Catástrofe
El impacto de las inundaciones en los animales y en la salud pública
Catástrofes naturales como la reciente inundación en la ciudad de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, nos recuerdan que la urbanización poco planificada, la destrucción de los ecosistemas y la falta de obras para una correcta evacuación de las aguas tiene implicancia, no solo en la vida de los humanos, sino también en los animales.
Las inundaciones son uno de los fenómenos naturales más destructivos y devastadores que afectan a millones de personas y animales alrededor del mundo. Si bien las consecuencias más visibles suelen ser las pérdidas humanas y materiales, el impacto en los animales es igualmente dramático.
En este contexto, las recientes inundaciones ocurridas en Bahía Blanca, una ciudad importante de la provincia de Buenos Aires, han resaltado los efectos devastadores que estos fenómenos tienen en los animales domésticos, en los de producción y en los de fauna silvestre, y como todo ello se relaciona con la salud pública.
Las intensas lluvias que afectaron días atrás a la ciudad portuaria bonaerense provocaron inundaciones en distintas áreas del casco urbano y sus alrededores. Como consecuencia de ello, más allá de los enormes daños materiales, hubo personas muertas, desaparecidas y evacuadas. La tragedia también afecto a los animales: los de compañía, los de producción y los de fauna silvestre.
Si bien todavía no hay registros oficales, los animales afectados han sido muchos.
Las consecuencias para los animales de compañía fueron inmediatas: muchos perros y gatos fueron arrastrados por las aguas o se ahogaron.
En muchas zonas de la ciudad, el agua inundó rápidamente las calles y hogares, dejando a los animales atrapados sin posibilidad de escapar. Los equipos de rescate, tuvieron que movilizarse para salvar no solo a las personas, sino también a los perros y los gatos atrapados.
La fauna silvestre también sufrió de manera dramática debido a las inundaciones. El humedal de la zona, que alberga una gran diversidad de especies autóctonas, se vio gravemente afectado.
Los animales de producción también se vieron afectados y lo seguirán estando en el futuro inmediato, ya que se han perdido los forrajes para alimentarlos.
El efecto de la contaminación en la salud animal y humana
Las inundaciones también provocan una contaminación masiva de los ambientes.
En Bahía Blanca, las aguas arrastraron desechos industriales, residuos urbanos y aguas residuales dejando una gran contaminación y el incremento del riesgo de enfermedades zoonóticas, aquellas que se transmiten de los animales a los seres humanos. También, los cadáveres de animales que no fueron recuperados a tiempo, se descomponen en el agua, liberando bacterias y virus que pueden ser peligrosos para los seres humanos.
Por otro lado, los animales también pueden sufrir de enfermedades que pueden propagarse por el agua contaminada o por la falta de alimentos adecuados. El agua estancada y sucia puede ser un criadero de parásitos que afectan a perros y gatos, por lo que muchos animales que sobreviven a la inundación se enfrentan a problemas de salud posteriores. Sin un adecuado control veterinario, la propagación de enfermedades animales puede convertirse en un desafío de salud pública que se extienda mucho después de que el agua se haya retirado.
Lecciones que deja la inundación de Bahía Blanca
El crecimiento de las urbanizaciones en ciudades con poca o relativa planificación urbanística representa un problema complejo con múltiples consecuencias negativas, especialmente en lo que respecta a las inundaciones. Ello provoca la impermeabilización de los suelos y la pérdida de ecosistemas.
Además, los sistemas de drenaje no se diseñan o construyen para manejar el aumento del volumen de agua de lluvia. Esto puede resultar en el colapso de los sistemas de alcantarillado y la inundación de calles y viviendas.
El cambio climático, la urbanización y la gestión inadecuada de los recursos naturales están haciendo que fenómenos como el de Bahía Blanca sean cada vez más frecuentes y devastadores. Es imperativo que la protección de los ecosistemas y el control de la contaminación se conviertan en prioridades globales para salvaguardar tanto la vida animal como la salud humana.
El futuro de nuestras ciudades y comunidades depende de nuestra capacidad para mitigar los impactos de las inundaciones y crear un entorno más saludable y resiliente para todos los seres vivos.
Cabe recordar que un estudio del CONICET de 2012 sobre hidrografía advertía sobre los riesgos de una inundación con graves consecuencias. Lamentablemente no se hizo mucho para evitar lo sucedido.