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martes 08 de julio de 2025 - Edición Nº2322
Vet Market » Profesión » 8 jul 2025

Una Salud

Enfermedades emergentes y reemergentes: un tema de alerta mundial

El resurgimiento de viejas amenazas y la aparición de nuevos patógenos ponen a prueba la capacidad de respuesta global. Expertos advierten sobre la inminente necesidad de fortalecer la vigilancia y la prevención ante un panorama de salud cada vez más complejo y volátil.


Las enfermedades emergentes son aquellas que aparecen por primera vez en una población o que han existido anteriormente, pero se detectan recientemente en una región o especie. Por otro lado, las reemergentes son enfermedades que habían disminuido significativamente o desaparecido, pero que resurgen con fuerza debido a diversos factores.

Entre los ejemplos más conocidos se encuentran el SARS-CoV-2 (causante de la COVID-19), el virus Ébola, la fiebre del Nilo Occidental, la influenza aviar y enfermedades zoonóticas como la brucelosis o la leptospirosis.

Una Salud: una visión integradora

El enfoque de Una Salud reconoce que la salud de las personas está estrechamente ligada a la salud de los animales y al estado del ambiente. Esta perspectiva multidisciplinaria es fundamental para anticipar, prevenir y controlar brotes de enfermedades infecciosas.

Más del 60% de las enfermedades infecciosas humanas son zoonóticas -es decir, transmitidas por animales-, y aproximadamente el 70% de ellas provienen de animales silvestres. La deforestación, el tráfico de fauna, el cambio climático, la intensificación de la agricultura y la urbanización descontrolada son factores que aumentan el riesgo de aparición de nuevos patógenos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido constantes alertas y actualizaciones epidemiológicas sobre diversas enfermedades, desde el sarampión y la tos ferina hasta la fiebre amarilla y la influenza aviar (H5N1), demostrando la continua amenaza.

Ya en su informe de 2007, la OMS advirtió que las enfermedades infecciosas estaban surgiendo a un ritmo nunca antes visto. Han enfatizado que alrededor del 75% de los patógenos emergentes o reemergentes son de origen zoonótico, es decir, provienen de animales. Esto subraya la necesidad de un enfoque "Una Salud" que integre la salud humana, animal y ambiental.

El panorama en Argentina

Argentina no es ajena a esta problemática. El país ha experimentado en las últimas décadas la reemergencia de enfermedades como el dengue, el hantavirus, la encefalomielitis equina y la leishmaniasis visceral. Al mismo tiempo, la vigilancia epidemiológica ha detectado la aparición de nuevas amenazas como el virus Zika y el chikungunya.

La expansión del dengue, por ejemplo, se ha visto favorecida por el cambio climático y la urbanización, que facilitan la proliferación del mosquito Aedes aegypti, vector de la enfermedad. En tanto, brotes de hantavirus en la Patagonia han puesto en evidencia la necesidad de estudiar más profundamente las interacciones entre roedores silvestres y humanos.

En el ámbito veterinario, también se han registrado casos de enfermedades como la encefalomielitis equina y la triquinosis, que pueden tener implicancias zoonóticas y económicas relevantes.

Factores que impulsan la emergencia

- Cambio climático: altera los hábitats de vectores y reservorios, expandiendo su distribución geográfica.

- Pérdida de biodiversidad: disminuye el efecto amortiguador de los ecosistemas frente a patógenos.

- Movilidad humana y animal: facilita la diseminación rápida de agentes infecciosos.

- Prácticas agroindustriales intensivas: aumentan el contacto entre animales domésticos, silvestres y humanos.

- Resistencia antimicrobiana: complica el tratamiento de enfermedades tanto humanas como animales.

Una respuesta desde la interdisciplina

Frente a este panorama, la cooperación entre médicos, veterinarios, biólogos, ecólogos, epidemiólogos y tomadores de decisiones es esencial. Argentina cuenta con instituciones claves como el SENASA, el Ministerio de Salud, el CONICET, y las universidades nacionales, que ya trabajan en redes para la vigilancia epidemiológica y la prevención de zoonosis.

También es clave fortalecer los sistemas de salud pública y veterinaria, promover la educación ambiental, y desarrollar sistemas de vigilancia integrada que incluyan indicadores climáticos, ecológicos y sociales.

Solo desde la colaboración entre disciplinas, países y sectores podremos anticiparnos a futuras pandemias y construir sociedades más resilientes.

 

 


 

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