El reencuentro humano-animal según la ciencia
Perros vs. Gatos: Dos maneras de decir "te extrañé"
Aunque ambos desarrollan profundos lazos de apego con sus tutores, perros y gatos expresan de distintas formas el reencuentro con sus tutores. Saltos, ladridos y carreras desenfrenadas en los canes contrastan con ronroneos, frotamientos y parpadeos lentos en los felinos.
La escena es cotidiana: un perro que corre, salta y ladra cuando su tutor cruza la puerta, o un gato que se acerca con un ronroneo y un parpadeo lento. Más allá de lo anecdótico, la ciencia ha comenzado a desentrañar las bases biológicas y conductuales que sustentan estos comportamientos, demostrando que ambos reflejan vínculos de apego genuinos y medibles.
Alegría canina: apego de base infantil-parental
Diversos estudios han comparado el apego de los perros hacia sus tutores con el vínculo entre un niño y sus padres, retomando el concepto de “apego seguro” descrito por Mary Ainsworth.
En el reencuentro, los canes:
- Buscan contacto físico inmediato (lamidos, empujones suaves, acurrucamiento).
- Activan sus sistemas sensoriales en cascada: olfato → oído → visión.
- Desencadenan respuestas de memoria episódica asociadas a experiencias positivas.
A nivel neuroquímico, el intercambio de miradas eleva los niveles de oxitocina tanto en el perro como en el tutor, reforzando la retroalimentación positiva. La intensidad del saludo aumenta con la duración de la ausencia, aunque una respuesta exagerada puede ser signo de ansiedad por separación, un aspecto clínico relevante para la práctica veterinaria.
La conexión felina: apego seguro y sutileza en la expresión
Aunque históricamente subestimados, los gatos también forman vínculos de apego seguros. Un estudio en Current Biology adaptó la “prueba de la situación extraña” y concluyó que aproximadamente el 65% de los gatos muestran apego seguro hacia sus cuidadores.
En el reencuentro, las conductas más frecuentes incluyen:
- Ronroneo o maullidos agudos de saludo.
- Frotamiento corporal (“bunting”) para transferir feromonas faciales.
- Cola erguida en forma de signo de interrogación, señal inequívoca de alegría.
- Tirarse al suelo y revolcarse.
- Amasado con las patas delanteras, asociado a confort y confianza.
- Parpadeos lentos, interpretados como un “beso felino”.
La liberación de oxitocina también está presente, aunque las manifestaciones externas son más discretas, en línea con la naturaleza solitaria y territorial de la especie.
Diferencias clave en los reencuentros
Característica | Perros | Gatos |
---|---|---|
Intensidad de la respuesta | Alta, exuberante | Moderada, sutil |
Contacto físico | Saltos, lamidos, acurrucamiento | Frotamiento, roce |
Vocalizaciones | Ladridos, gemidos | Maullidos agudos, ronroneo |
Lenguaje corporal | Cola enérgica, carreras | Cola erguida en gancho, parpadeo lento |
Naturaleza del vínculo | Dependencia social marcada | Apego seguro con autonomía |
Influencia evolutiva | Especie gregaria, de manada | Depredador solitario, territorial |
Relevancia para la práctica veterinaria
- Interpretación de la conducta: ayuda a diferenciar saludos normales de signos de ansiedad, miedo o apego inseguro.
- Comunicación con tutores: explicar la base científica de estos comportamientos mejora la comprensión y fortalece la confianza en la labor veterinaria.
- Bienestar animal: promover rutinas que refuercen vínculos seguros (juego, caricias, enriquecimiento ambiental) contribuye a reducir estrés y mejorar la calidad de vida.
Tanto perros como gatos expresan afecto en los reencuentros, aunque con lenguajes diferentes. Reconocer e interpretar estas señales no solo enriquece la relación humano-animal, sino que también ofrece al veterinario herramientas para detectar alteraciones conductuales y promover el bienestar emocional de sus pacientes.