Oncología Veterinaria
10 hábitos respaldados por la ciencia para prevenir el cáncer en animales de compañía
La prevención es la herramienta más poderosa que tenemos frente al cáncer. Aunque no siempre se puede evitar el desarrollo de una enfermedad oncológica, existen estrategias respaldadas por evidencia científica que pueden reducir significativamente el riesgo. A continuación, exploramos diez hábitos que pueden ayudar a prevenir afecciones oncológicas en perros y gatos.
Por Dr. Guillermo Hermo (*)
El cáncer es una de las principales causas de muerte en perros y gatos mayores. Aunque no siempre se puede evitar el desarrollo de una enfermedad oncológica, la prevención puede contribuir a la salud de los animales de compañía.
Estos son algunos de los principales hábitos respaldados por la ciencia, que todo tenedor responsable debería tener en cuenta para prevenir afecciones oncológicas en perros y gatos:
1. Alimentación equilibrada y de alta calidad. Una dieta balanceada, adaptada a la especie y etapa de vida del animal, es fundamental. Alimentos ricos en antioxidantes, ácidos grasos omega-3 y bajo contenido de aditivos artificiales ayudan a combatir el estrés oxidativo, un factor relacionado con el desarrollo de tumores.
2. Control del peso corporal. El sobrepeso y la obesidad se han asociado con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer en mascotas, como el de vejiga, mama y huesos. Mantener un peso saludable mediante dieta y ejercicio es una medida preventiva clave.
3. Protección solar en animales de piel clara o sin pelo. Los animales con piel clara, sin pigmentación o escasa cobertura pilosa (como los gatos blancos o razas como el Dogo Argentino) tienen mayor riesgo de desarrollar tumores cutáneos, como el carcinoma de células escamosas. El uso de protectores solares veterinarios, evitar la exposición solar intensa (especialmente entre las 10 y 16 h), y promover zonas de sombra, son medidas clave en la prevención.
4. Evitar la exposición a sustancias cancerígenas. Evite el uso de pesticidas, herbicidas y productos de limpieza tóxicos en áreas frecuentadas por las mascotas. La exposición repetida a estos compuestos se ha relacionado con linfomas y otros tumores.
5. Control veterinario periódico. Los chequeos regulares permiten detectar cambios tempranos que podrían indicar una afección oncológica incipiente. Las visitas preventivas al veterinario son una inversión en salud.
6. Higiene bucal adecuada. La enfermedad periodontal no solo afecta los dientes, sino que puede generar inflamación sistémica, un proceso vinculado al desarrollo de ciertos tipos de cáncer. El cepillado regular y el control odontológico son esenciales.
7. Actividad física regular. El ejercicio frecuente mejora el sistema inmunológico, regula el metabolismo y ayuda a mantener el peso. Todos estos factores disminuyen la posibilidad de que se desarrollen procesos tumorales.
8. Vacunación y desparasitación al día. Algunas infecciones virales o parasitarias se han vinculado a procesos oncológicos, como ciertos linfomas. Mantener al día las vacunas y antiparasitarios es una medida indirecta pero efectiva.
9. Evaluación temprana de bultos o cambios en la piel. Cualquier masa, cambio de coloración o lesión persistente en la piel debe ser evaluada sin demoras. El diagnóstico temprano mejora notablemente el pronóstico.
10. Minimizar el estrés crónico. El estrés continuado afecta la inmunidad y el equilibrio hormonal. Crear un entorno seguro, predecible y enriquecido es vital para el bienestar integral y la prevención de enfermedades.
Un hábito que muchas veces es recomendado, que incluso lleva a discusión y controversia es la "esterilización temprana".
La castración o esterilización temprana puede reducir significativamente el riesgo de ciertos tumores hormonodependientes como el de mama en hembras. También elimina el riesgo de cáncer de ovario y útero. En machos reduce el riesgo de caneca testicular, tumores personales y neoplasia prostáticas.
Sin embargo, por otro lado, estudios científicos han demostrado que aumenta el riesgo de hemangiosarcomas, osteosarcomas, linfomas y mastocitomas principalmente en Golden Retrievers, Labradores, Vizslas y Rottweilers. Esto puede extenderse también a muchas otras razas de caninos no estudiadas.
La castración debería no ser es una decisión universal. Debería adaptarse a cada animal, considerando la raza, el estilo de vida y el historial médico. La decisión de castración debe ser evaluada junto al veterinario según el caso individual.
Adoptar hábitos preventivos basados en la ciencia puede marcar una gran diferencia en la salud y longevidad de nuestras mascotas. Consultar periódicamente con el veterinario y tomar decisiones informadas es, sin duda, la mejor estrategia.
Dr. Guillermo Hermo
(*) Médico Veterinario por la Universidad Nacional de La Plata (FCV-UNLP, Argentina). Doctor en Ciencias Veterinarias (FCV-UNLP). Especialista en Clínica de Caninos y Felinos Domésticos, con orientación en Oncología (CVPBA). Evaluador de revistas científicas nacionales e internacionales. Evaluador de tesis doctorales en oncología veterinaria. Autor y co-autor de publicaciones científicas y capítulos de libros de oncología veterinaria. Disertante nacional e internacional. Socio fundador de la Sociedad Argentina de Oncología Veterinaria (SAOV). Presidente y Director en I&D en medicamentos oncológicos veterinarios Laboratorio Farmacéutico Veterinario CHEMOVET S.A., Argentina.