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viernes 09 de mayo de 2025 - Edición Nº2262
Vet Market » Divulgación » 19 mar 2019

Bienestar Animal

Interacción humano-animal, en qué punto nos encuentra

Un análisis desde el punto de vista del Bienestar Animal a cargo del Dr. Leonardo José Sepiurka.


Recientes evaluaciones revelan que en el mundo existen 750.000.000 millones de perros salvajes, perros del pueblo o comunitarios, acepciones diversas que definen a un problema común.

 

En un mundo con avidez de alimentos, los animales no escapan a esas necesidades y también buscan recursos en basurales o donde puedan, con riesgos para su salud y la salud de las poblaciones.

 

La meta sería poder lograr no tener más perros callejeros objetivo logrado por Holanda siendo el primer país en conseguirlo.

 

Pero a este punto no se llega por gracia divina sino como consecuencia de un denodado trabajo fundado en castraciones masivas y paralelamente severas penalidades por el abandono de animales con multas cuantiosas y hasta prisión efectiva por tres años. 

 

Los animales son seres sintientes y sufrientes y así lo entendió la justicia de nuestro país en un fallo reciente de la Cámara de apelaciones de la ciudad de Buenos Aires rescatando 68 animales “acumulados” por una mujer con problemas mentales en quien coexistía el padecimiento del Síndrome de Diógenes.

 

Ni abandonados, ni acumulados hasta el punto del hacinamiento con relatos de agresión por interacción y hasta canibalismo, perdiendo de vista el respeto a la vida animal natural y de las  consignas básicas que deben respetarse.

 

Desde el Bienestar Animal – tema que compete directamente a la profesión Médico Veterinaria -  y desde nuestro código de valores manifestamos nuestra preocupación por el  trato adecuado que se debe brindar a los animales.

 

El Bienestar Animal es considerado, dentro de un amplio marco, en relación a códigos, normas y valores éticos y sociales, considerando no sólo aspectos que puedan producir un daño físico sino también otras consecuencias  en las que los profesionales debemos tomar  intervención.

 

Si bien hay aspectos relativos al  Bienestar Animal contemplados hacia mediados del siglo XIX casi cien años después fue  Donald Broom, -primer profesor de bienestar animal en la  Universidad de Cambridge, Reino Unido -, quien definió bienestar como “el estado de un animal en relación a sus intentos por enfrentarse al medio ambiente”. Este es un estado medible en una escala desde “muy bueno” a “muy malo”. Pasadas algunas décadas y en 1997 Duncan y Fraser señalan que el Bienestar Animal debiera considerar ciertos aspectos básicos como:

  • Las experiencias de los animales, tales como placer y sufrimiento (psicológico)
  • Funcionamiento biológico normal del animal (estado de salud)
  • La naturaleza de cada especie, asegurando que pueda expresar toda su gama de comportamiento  

Otra visión positivista la da la Dra. Whay en 2005, diciendo que un animal debiera encontrarse “Apto y Feliz”. Refiriéndose  a tener buenas cosas antes que evitar o manejar aquellas cosas que pudieran ser perjudiciales.

 

Esta en cuestionamiento si los animales son sujetos de derecho, y no han sido contemplado su cambio de status en la reciente modificación del Código Civil de la Rep. Argentina, por ello cuando hablamos de bienestar animal en lugar de hablar de derechos se debe mencionar cuales son las cinco libertades de los animales formuladas en 1993 por el Consejo de Bienestar para Animales de Granja del Reino Unido (Farm Animal Welfare Council) y que se aplican a todos las especies:

 

Los animales deberán estar:

  • 1.- Libres de hambre y sed: esto se logra a través de un fácil acceso a agua limpia y a una dieta capaz de mantener un estado de salud adecuado.
  • 2.- Libres de incomodidad: esto implica que a los animales se les debe otorgar un ambiente adecuado que incluya protección y áreas de descanso cómodas.
  • 3.- Libres de dolor, injurias y enfermedad: para lograr esto se deben instaurar esquemas preventivos dentro de las granjas como también establecer diagnósticos y tratamientos oportunos.
  • 4.- Libres de poder expresar su comportamiento normal: para esto se les debe entregar espacio suficiente, infraestructura adecuada y compañía de animales de su misma especie, de modo que puedan interactuar.
  • 5.- Libres de miedo y distrés: para lograr esto se les debe asegurar a los animales condiciones que eviten el sufrimiento psicológico.

Podríamos escribir un tratado si desglosáramos estos cinco puntos, con subtemas como el manejo del dolor, su prevención, los protocolos analgésicos y anestésicos  pero excedería el marco de esta nota.

 

Cuando se decide incorporar una mascota se puede elegir entre cientos de razas de perros o decenas de razas de gatos nacidos en criaderos o casas de familia. Pero también  es loable acceder a refugios o redes mascoteras donde seguramente podrán encontrar un animal que cumpla con sus deseos ayudando a ubicar animales callejeros y teniendo como meta poder llegar a lograr lo que Holanda y como más arriba mencionara.

 

En aquellos animales que no tengan un futuro reproductivo se recomienda la castración temprana a partir de los 4 meses, tanto en machos como en hembras y derribando aquel mito de “debe tener el primer celo o una cría antes de castrar”. Trabajos científicos documentan dicho consejo y comprueban como disminuye la tasa de complicaciones uterinas y tumores de mamas en las hembras y paralelamente en los machos se facilita la convivencia disminuyendo los episodios de agresión por híper sexualidad o porque simplemente esta genética y naturalmente determinada la rivalidad y peleas para que la sobrevivencia del más apto asegure la perpetuación de la especie.

 

Al momento de incorporar un animal con la consabida dosis de afecto y beneficios que apareja la convivencia,  debe pensarse en disponer  del espacio adecuado al tamaño del animal, del tiempo a dedicarle, alimentación, paseos, y atención veterinaria entre otros requerimientos que también demandaran recursos económicos.

 

Un ser vivo no es un peluche que se adquiere y luego se desecha, ya que se establecen fuertes vínculos emocionales y cuando se excede el punto de equilibrio tratando de “humanizarlos” se cae inexorablemente en patologías por híper apego donde el animal sufre  y lo manifiesta de modos diferentes y hasta con somatizaciones, cada vez que su propietario sale por razones laborales, simples o por viajes. El dicho de “ni tanto ni tan poco” aplica en este caso y el consejo profesional y de especialistas en etología y trastornos del comportamiento puede resultar de excepcional ayuda.

 

Al ser frecuentes los divorcios   las mascotas son también motivo de disputa a la hora de discutir los términos de la separación y sufren pues perciben los estados de ánimo cambiantes teniendo en ocasiones que adaptarse a los regímenes de visita impuestos por la justicia.

 

Como se ve los tiempos cambian y conceptos vertidos en los primeros números de las revistas de Bienestar Animal de esta misma editorial hace más de veinte años siguen teniendo vigencia pero otros conceptos impuestos por cambios de hábitos y por la modernidad condujeron a que algunos aspectos acá expresados hayan debido ser replanteados a la luz de estos cambios. Cualquiera sea el caso la vida animal deberá ser respetada siguiendo los cánones marcados por la naturaleza imponiéndose adicionalmente el respeto ambiental  y considerando a los animales no humanos como parte de este ecosistema.

 

Autor: Dr. Leonardo J. Sepiurka

Presidente de la Asociación Argentina de Bienestar Animal

 

Artículo publicado originalmente en Revista Vet Market Nro. 106

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