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domingo 08 de septiembre de 2024 - Edición Nº2019
Vet Market » Divulgación » 6 mar 2019

Maltrato animal

Un tema que nos afecta a todos

Hablar de maltrato animal es realizar una valoración intrínseca. Es hacer referencia al vínculo entre las personas y los animales, como un parámetro integrado y mensurable de riesgo social y de posibles alteraciones de la salud pública.


Pese a los avances logrados en los últimos años, en términos de concientización social y de interés por la problemática, las noticias sobre animales maltratados y/o abandonados, circulan a diario de forma superlativa. Es sabido que el número cada vez mayor de perros sueltos en las calles sin un responsable directo, se constituyen en una de las causas principales de ciertas problemáticas sociales vinculadas a la violencia, y al creciente deterioro de la salud pública, representado por la actual expansión de las enfermedades zoonóticas.

Aun así, la detección, prevención y tratamiento de las acciones violentas hacia los animales constituyen un acto de humanidad en sí mismo. Si realmente queremos combatir la violencia entre las persona en todas sus formas y por ende cuidar la salud de la población, una parte de la lucha consistirá además en erradicar el maltrato a otros seres vivos. Desde hace años se estudia la relación directa que existe entre la violencia hacia los animales y su expresión posterior hacia los humanos. En relación a este último concepto podemos decir que “El maltrato animal nos afecta a todos”.

¿Qué se considera maltrato animal?

El primer paso es definir el maltrato animal con la finalidad de identificarlo, encuadrarlo y problematizarlo. Maltrato animal desde la perspectiva de la profesión veterinaria, se define como todo accionar con origen en el humano que conduce a una falta de bienestar en el animal (FAO, 2009). La Ley de Protección Animal N° 14.346, castiga con entre 15 días y un año de prisión, a los que someten a malos tratos o actos de crueldad a los animales. El maltrato se puede manifestar de varias maneras y puede tomar muchas formas diferentes, como ser actos manifiestos e intencionales de violencia hacia los animales, o el descuido por omisión o abandono, o el daño psicológico causado en forma de angustia, tormento o terror y, constituye el fracaso en proveer bienestar al animal.

Pero también, el maltrato animal va más allá de lo que asociamos frecuentemente solo con los perros y gatos, pues tiene que ver también con animales silvestres, con exóticos (no tradicionales) y con las condiciones y controles referentes a la sanidad de los animales en los sistemas productivos agro-ganaderos y además con los ecosistemas en general.

¿Qué es el Bienestar animal?

En su definición contempla las “Cinco Libertades” (1965) (Necesidades Básicas), definidas por el Código Sanitario Terrestre de la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE): “el bienestar animal es el modo en que un animal afronta las condiciones en las que vive”. Las cinco libertades (necesidades) describen el derecho al bienestar que tienen los animales que se encuentran bajo el control del ser humano.

– Libertad de sufrir hambre y sed: una nutrición adecuada según el tipo de animal.

– Libertad de sufrir incomodidad: un ambiente para desarrollarse.

– Libertad de sufrir dolor, lesión y/o enfermedad: cuidado de su salud, controles y atención.

– Libertad para expresar su comportamiento natural (normal): poder expresarse libremente de acuerdo a sus características.

– Libertad de sufrir miedo y angustia: no exponerlo a situaciones que lo alteren innecesariamente.

Las cinco necesidades son el estándar mínimo que fijó el Farm Animal Welfare Council (FAWC) originalmente para los animales de producción y en los últimos años se han adoptado también para los animales de compañía así como para cualquier tipo de actividad en donde el cuidado de los animales dependa del hombre. Es importante remarcar que la definición de bienestar animal contempla una “experiencia subjetiva” que debemos logar definir y evaluar correctamente, la única manera es conociendo cuales son las necesidades particulares de cada especie para poder respetarlas y así lograr un estado de equilibro del animal con el medio. En otras palabras, no solo son experiencias positivas sino también la falta de experiencias negativas. De esta manera, la “expresión de los comportamientos naturales” de cada animal en armonía con su medio, debiera carecer de agresiones u otros comportamientos no deseados, peligrosos y/o patológicos.

¿Qué podemos hacer?

El debate no debería recaer solo en el maltrato en sí mismo, sino también en el rol que cada actor cumple en la sociedad, y el aporte que este realiza para el mejoramiento de la comunidad en la que se desarrolla. Evitar el maltrato animal es contribuir a construir mejores sociedades. El Estado, deberá diseñar y ejecutar políticas teniendo en consideración todas las voces posibles. Solo así, cada uno desde su lugar, puede avanzar hacia normativas aplicables, efectivas y que den respuesta a todas las problemáticas vigentes.

El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires trabaja y promueve incansablemente la Responsabilidad de las Personas en la Tenencia de Animales. Esto implica la toma de conciencia sobre el doble compromiso fundamental de cada individuo: 1) bregar por el bienestar y garantizar la sanidad de los animales y 2) preservar la Salud Pública.

Esto implica:

- Controles de salud periódicos, vacunación, desparasitación.

- Desarrollo en un ambiente adecuado (vivienda y espacio; ejercicio y entretenimiento según las necesidades de la especie).

- Control de la reproducción (esterilización).

- Brindar una alimentación adecuada, higiene (control de pulgas y garrapatas).

- Prevención de los trastornos del desarrollo, evitando el desapego precoz y generando una correcta socialización intraespecífica e interespecífica.

- Diagnóstico precoz de las alteraciones del comportamiento.

- Prevención del riesgo en la interacción humano-animal, gestión de la inserción de los nuevos animales en la familia.

Los veterinarios, como agentes primarios de salud pública, son los profesionales más cualificados para comprender el vínculo y valorar riesgos, por un lado para el animal y además para el ser humano. El papel del veterinario debe ser prioritariamente formativo. Se deben proporcionar recursos a las personas que conviven con animales para que no recurran al maltrato. Esta es una labor cotidiana, que debe considerarse transversalmente al resto de las intervenciones clínicas. La educación es una herramienta fundamental para la prevención y debe estar presente en cualquier debate sobre la sanidad de los animales. Debe incluirse la Tenencia Responsable de Animales en los currícula de educación, pero también, se debe hacer hincapié en la relación que existe entre los seres vivos dentro de cualquier tipo de debate que implique pensar en la salud, bienestar e integridad de todos los seres vivos, incluido el ser humano.

La armonía en la convivencia con los animales depende de nuestra capacidad como seres humanos para generar esas condiciones. No es posible pensar estas dos cuestiones por separado porque, cuidar la salud y el bienestar de los animales, es cuidarnos a nosotros mismos, a toda la comunidad y a los ecosistemas. Simplemente se trata del respeto por la vida.

Fuente: CVPBA

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