La pérdida de biodiversidad está creando las condiciones ideales para la aparición y propagación de enfermedades zoonóticas, aquellas que se transmiten entre animales y humanos.
La deforestación, la fragmentación de hábitats y el comercio ilegal de vida silvestre están intensificando el contacto entre humanos y animales salvajes, aumentando el riesgo de transmisión de enfermedades. La contaminación y el cambio climático también están alterando los ecosistemas, creando nichos ecológicos para la proliferación de patógenos.

Las consecuencias de la pérdida de biodiversidad para la humanidad son devastadoras. Cuando la biodiversidad se agota, perdemos la base de nuestro sustento. Nos volvemos más vulnerables a las enfermedades, a los desastres naturales y al cambio climático. También perdemos la riqueza cultural y espiritual que nos conecta con la naturaleza.
Proteger la biodiversidad es fundamental para prevenir la aparición y propagación de enfermedades zoonóticas. Al conservar los ecosistemas naturales y reducir la presión sobre la vida silvestre, podemos reducir el contacto entre humanos y animales y disminuir el riesgo de transmisión de patógenos.
La salud del planeta y la salud humana están inextricablemente ligadas. Cuidar la biodiversidad es cuidar nuestra propia salud.
El Día Internacional de la Biodiversidad es un llamado a la acción. Es un momento para reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y tomar medidas para proteger el planeta que nos sustenta.
Es hora de actuar. Todos tenemos la responsabilidad de proteger la biodiversidad. Podemos hacerlo tomando medidas individuales, como reducir nuestro consumo de energía y agua, reciclar, utilizar transporte sostenible y comprar productos sostenibles. También podemos apoyar a organizaciones que trabajan para la conservación del medio ambiente y exigir a nuestros líderes que tomen medidas para proteger la biodiversidad.
Debemos saber que, si la biodiversidad sufre, la humanidad también.