Los Bosques de Palermo amanecieron este 8 de diciembre con un paisaje tan inusual como conmovedor. El verde del Parque Berlín fue cediendo lugar a una auténtica marea de pelaje dorado. La Ola Dorada selló una jornada histórica: 2.397 perros de la raza Golden Retriever reunidos en un mismo predio, una cifra que establece un récord a nivel mundial de concentración de esta raza.

El número final fue confirmado por diez fiscales designados por la organización, quienes realizaron un conteo manual y ordenado de los animales que ingresaron al parque cumpliendo con los requisitos establecidos. El encuentro, originalmente previsto para fines de noviembre y reprogramado por cuestiones climáticas, convocó a miles de familias porteñas y del conurbano.

Foto: gentileza familia Carande

Detrás de la iniciativa estuvo Fausto Duperré, creador de contenidos e influencer argentino, conocido por compartir su vida cotidiana junto a su perro Oli.

Hasta el momento, el récord lo ostentaba Canadá con 1.685 ejemplares reunidos. Sin embargo, Buenos Aires superó ampliamente esa cifra, posicionándose como una referencia global para los amantes de esta raza.

Pese al impacto del evento, la marca no figurará -al menos por ahora- en el libro de los Récords Guinness. La organización decidió no avanzar con la certificación oficial debido al elevado costo del trámite.

Según explicó Duperré, contar con un adjudicador de Guinness implicaba un desembolso cercano a los 38.000 dólares, una suma imposible de afrontar para una convocatoria autogestionada y de perfil comunitario. Aun así, la ausencia del sello oficial no opaca la celebración.

Convivencia responsable y solidaridad

La jornada se desarrolló en un clima familiar y pacífico, en línea con el temperamento característico de la raza. La organización fue estricta con las normas: todos los perros ingresaron con collar, correa e identificación, y se prohibió el acceso de animales sueltos para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los asistentes.

Además del hito numérico, el evento tuvo un marcado fin solidario. En los accesos al parque se instaló un punto de recolección donde se juntaron cientos de kilos de alimento balanceado, destinados a refugios y organizaciones de rescate animal.

La Ola Dorada no fue solo un récord numérico para Buenos Aires, sino una expresión colectiva y conmovedora del vínculo profundo que une a las personas con una de las razas caninas más queridas y entrañables.