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domingo 08 de septiembre de 2024 - Edición Nº2019
Vet Market » Profesión » 24 mar 2019

Salud

El estrés, la ansiedad y la depresión en la profesión veterinaria

El médico veterinario como profesional de la salud trabaja con pacientes y eso implica tener que enfrentarse a situaciones tan diversas que oscilan entre la vida y la muerte. Como si todo eso no fuera poco muchas veces debe lidiar con la angustia, la intolerancia y hasta el maltrato de algunos clientes.


Muchos veterinarios se quejan de lo duro y poco gratificante que es el ejercicio de la profesión,no solo por las situaciones díficiles que deben enfrentar con los pacientes sino también y muy especialmente por el trato con los clientes.

Los veterinarios son personas antes que profesionales y por lo tanto como cualquier otro ciudadano sufren las desavenencias que vive el país y pueden atravesar conflictos personales, familiares, económicos, inseguridad, de salud, etc. y encima muchas veces debe soportar el mal trato de los clientes.

Muchos clientes piensan que el médico veterinario tiene una profunda vocacion de servicio y que por eso debería cobrar muy poco o incluso nada por sus servicios.

Es frecuente que se presenten en la veterinaria una o más personas con un animal abandonado en mal estado de salud o atropellado exigiendo que sea tratado gratuitamente. Ese tipo de situaciones pueden llegar a convertirse en muy violentas dentro del ámbito de la veterinaria y hasta puede extenderse en las redes sociales con críticas y maltrato.

Más allá de las cuestiones médicas y la relación con los clientes también debe lidiar con los empleados, con los proveedores y hacer malabares para que los números de la clínica cierren, entre otros problemas propios de la gestión.

Sabido es que los desequilibrios psicológicos y psíquicos pueden terminar en males orgánicos.

Algunos de los síntomas que puede provocar el estrés, la ansiedad y la depresión¨:

Psicosomáticos: dolores de cabeza, problemas de sueño y fatiga, gastritis, úlceras y otros desordenes gastrointestinales, contracturas musculares, taquicardias, etc.

Emocionales: incapacidad de concentración, sensación de vacío, sentimiento de baja autooestima y de fracaso con baja o nula tolerancia a la frustación, asilamiento social, etc.

Laboralmente: deterioro en el desempeño de las funciones y la calidad de los servicios ofrecidos con disminución de la capacidad laboral, dificultad en la comunicación y aparición de conflictos con el equipo de trabajo.

La consecuencia directa de estos problemas puede derivar en una mala praxis, y por disminución de las capacidades cognitivas generar un accidente con uno mismo o con terceros.

El tema del estrés, la ansiedad y la depresión entre los profesionales veterinarios se da en todo el mundo y en algunos países las Instituciones que los nuclean ya piensan en ofrecerles asistencia psicológica.

Hoy en día, que se habla tanto del bienestar animal y en buena hora, no deberíamos olvidarnos de pensar también en la salud y bienestar de los propios profesionales de la medicina veterinaria.

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