:

• En la medida de lo posible se debería aplazar todas las vistas rutinarias que no impliquen una urgencia, hasta que pase la fase crítica de esta emergencia sanitaria.

• Permitir la atención sólo con cita previa telefónica.

• Mantener la puerta cerrada y abrir solo ante la llegada del cliente citado.

• Todo el personal, los profesionales, proveedores y clientes deberían utilizar gel desinfectante al entrar y al salir del Centro Veterinario.

• Hacer un uso muy restringido de la sala de espera, con el mínimo posible de personas y respetando distancia prudencial entre personas.

• Los pacientes deberían ser acompañados exclusivamente por una sola persona.

• Los propietarios que presenten síntomas no deben concurrir al Centro Veterinario con el animal enfermo, y deberán comunicar la situación por teléfono, para que otra persona puede llevarlo.

• En caso de duda por parte del propietario sobre si existe necesidad urgente de acudir al Centro Veterinario, aconsejarle que, antes de hacerlo, se ponga en contacto telefónico para valorar el caso.

• Debe agudizarse la limpieza de todas las áreas del Centro Veterinario, la higiene personal y la de todo el material profesional.

Infografía del Colegio Oficial de Veterinarios de Sevilla, España