Conferencia Mundial de la OIE
Advierten sobre los riesgos para la acuicultura
Expertos en sanidad de los animales acuáticos de todo el mundo han debatido en la Conferencia Mundial de la OIE sobre la forma de hacer frente a las enfermedades que amenazan a los peces para garantizar una producción sostenida. Esto sucedió del 2 al 4 de abril en Santiago de Chile con la participaron de más de 250 personas de 90 países.
El evento destacó las múltiples oportunidades de crecimiento continuo que la acuicultura tiene por delante y la necesidad de una colaboración entre los responsables de la toma de decisiones, los profesionales de la sanidad animal y otros socios para garantizar el desarrollo seguro y sostenible del sector.
La acuicultura es una industria reciente, con un crecimiento anual de alrededor del 6%. En 2014, alcanzó un verdadero hito superando a la producción pesquera.
Las proyecciones en la demanda de alimentos de origen acuático son altas, pero las enfermedades de los animales acuáticos amenazan con limitar su producción y crecimiento.
Para poder alimentar al mundo, el sector de la acuicultura también necesita enfrentar y superar desafíos diarios significativos. El camino hacia la sostenibilidad recién empieza.
Los participantes presentaron una serie de recomendaciones instando a los Países Miembros a tomar medidas para mejorar el cumplimiento de las normas de la OIE, en especial en el campo de la vigilancia y la detección temprana; la notificación a la OIE de las enfermedades de los animales acuáticos, la prevención y el control de agentes patógenos en los animales acuáticos; implementar medidas de bioseguridad para mitigar el riesgo de introducción o propagación de agentes patógenos en los establecimientos de acuicultura; garantizar que se notifiquen a la OIE de forma transparente, oportuna y consistente, todas las enfermedades de la lista de la OIE y las enfermedades emergentes a través de WAHIS para permitir a los Países Miembros tomar las medidas apropiadas para prevenir la propagación transfronteriza de importantes enfermedades de los animales acuáticos; garantizar que se respeten en cada país las normas y directrices de la OIE sobre el uso responsable y prudente de agentes antimicrobianos, y promover los avances en la gestión de enfermedades y así reducir la necesidad de antimicrobianos.