Una Salud
Casi un tercio de los anitibióticos de consumo humano terminan en los océanos o sumideros continentales
Investigadores canadienses analizaron la contaminación fluvial global. Estiman que unas 8.500 toneladas de antibióticos terminan en los sistemas fluviales cada año, incluso tras pasar por plantas de tratamiento. La contaminación sería aún mayor si se contemplaran las fuentes veterinarias o industriales.
El impacto de los desechos de antibióticos en el medioambiente se centra principalmente en el desarrollo y la propagación de la resistencia a los antibióticos y la alteración de los ecosistemas.
Acerca de esta problemática, investigadores de la Universidad McGill (Canadá), realizaron un estudio que fue publicado recientemente en PNAS Nexus.
El estudio señala que la presencia de antibióticos en aguas superficiales plantea riesgos a los ecosistemas acuáticos y a la salud humana debido a su toxicidad e influencia en la resistencia a los antimicrobianos.
Después del consumo humano y el metabolismo parcial, los residuos de antibióticos se excretan y experimentan complejos procesos de acumulación y descomposición a lo largo de su ruta desde las aguas residuales hasta los sistemas fluviales naturales.
Los investigadores utilizaron un modelo global de destino de contaminantes para estimar que del consumo humano anual de los 40 antibióticos más utilizados (29.200 toneladas), 8.500 toneladas (29%) se liberan en el sistema fluvial y 3.300 toneladas (11%) llegan a los océanos del mundo o a sumideros continentales.
Cabe señalar que para este estudio solo se consideraron las fuentes domésticas, es decir, no se incluyeron las fuentes veterinarias o industriales.
"Estimamos que 6 millones de km de ríos en todo el mundo están sujetos a concentraciones totales de antibióticos que exceden los umbrales que protegen los ecosistemas y promueven la resistencia durante condiciones de bajo caudal, siendo los contribuyentes dominantes la amoxicilina, la ceftriaxona y la cefixima", señala el estudio y por ello advierte que "es preocupante que el consumo humano por sí solo represente un riesgo significativo para los ríos de todos los continentes".
El consumo mundial de antibióticos ha aumentado significativamente en las últimas décadas, especialmente en países en desarrollo, debido a su uso extensivo en la medicina humana, la ganadería y la agricultura. Este uso masivo ha contribuido a la aparición de bacterias resistentes, lo que representa una amenaza para la salud pública.